Blas Infante no era del PSOE

La verdad es que al ver la fotografía de este pasado sábado me han entrado ganas de hacer una lista de agravios del PSOE contra Andalucía y contra Blas Infante, pero no, es más oportuno centrarnos en ella para no desviar la atención.
A Infante lo asesinaron en la noche del 10 al 11 de agosto de 1936 en el kilómetro cuatro de la carretera que va de Sevilla a Carmona, y dictaron su condena a muerte en mayo de 1940, acusándole de una serie de delitos ("Infante formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta el 1936, se significó como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz" se lee en la infame sentencia) que no lo eran en el momento de su fusilamiento, y que por tanto no pudo haber cometido. Es decir, se intentó disfrazar de ejecución legal lo que no fue más que un vil crimen, como tantos otros que se sucedieron a lo largo del inicio de la Guerra Civil.
En ese punto -propiedad de la viuda de un torero próximo al Moviento- se alza un monumento sufragado por la Fundación Blas Infante, que tardó nada más y nada menos que 23 años en verlo concluido, ya que comenzó a erigirse en 1983 sin que la Junta de Andalucía, o mejor dicho, sin que el PSOE que siempre ha gobernado en la Junta de Andalucía, quisiera pagar ni un céntimo de ese proyecto.
La Fundación, que además tuvo que superar infinidad de trabas entre las que figura hasta una docena de juicios, se vio obligada a ceder 1.200 metros cuadrados de aquellos terrenos históricos a la empresa consultora Morera & Vallejo a cambio de 90.000 euros para poder acabar el conjunto monumental, que al final se vio reducido a la quinta parte del total del solar. Hubo que renunciar a construir en esos suelos un centro para celebrar reuniones literarias y actividades científicas y divulgativas sobre el nacionalista.
¿Alguien puede explicar qué pintaban el sábado día seis de agosto tanto socialista con la rosa en una mano y la bandera republicana en la otra ante el monumento al que tantos problemas pusieron?
Menos mal que nos quedan libros como “El complot de Tablada – El Estado Libre de Andalucía” para recodar que el PSOE fue quien contuvo las aspiraciones andalucistas y las retrasó hasta 1936, cuando comenzó a redactarse la Constitución andaluza como ya habían hecho vascos y catalanes y estaban haciendo los gallegos. También fueron los socialistas quienes quisieron bloquear en la Transición el acceso a la autonomía de Andalucía por la vía de las comunidades históricas (cuando utilizando el argumento de entonces, tenía el mismo derecho que los gallegos, cuyo estatuto tampoco llegó a ser aprobado en las Cortes Generales, como le ocurrió al andaluz).
Sigo preguntándome si el PSOE que acudió a ese homenaje es el mismo que hace dos o tres años prefirió hacerlo a puerta cerrada en el Parlamento, y con la ausencia entre otros del propio presidente andaluz, Manuel Chaves, un ceutí hijo de fascistas, y su hombre fuerte, Gaspar Zarrías, un madrileño que se fue a una mariscada a Galicia.
Me pregunto si este PSOE que dirige un madrileño hijo acomodado del Movimiento, es el mismo que va a mantener a Alfonso Guerra como número uno en la lista al Congreso por Sevilla a pesar de que llamara “momia” a Infante y “trapo” a la verdiblanca.
no, lo dejo aquí, no voy a seguir con esto. Dije que no quería hacer una lista de agravios y no la haré, sólo se trata de advertir que cuando uno de estos que llevan la rosa en una mano y en la otra una bandera republicana (con el color morado de los comuneros castellanos y un escudo con almenas castellanas... ¡pero como iba a querer esa Blas Infante!) saque un carnet del PSOE y otro de la UGT con una foto suya, es falsa. Pasará.

Si no dimiten, al menos que se expliquen



El portavoz del Partido de Almería en el Ayuntamiento de El Ejido, Miguel Ángel Barrientos, ha sido pillado en al menos tres irregularidades por el actual equipo de Gobierno del PP relativas a cuando era el responsable de los Servicios Sociales municipales con el alcalde Juan Enciso.
Es necesario recordar que Enciso está imputado en cinco delitos en la Operación Poniente, y que a pesar de pasar una buena temporada en prisión preventiva no dimitió, y que tras presentarse a las elecciones y obtener su partido sólo cuatro concejales y no tener posibilidad alguna de seguir como alcalde, no cogió su acta de concejal.
Ahora el PP le pide la dimisión a Barrientos, que es portavoz porque todos los electos anteriores a él renunciaron a coger su acta.
Si un concejal debe o no dimitir ante informaciones como estas es opinable. Lo que no debería ser motivo de opinión es que ambos, Barrientos como concejal y Añez como ex concejal, dieran explicaciones públicas para aclarar las acusaciones.
En términos generales tengo mis dudas sobre si es conveniente la dimisión obligatoria -por ley- de los políticos denunciados por informaciones periodísticas, ni tampoco cuando son denunciados ante el juzgado, o ante la Fiscalía, e incluso si deben dejar el cargo por una imputación.
Los alcaldes de Berja y Gádor fueron denunciados por distintas cosas, y en ninguno de los dos se ha visto la comisión de delito según la Justicia. Si hubieran dimitido se habría visto alterada la voluntad de los ciudadanos de que ellos fueran alcaldes.
En el caso del ex alcalde de El Ejido, Juan Enciso, se añade la permanencia en prisión provisional sin fianza durante bastante tiempo, e incluso luego la libertad con una abultada fianza. Ambas cuestiones más el tipo delictivo del que se le presupone autor marca importantes diferencias con los otros dos, pero es que hay otra hecho diferencial, y es que en el caso de Enciso quien denuncia es la Fiscalía y en los otros son partidos políticos.
Todos los partidos políticos han presentado en algún momento candidatos imputados, ya sea en Almería como fuera de ella, y todos han encontrado excusas para justificar que los suyos sí deben gozar de la presunción de inocencia que se le niega al adversario. Y esa presunción de inocencia debería contemplar también el ejercicio del cargo para el que fueron elegidos o para el que se proponen.
El sentido común suele ser el que nos alumbra sobre en qué casos el político debe dimitir y cuando debe hacerlo, y cuando es aceptable que pese a una denuncia o imputación sigua en el cargo o se presente a elecciones.
Pero lo que de ninguna manera es aceptable es que como resulta ser este caso, ni Barrientos y Añez den explicaciones públicas sobre estas acusaciones. Quienes votaron PAL merecen un respeto, y hasta el momento sus dirigentes han tenido un comportamiento inaceptable; primero no tomando posesión de sus actas de concejales sencillamente porque tienen que estar en la oposición, y segundo porque cuando se conocen hechos como los denunciados -y que les afectan a ellos mismos como ciudadanos- ni tan siquiera les explican nada.
Defender un partido político en el que ya no creen ni sus fundadores es de aurora boreal, pero encima no pedir explicaciones por hechos como estos es sencillamente de... pues eso.