El secretario nacional del Partido Andalucista, Antonio Jesús Ruiz, lo tenía claro cuando se sentó ante los medios de Almería para presentar a los siente almerienses que van en la candidatura al Parlamento Europeo. Dijo que la crisis en el gobierno andaluz era "postureo", y no le faltaba razón, como hemos visto.
Acabamos de comprobar que el llamado efecto Susana no es más que eso, postureo. Algunos ya lo tenían claro hace años, pero eran los de enfrente, los del PP y los de todos los partidos extraparlamenterios, pero ahora ha quedado claro incluso para los propios socialistas.
Esos socialistas que el mismo viernes aún te decían al teléfono que Susana había hecho bien, que había puesto "los ovarios sobre la mesa" (en fin... la expresión es textual aunque creo que desafortunada como metáfora), que el golpe en la mesa le había servido para demostrar quien tenía la autoridad... incluso bastaba oír y leer medios de comunicación críticos con el PSOE para descubrir el asombro positivo de la decisión de la presidenta de actuar con diligencia contra quien habían cometido una presunta prevaricación (por muy social que sea) incluso a costa de jugarse la presidencia...
Es de suponer que quienes desde mediados de esta pasada semana y hasta el mismo viernes noche venían alabando la firmeza de su secretaria general, el sábado ya no tendrán duda alguna de que es todo postureo.
Y sinceramente, no acabo de entender los motivos que han obligado a Susana Díaz a subirse la falda o bajarse el pantalón (espero que nadie interprete esta expresión como machista, ya que es habitual referida a los hombres) en esta crisis.
Si no traga con las exigencias de IU, ella habría salido reforzada como líder de su partido en Andalucía y ante toda España... una mujer de principios, que no está dispuesta a ceder ni cuando está en juego su cargo.
¿Y qué habría ocurrido si no hay apaño con IU? Pues es cierto que habría tenido que adelantar las elecciones, y eso habría sido estupendo para ella y muy malo para los demás.
Izquierda Unida llegaría sin un candidato claro, y el PP con un candidato que no conocen ni la mitad de los militantes.
Y lo más importante, Susana sería ante los andaluces el fiel exacto de la balanza, una mujer de izquierdas sensata y sería, frente a la izquierda asaltasupermercados y vocinglera... que al otro lado tiene a una derecha ultra y sumisa, que representa en Andalucía los recortes del Gobierno central.
La Susana Megastar se ha quedado en eso, en postureo.