Bienvenido Mr. Griñán
Por los barrios
El pato que voló a Sierra Cabrera
El Algarrobico en Sierra Cabrera
La desolación es un páramo calcinado, el olor a tierra quemada, y sobre todo, la nostalgia de saber que nada volverá a ser como antes. Y los políticos. Ellos y sus cosas no es que generen desolación, es que son desoladores en sí mismos.
Ardió Sierra Cabrera. Ya está hecho. Ahora hay que mirar hacia delante, pero para ello es imprescindible mirar también hacia atrás.
Con ese panorama humeante, ennegrecido, tenemos que soportar que las autoridades autonómicas de medio ambiente, tanto el delegado como la consejera, hablen del “matorral” como si no fueran más que malas hierbas, casi como si hubiéramos de agradecer esta quema de rastrojos que se ha llevado por delante unas cuatro mil hectáreas. “Matorral”, total… hierbajos, bichos…
Quizá por eso tampoco esas mismas autoridades nos cuentan qué han estado haciendo para prevenir los incendios en Almería. Basta mirar lo que ha ocurrido en esta provincia en los últimos meses y los fuegos que ha tenido que sofocar el Infoca. ¿Qué ha hecho la Junta de Andalucía en materia de prevención? ¿dónde está la limpieza de montes por las que se paga durante todo el invierno?
Es evidente que la prevención o no ha existido o no ha sido eficaz, y eso merece que alguien responda en el Parlamento de Andalucía.
Pero total, el conformismo de la clases política es abrumador. Ahora lo único que cabe es felicitarse por lo bien que ha funcionado el sistema de extinción, por lo bien que han colaborado todos los servicios implicados, por el hecho de no producirse víctimas humanas, por no haber llegado a tocar el Parque Natural de Cabo de Gata… por los matojos!
Las llamas no han entrado en Cabo de Gata… o sí, según se mire. Con el hotel del Algarrobico bañándose en el Mediterráneo, con los gobiernos municipal, andaluz y estatal mirando para otro lado, pues no, no puede decirse que el fuego no haya entrado en el parque.
La encrucijada socialista en Roquetas de Mar
El chiste del Congreso de JJSS
Leo atentamente el comunicado del Congreso Regional de Juventudes Socialistas que ha tenido lugar en Almería y la verdad, no salgo de mi asombro. Quizá es que han cambiado las cosas en esta última semana y no me he enterado. Quizá ha llegado el momento de la autocrítica y a mi me ha pasado desapercibido.
Una cuestión previa. ¿Qué eso de “regional”? Basta leer la Constitución para advertir que en el Estado Español hay “regiones” y “nacionalidades”, y si no tenemos suficiente con apelar a la consecución de la autonomía para Andalucía por la vía de las “nacionalidades”, tenemos que en el Estatuto se define a esta tierra en la parte dispositiva como “nacionalidad” y en el preámbulo como una “realidad nacional”. Es decir, que no hay que ser nacionalista andaluz, y sí sencillamente haberse leído aquello que uno apoya electoralmente, o más simple aún, basta con ser un demócrata que acepta lo aprobado por la mayoría, para recordarles que Andalucía no es una región… ¿está claro? Pues eso. A ver si de una vez se enteran ellos y los demás (PP e IU).
La cuestión de fondo es que escuchar al secretario general provincial, Diego Asensio, pedirle a los jóvenes socialistas que “estéis al pie del cañón para corregirnos cuando estemos equivocados” es llamativo cuando hace unos días tan sólo, él mismo rechazara hacer autocrítica después de llevar diez años perdiendo votos de modo imparable y sobrecogedor.
Asensio se apoyaba ni más ni menos que en su jefe directo –no, en Martín Soler no- Manuel Chaves, que sigue siendo secretario general del PSOE-A, quien apuntaba que los malos resultados electorales en Almería no eran culpa de la dirección provincial sino de la regional (Véase el segundo párrafo de nuevo, please). Y claro, si Chaves se atribuye a si mismo el desastre electoral del socialismo almeriense y no dimite ¡no lo va a hacer Diego!
Pero si realmente Asensio es sincero en sus palabras, si realmente quiere que alguien les corrija cuando estén equivocados, debe empezar primero por reconocer si están o no en un error, y para saberlo… a mirar los resultados electorales.
Reconocido que algo están haciendo mal para ir cuesta abajo y sin frenos, pues podía comenzar por escuchar a los firmantes del Manifiesto de los 80, pero antes debía haber permitido que los periódicos y las radios les dieran cobertura, ya que el apagón informativo sobre ellos es de eso que provocan bochorno en la profesión periodística. Claro, que luego los que van dando lecciones por ahí se permite “fusilar” textos íntegros de Noticias de Almería sin el menor pudor.
Quizá Asensio, cuando pidió eso de que “nos corrijan”, en realidad estaba contando un chiste para bajar la tensión de un congreso en el que se abordaron asuntos tan relevantes, tan importantes para la juventud, tan fundamentales en cuando a estrategia y objetivos, que la gran noticia del mismo es ¡que ya tienen página web las JJSS-A!
Herencia Aido
Las puntadas del costurero
La primera pregunta que cabe hacerse ante la situación que se describe en el auto, es dónde estaba la Junta de Andalucía en todo ese tiempo… igual pregunta que en el caso de Marbella. La respuesta en este caso nos la sirve en bandeja el propio delegado de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Luis Caparrós, a quien se le oye en una grabación que consta en el sumario comentar con su “amigo” que si quiere que vaya con él a una reunión sobre temas urbanísticos, y que como es constructor, para disimular, que participe en ella en calidad de presidente de un grupo de empresarios, y por si fuera poco, el delegado le llega a decir que lo suyo de Zurgena va a “salir” y que a los demás les den. No sabemos qué le tienen que dar a los demás, lo que sí sabemos es que esa charla la mantiene con una de las personas a las que el juez quiere juzgar.
No puede ser que la Junta de Andalucía se limite a presentar denuncias a destiempo. No puede ser que ese partido, tan unido para tantas cosas, resulte que carece de vías de comunicación como para que… un suponer… Caparrós llame al portavoz zurgenero del PSOE y le diga, con ese deje que tiene tan campechano “oye, que mira donde os vais a meter si seguís aprobando licencias en suelo no urbanizable… que yo no te he dicho ná, pero que no vamos a pasar ni una…”. Yo sí me imagino esa conversación e incluso la contraria “Luis, mira a ver tú si puedes hacer algo, que no veas esta gente, el Tijeras y compañía, que no traen nada más que licencias para obras en terreno no urbanizable … a ver qué hacemos nosotros… métele mano tú, hombre, a ver si entran en razón”.
Pues parece que ninguna de esas conversaciones se produjeron, pero la anterior sí, y eso es lo grave.
Si tiramos de este caso y de alguno más que hay por ahí, descubrimos un nexo común, un nexo que permite comprender el motivo por el que estamos ante una trama que vaya mucho más allá de lo imaginable. Y es que ese nexo es el que da sentido a todo lo que ha estado ocurriendo en esa comarca de Almería, ante las propias narices de la Junta de Andalucía, y ante lo que esta se limitaba a cubrir el expediente con denuncias a destiempo, cuando ya era imposible hacer nada hasta que la Justicia actuó.
Un dato más. La Justicia actuó pero no a instancias de la Fiscalía, y aún se está a la espera de su decisión. Y es que cuando metes la mano en el costurero o te pinchas con los alfileres o con las tijeras.