En el Estado español se superan con creces los cuatro millones seiscientos mil desempleados y hay más de un millón de hogares en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo. En Andalucía se está por encima del millón largo de parados. Pero en este mundo al revés en el que estamos instalados, los sindicatos y el partido del Gobierno se manifiestan juntos, qué sintomático. Tan sintomático como el hecho de que las manifestaciones sean ridículas en cuanto a asistencia, hasta el extremo de que ni los convocantes son capaces de ponerse de acuerdo en una cifra común.
Resulta ser el partido del Gobierno el que propone que se retrase la edad de jubilación y se aumente el número de años para la media de cotización, y aunque los sindicatos piden no tocar este asunto, pues ahí van de la mano todos.
Algo similar ocurre con el mercado de trabajo, que el partido del Gobierno sostiene que hay que modificar y los sindicatos que no debe tocarse, pues sin problemas para ir juntos bajo la misma pancarta.
Además resulta curioso que el manifiesto del partido del Gobierno para este Primero de Mayo se reconoce la existencia de un déficit público que hay que corregir, mientras los sindicatos no entienden esto como preocupante y dicen que ese endeudamiento es el camino a... donde sea.
La verdad, ver en una manifestación que reclama soluciones a la crisis que estamos sufriendo, a parlamentarios, diputados y senadores, del partido del Gobierno intranquiliza. Lo que esperamos de ellos es que den soluciones y respuestas, no que se vistan de color rojo una vez al año para salir guapos en las fotos.
En días como estos, en los que les sube la bilirrubina, me acuerdo de Casas Viejas, del complot de Tablada...
Algunos, del PRI mexicano aprendieron no sólo aquello de que "el que se mueve no sale en la foto", también confían en poder mantenerse tanto tiempo en el poder como ellos siendo a la vez "revolucionarios" e "institucionales". Es como aquello de "gato blanco o gato negro da igual con tal de que... capte votos".
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