El prioritario materno-infantil no prioritario

Cuando Luis Rogelio Rodríguez se presentó por primera vez como candidato a la Alcaldía de Almería    -hace ya una década de aquello- llevaba en su programa la iniciativa -no cabe calificarlo de otra manera por una mera cuestión de competencias- de construir un nuevo hospital de 300 camas. Para ello, se recurrí a recalificar un solar público, de tal modo que con el dinero que generara la venta de la mitad del mismo a un promotor, se financiara la edificación.
Aquello fue descalificado duramente por el PSOE e IU, utilizando dos argumentos aunque sólo nos detendremos en el de la innecesariedad del mismo, dejando al margen el manido "pelotazo" sin pruebas que suele acompañar las críticas siempre que hay este tipo de contraprestaciones urbanísticas.
El caso es que el PSOE tuvo que asumir que, efectivamente, en Almería hacían falta más camas hospitalarias, pero con tal de no aceptar la idea del PP, su apuesta fue la construcción de un materno-infantil que engordara aún más esa mole que es el Complejo Hospitalario Torrecárdenas.
Aquella promesa se hizo en 2006, la licencia municipal se concedió en 2010, en diciembre debían haber comenzado las obras cuya terminación prevista es junio de 2014. Lo único que por ahora hemos visto es una maqueta del edificio y unos carteles electorales del PSOE en el que el centro se daba como una realidad; también hemos visto un proyecto tan mal redactado que tuvo que ser rechazado por que -por ejemplo- el ancho de los pasillos no permitía el giro de las camillas entre otras muchas cosas, y hemos visto como se ponía la primera piedra y luego se paraba la obra, que comenzaba el movimiento de tierras, y se paraba la obra, y hasta trasladar un poste de tendido eléctrico suponía meses de paralización... hasta que al fin nos enteramos de que sencillamente la Junta de Andalucía no tiene dinero para pagar a la empresas constructora.
Debería responder la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio dónde está el dinero que se presupuestó en cada anualidad para esta obra si dicha inversión no se ejecutó, o explicarnos cómo desde 2009 -al menos, y tres años después de la promesa- se han ido licitando cosas sin que existiera la partida correspondiente en el presupuesto autonómico. O una cosa o la otra.
Pero ya el colmo es escuchar a la consejera decir que sí, que el hospital materno-infantil "es prioritario" pero que "no sería verdad" decir que se va a construir "ahora mismo". La pregunta entonces muy sencilla, tanto como la respuesta ¿es prioritario o no es prioritario? Si lo es, han de buscarse recursos para hacerlo, y si no lo es, pues no lo es y se aparca hasta tiempos mejores. O una cosa o la otra.
Lo cierto es que el hospital debía estar listo en tres años y medio (2011-2012, 2013, y mitad de 2014) y cuando ya nos acercamos al final de la tercera anualidad, no se ha hecho nada de nada ni este año se hará nada de nada. En el supuesto de que el Gobierno andaluz lo incluyera en los presupuestos de 2014 -cosa altamente improbable a la luz de esas manifestaciones- no estará acabado hasta finales de 2018.
¿Y si tal vez el Gobierno andaluz hubiera aceptado la idea del PP de hace dos lustros, en la que el coste era cero para las arcas autonómicas? 

Toros y Operación Poniente

En las conversaciones telefónicas interceptadas con motivo de la Operación Poniente hay un dato que no se ha explicado lo suficiente, y es la afición taurina de casi todos los intervinientes. Recordará el lector que los había que se citaban en los toros, o que se presumía de acompañante famoso.
Pero la conexión entre la Operación Poniente y la tauromaquia ha tenido lugar de un modo muy sigiloso esta misma semana en Madrid, y en concreto en el Congreso de los Diputados. Y los protagonistas han sido los políticos, que han demostrado que son incapaces de saber en qué consiste aquello que defienden, votan y aprueban.
El miércoles por la tarde, en la Comisión de Justicia del Congreso, tenía que ser una diputada de CiU quien pusiera en evidencia a la socialista Gracia Fernández, que pedía en una Proposición No de Ley (PNL) que el Congreso instara al Gobierno a dotar de más medios al juzgado de Instrucción 2 que lleva la Operación Poniente. La catalana se lo dijo muy claro cuando afirmó que según el Estatuto de Autonomía eso es competencia de la Junta de Andalucía.
Esto también se lo había dicho antes la almeriense del PP Carmen Navarro, y ahí le dio la razón la de CiU, que por el contrario rechazó que otra parte de la enmienda que esta propuso a Fernández, que era que el Congreso instara a la Junta de Andalucía. Es lógico, no  es el Congreso quien tiene que instar a la Junta, si no los propios parlamentarios -en este caso socialistas- quienes deben hacerlo, que para eso ganan lo que ganan.
Hay que decir que la nacionalista catalana dejó en evidencia la política de confrontación a la que asistimos. O eso, o que estamos rodeados de ignorantes. O tal vez ambas cosas.
¿Por qué se lleva al Congreso temas competencia de la Junta de Andalucía? ¿es que no se leen el Estatuto que ellos hicieron y aprobaron?
Quienes tampoco se han leído la ley son quienes respaldaron al día siguiente en el Pleno del Congreso, la declaración de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural (BIC). Y es que alguien como Tony Cantó, en nombre de UPyD, dejó una argumentación con la que se puede estar de acuerdo o no en el fondo, pero que es irrebatible en la forma.
Cantó leyó qué es un BIC, y un BIC tiene que ser algo material, físico, y la tauromaquia no lo es, por lo que propuso que se haga una ley que permita la protección del patrimonio inmaterial como ya tienen algunas comunidades y algunos países europeos. En su caso rechazó esta declaración de BIC también porque conlleva subvenciones y rechaza que se den, pero esa es otra cuestión, como el mero hecho de si una corrida de toros debe ser o no algo digno de ser protegido.
Al final ha salido aprobada la tramitación de la tauromaquia como BIC sencillamente porque la mayoría así lo ha decidido, a pesar de incumplir claramente con lo que exige la ley.
En un caso y otro, de la Operación Poniente y el de los toros, está claro que sus señorías no se leen lo que aprueban ni lo que rechazan, que cuando se busca la pelea (en el caso de los toros responde a la prohibición de Cataluña) todo vale, se retuercen las leyes o sencillamente se ignoran. Todo vale.
Y una cosa más. Sería bueno que alguien, alguna vez, recordara que vivimos en estado autonómico, en el que las comunidades tienen competencias exclusivas en algunas materias, y que por ejemplo, el Gobierno central subirá o bajará salarios de sus funcionarios, pero no de los de la Junta de Andalucía; o que las comunidades tienen competencias en salud, juego y consumo por lo que carece de interés lo que diga un ministro sobre Eurovegas y el tabaco. O el repago farmacéutico... son asuntos autonómicos, y tal vez si el Gobierno central lo discutiera con ellas evitaría rebeliones por un lado y quedar como el único malo de la película por otro. 
No se puede hablar de una administración una competencia, y luego andar legislando como si se tuvieran todas. 

Lo que nos cuestan los grupos del Parlamento Andaluz

Mientras en el Congreso de los Diputados el Tribunal de Cuentas dejaba este martes en evidencia que todos los partidos políticos habían incumplido la ley de un modo u otro, mientras nos descubrían que justo el año en que las donaciones a éstos dejaban de ser anónimas bajaban en la misma medida que se incrementaban en sus respectivas fundaciones... conocíamos cuanto nos han costado los grupos políticos del Parlamento de Andalucía en el año 2012.
Esos mismos que incumplen la ley pero que... oh casualidad... resulta que es algo que se conoce oficialmente ocho años después del delito y ya ha prescrito -¡vaya por dios, qué mala suerte!- y que ocultan cómo y de qué manera reciben el dinero que igual acaba en un sobresueldo en "negro" que pagando carteles o mariscadas... pues esos mismos gestionan casi 12 millones de euros sólo en los grupos políticos del Parlamento de Andalucía.
Por comenzar de mayor a menor, y según los datos consultados por Noticias de Almería del propio Parlamento, el Partido Popular recibió 4.979.669,53 euros en subvención directa, de los que 3.875.000 euros fueron a su sede regional, y algo más de medio millón de euros a pagar su personal de asistencia en esta institución.
En el PSOE recibieron 4.943.304,39 euros del Parlamento Andaluz, de los que mandaron 4.460.571,91 a su sede regional y algo menos de medio millón de euros fuera para sus asistentes.
En cuanto a Izquierda Unida, la subvención fue de 1.486.346,07 euros, si bien, y curiosamente gasta en personal más que los otros dos grupos, en concreto 571.407,28 euros a pesar de tener menos diputados. Y a la organización no aparece que aporten nada directamente, o al menos no queda recogido de un modo específico como en el caso de PSOE y PP.
En cualquier caso, sólo con lo que estos grupos aportan a sus respectivas estructuras en Andalucía cabe preguntarse si además necesitan la subvención que se les da tras las elecciones autonómicas, generales y municipales,  si además necesitan las aportaciones desde los grupos municipales de los ayuntamientos y desde los grupos de las diputaciones, si además necesitan aportaciones extras como los 9,5 millones que se repartieron a cuenta de divulgar el nuevo Estatuto de Andalucía, si además necesitan lo que les llega por las fundaciones, en el caso de algunos la aportación directa que hacen los cargos públicos desde sus nóminas...  y si además necesitan las cuotas de los afiliados.
¿Crisis? ¿Quién dijo crisis?

Imaginación financiera en la Diputación

La última iniciativa presentada por el presidente de la Diputación de Almería, Gabriel Amat, para mejorar la asistencia económica a los municipios ha venido a sumarse a otras medidas adoptadas a lo largo de estos años y que sirven como ejemplo de que hay que aplicar más imaginación en la gestión de las instituciones en época de crisis.
Cuando en un pleno se planteó una subida de lo que la Diputación le cobra a los ayuntamientos por realizar el servicio de recaudación, la oposición en bloque puso el grito en el cielo. Lo que el equipo de gobierno indicaba que era una subida de un punto, del 3 al 4, la oposición lo interpretaba como un 25%... en cualquier caso lo que la oposición no quería asumir era el hecho de que el servicio de recaudación debe ser pagado a escote entre todos los municipios que lo reciben ya que lo presta una empresa externa, y que por tanto no puede ser deficitario.
Hay que recordar que a lo más que se llegó por parte de la oposición fue a pedir que la subida fuera escalonada, y no toda en este año. 
El hecho es que al final, Amat dejó en suspenso lo aprobado en pleno mientras se buscaba una fórmula menos gravosa, pero que cumpliera con el objetivo de cubrir el gasto. Y bueno, al final, la mitad de los pueblos de la provincia no pagarán nada por algo que ya estaban pagando.
No es sólo eso, además la Diputación aumenta el porcentaje que puede adelantar a los ayuntamientos en función de la recaudación prevista, lo que les permite tener más disponibilidad económica en esta dura travesía. 
Y por si fuera poco, aquellos consistorios que estén en una situación crítica podrán contar con una ampliación de ese adelanto, siempre de un modo muy excepcional. Ya dejó claro Amat que podría servir para pagar nóminas o facturas de suministros como la luz o el teléfono, pero no para una obra.
A eso hay que añadir el reparto de una cantidad lineal de dinero a los municipios más pequeños para invertir en lo que estimaran conveniente, y lo que es más importante, el tema de las bajas en las obras de los planes provinciales, que ha posibilitado que algunos ayuntamientos no tengan que poner prácticamente nada para hacerlas. Recordemos que estas obras son financiadas por ayuntamiento y Diputación, pero las adjudica esta última, y desde que Amat está de presidente, lo que se hace es que si la empresa adjudicataria lo hace por debajo del presupuesto inicial, ese recorte se aplica en la parte que tendría que poner el ayuntamiento, no en el total ni en la parte de la institución provincial.
Está por ver aún cómo reaccionará la oposición ante esta propuesta que saldrá adelante con la mayoría del PP, pero a la que de entrada no se le pueden encontrar pegas. Son pruebas de imaginación porque sin suponer un desembolso extra a la Diputación mejoran la financiación de los ayuntamientos.
Claro que, si como cada semana recuerda el vicepresidente Javier A. García, la Junta de Andalucía pagara los alrededor de 12 millones de euros que les debe sólo en materia social, esa imaginación sería todavía más efectiva.

La cruz entre Sevilla y Almería

"¡Como si la capitalidad de Andalucía (la cabeza, y por consiguiente, el pensamiento director), estuviese discernida a Sevilla por el reconocimiento de alguna de las demás provincias andaluzas! (...) No, Sevilla no es centro adecuado."
Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza

Vaya por delante esta cita entresacada de "La verdad sobre el complot de Tablada" escrito por Blas Infante en 1931, para dejar en evidencia el cúmulo de mentiras que algunos están profiriendo en los últimos días, con el único objetivo de prender con una mano la mecha de la indignación social, y con la otra esperar el saco de monedas con el que apagarla.
Dentro del cúmulo de despropósitos al que estamos asistiendo, una de las peores cosas es observar la permanente contradicción de algunos salvapatrias afincados en el catetismo, expresión más reduccionista del regionalismo provinciano.
Nadie manda en los sentimientos de nadie, y por tanto nadie obligar a nadie a sentirse andaluz y almeriense, o sólo andaluz, o sólo almeriense, o más lo uno que lo otro, como nadie puede obligar a nadie a sentirse español, ni a querer a España, como tampoco a odiarla.
Precisamente porque los sentimientos son libres e individuales, y porque como sentimientos han de respetarse, no quiero oir hablar de lo que los almerienses sienten hasta que no se nos pregunte a todos. Y es que en esta insensatez en la que un desvariado nos ha querido meter, no hay sitio para abordar las incongruencias que leemos y escuchamos.
Es curioso que muchos -no todos, claro- de los que hoy claman por desgajar Almería de Andalucía y proponen que sea una comunidad autónoma uniprovincial, critican el despilfarro que supone el sistema autonómico y muchos -no todos- es fácil leerlos en las redes sociales en otros momentos pidiendo su eliminación.
Pero es más, los mismos que critican el centralismo de Sevilla y su lejanía, no dudan en aplaudir el centralismo de Madrid, que al parecer está también más cerca.
Los mismos -o algunos- de los que cuestionan la historia común de Andalucía con Almería en su seno, luego se afanan en buscarle acomodo con Murcia, a la que le retiraron Albacete. Eso sí, igual te cuestionan la identidad histórica de Andalucía rescatando dos detalles que no pasaron de meras anécdotas en todo el devenir de nuestro pueblo, que convierten esos elementos en germen poco menos que de una nación nueva en Europa.
Quienes ven grandes similitudes entre los abderitanos y los murcianos, no logran verlas entre los mismos abderitanos y los motrileños, y quienes ven grandes diferencias entre los de Huelva y los de Almería no encuentran ninguna entre los de El Ejido y los de los Vélez.
Son los mismos -o casi- que acusan a Cataluña de insolidaria por querer dejar el Estado español cuando desde allí argumentan que ponen más que reciben en las arcas comunes, los que luego usan ese mismo análisis para querer irse de Andalucía. Los que defienden en un sitio que tributan las empresas y las personas, no los territorios, le dan la vuelta aquí. Todo vale.
Los que afirman con contundencia que si los catalanes quieren independizarse ha de preguntarse a todos los españoles, luego no admiten que para abandonar la Comunidad Autónoma se consulte a todos los andaluces.
Y qué decir del "no nos quieren" o del "no nos respetan" que oímos entre nacionalistas vascos y catalanes con respecto al Estado español. Los mismos -o casi- que les recriminan esas palabras son los que luego dicen lo mismo respecto a la Junta de Andalucía.
Son los mismos que niegan que el hecho diferencial catalán o vasco -el idioma entre otros- puedan ser motivo para justificar su no españolidad, quienes luego se agarran a un fandanguillo o una falda para reivindicar su diferencia identitaria con Andalucía. Es como quienes exhiben la bandera cruzada de Almería (la de los genoveses que destruyeron su puerto para que prospera el suyo) contra la bandera andaluza que ondeó por primera vez en su alcazaba... moros y cristianos, otra vez.
Es llamativo que quienes identifican el habla de un gallego y un valenciano y un colombiano como español a pesar de sus enormes diferencias, luego se resistan a reconocer que en toda Andalucía (incluso más allá) se habla andaluz. Y es que, como indica la cita de apertura, desde el andalucismo político siempre se ha tenido claro que Sevilla no debía ser la capital de Andalucía (Córdoba, Granada, Cádiz y Antequera han sido siempre los nombres barajados por razones históricas en los tres primeros casos y geográfica en el último), y siempre se ha tenido claro que Andalucía no es Sevilla, por tanto hasta en eso chirrían aquellos que confunden la identidad andaluza con el "sevillaneo". ¿Entonces por qué se puso la capital en Sevilla?
Los que acusan de mesiánico a Artur Màs por prometer la arcadia feliz en la independencia, luego son capaces de seguir a cualquier iluminado que hace la misma promesa en Almería. Como si entonces esa pléyade de malos políticos y malos almerienses dejaran de ser lo uno y lo otro y ya lo dieran todo por su tierra, por su terruño, ya no habría ni trepas ni corruptos.
Pero como aún así hace falta más, también se inventa, porque es insuficiente que cuente la historia como a uno le interesa, así que directamente se falsea y listo. El caso es que no encuentro el referendum en que preguntaron a los almerienses si querían formar parte de la Comunidad Autónoma de Andalucía, o en el que le preguntaban si querían una comunidad uniprovincial, con la parte oriental de Andalucía o con Murcia y Albacete o sólo con Murcia... lo más que encuentro es el referendum en el que los almeriense votaron diez vez más por la autonomía andaluza que en contra de ella, que esa misma proporción se mantuvo en la aprobación del Estatuto de Autonomía, y que en 2007 más del 85% apoyó el nuevo Estatuto (yo voté en contra). También he encontrado en los periódicos de la época manifestacionescon la bandera verdiblanca y el grito de "Andalucía autonomía" pero ni una en contra, que precisamente era lo defendido por el Gobierno central y los medios de comunicación locales, todos ellos del Estado y que tenían prohibida la publicidad política. También he encontrado concejales andalucistas por toda Almería, y que si han ido desapareciendo ha sido por los problemas del propio partido político que los ampara, no por desapego a la ideología en la que militaban o militan.
La lista de incongruencias es tan larga como la estulticia de quien ha puesto sobre la mesa un debate inoportuno apelando a la existencia de un sentimiento que está por ver.
Que el PSOE lleve gobernando Andalucía más treinta años y alguien pueda reabrir este debate significa en primer lugar que no han gobernado bien porque no han gobernado para todos los andaluces, porque han antepuesto las estrategias de partido a las necesidades del territorio y sus gentes (del país, que es la expresión correcta según la RAE).
Si un mal presidente de una Diputación no justifica que esa administración sea innecesaria, inútil o limitante, tampoco un mal gobernante al frente de la Junta de Andalucía puede significarlo. Que sistemáticamente el PSOE haya prescindido de almerienses en su gobierno significa únicamente que eso es lo que hay hecho el PSOE, y el PSOE ni es la Junta ni es Andalucía, y muchos no estamos dispuestos a que lo siga pareciendo. Porqué también son andaluces los que luchan por Almería.

Los impresentables concejales de Zurgena

Sin lugar a dudas que el PSOE de Almería se haya desvinculado de la moción de censura de Zurgena contra el alcalde del Partido Popular, Francisco Ramos, es algo que hay que valorar positivamente, y bueno sería que otros tomaran nota de esta decisión que, por otro lado, carece de relevacia real. 
Parece poco creíble que la dirección provincial del PSOE desconociera que se preparaba una moción de censura, que desconociera quienes la iban a firmar, y que tuviera que darse a conocer todo eso para que reaccionaran desautorizándola. Las palabras de la secretaria de Política Institucional Adela Segura, no son más que eso, palabras. 
El caso es que Zurgena se ha convertido con la colaboración de todos los partidos políticos, en ejemplo de burla y escarnio de la democracia y del respeto al voto ciudadano. Lo que mal empieza suele acabar mal, y eso no significa que las mociones de censura están mal, por que hay ejemplos en los que sirven para enderezar el rumbo de un ayuntamiento. No hay que ir muy lejos, y podemos ver el ejemplo de Vícar, donde un gobierno del PP apoyado por un concejal de IU y un independiente sufrió una moción de censura que llevó a la alcaldía al socialista Antonio Bonilla. El pacto antinatura entre el PP y los otros dos ediles (cierto que en los pueblos cuenta más la personalidad de los ediles que las siglas, y acuerdos de este tipo hay veces que salen bien, y por eso tampoco pueden rechazarse sistemáticamente) se vio roto y Bonilla fue elegido alcalde... y ahí sigue, con el voto ciudadano respaldándole elección tras elección, siendo el municipio más grande de la provincia en manos del PSOE y sin riesgo de que las cosas vayan a cambiar.
Es decir, las mociones de censura no son perversas en si mismas, pero lo de Zurgena cruza todas las líneas razonables, y el acuerdo que hay ahora en marcha es sólo una etapa más del espectáculo que están dando los concejales desde hace muchos años.
En el año 2005, el PSOE, incapaz de ganar unas elecciones municipales, planteó una moción de censura contra el alcalde del Partido Andalucista Cándido Trabalón. Para ello sumó la firma de un edil andalucista, Aniceto López que, misteriosamente desapareció del pueblo en las fechas oportunas y la moción de censura no prosperó.
Luego llegaron las denuncias de la Junta de Andalucía por irregularidades urbanísticas en el municipio, unas denuncias que, curiosamente sólo se producen en pueblos donde no gobierna el PSOE. Pero bueno, dejémoslo ahí, porque se producen esas denuncias y a pesar de ellas, Cándido Trabalón vuelve a presentarse a las elecciones municipales y el PA vuelve a ser la lista más votada.
Pero haciendo caso omiso a lo dicho por las urnas, los concejales dilucidan si debe gobernar el PP o el PSOE, ambos con menos votos que los andalucistas... y no, no había ninguna condena por medio. 
Al final el PA decide apoyar al PP, que tenía un concejal menos (¿por qué el partido con menos votos de los tres logra la alcaldía?), y lo sigue apoyando incluso cuando pierde otro -el de Hacienda- que se va al grupo mixto. Ahora ese exconcejal del PP, más los del PA apoyarán a un alcalde socialista (¿por qué cambian los andalucistas de opinión?).
Es decir, los mismos socialistas que quisieron acabar con Trabalón como alcalde, los mismos que criticaron al PP por contar con el apoyo de un imputado, ahora, que está condenando, no tienen problema en contar con él en su equipo. ¿Por qué ahora el malvado deja de serlo?
El PSOE de Almería aún no ha explicado esta clave, pero mucho menos ha explicado qué piensa hacer con los socialistas zurgeneros si finalmente se consuma la moción de censura. Probablemente todo se quede en nada, es decir, en una pose; como mucho, veremos un remake de lo sucedido en el Ayuntamiento de Benidorm, donde en una situación similar de desaprobación fueron expulsados para... en las siguientes elecciones municipales recibirlos de nuevo con los brazos abiertos.

Por qué no hay consejero de Almería

Hasta ahora, la verdad, se ha hablado más de los merecimientos de la provincia de Almería para tener un consejero en el Gobierno andaluz, que las razones por las que carece de él. Y en realidad, eso es lo que debería analizarse.
Desgraciadamente para el PSOE de Almería, en la decisión de la presidenta Susana Díaz de no nombrar ningún consejero de esta provincia no se esconde ni mucho menos un desprecio hacia ella o sus habitantes. Eso es lo que alguno ha querido expandir de forma vírica, porque ha visto sencillamente que sus intereses crematísticos se tambaleaban, porque además ha quedado en evidencia su escasa influencia a esos niveles. 
El PSOE siempre ha formado sus gobiernos -andaluz y estatal- en base a las estrategias y tensiones territoriales y de los barones de cada momento. Y ahora, Susana Díaz ha hecho lo mismo, ni más ni menos.
No somos los almerienses en su conjunto quienes debemos sentirnos despreciados por la presidenta, y mucho menos por la Junta, que no deja de ser un ente político como una Diputación o un Ayuntamiento, y desde luego, para nada despreciados por Andalucía, porque Almería es intrínsecamente andaluza... y que al margen de eso es sólo un territorio con unas gentes, diversas y plurales. Son los socialistas almerienses quienes deben estar preocupados por lo ocurrido, y lo están.
Los socialistas de Almería han cometido varios errores de bulto y el resultado es el que ha sido. El primero fue no mover ficha en el momento adecuado, cuando se estaban empezando a poner nombres sobre la mesa y por los socialistas de Almería esperaban una llamada que no llegaba.
Otro error fue proponer sólo un nombre, y además un nombre de hombre, a sabiendas de que eso era jugar a perder, ya que si hay once consejerías, de las que tres son de IU, y de esas dos son hombres, y sabiendo quienes eran los consejeros y consejeras que se quedaban, y que el gobierno iba a ser paritario... pues meter un hombre iba a ser muy difícil, y claro, al final, no entró. 
José Luis Sánchez Teruel, el secretario general de los socialistas almerienses, era el llamado a ocupar el puesto según las quinielas almeriense ¡no las sevillanas, que apuntaban a Sonia Ferrer! y ha sido el gran perdedor de una batalla en la que él mismo no quería entrar.
Es cierto que a nadie le amarga un dulce, pero a veces el dulce lleva veneno, que es peor que el amargor.
Si Sánchez Teruel era nombrado consejero, había dos posibilidades, una es la creación de una vicesecretaría que probablemente hubiera ocupado Adela Segura, aumentando así su poder y cortando el cesped bajo los pies de su propio jefe; y la otra era su dimisión al frente del PSOE provincial, lo que hubiera metido a la organización en otro follón congresual que vaya usted a saber cómo acaba... recordemos que así empezó la caída de Martín Soler.
La otra posibilidad era esta, la de no ser elegido. Si no se hubiera generado una enorme expectativa, no se hubiera producido una enorme decepción, y para Sánchez Teruel los dos escenarios eran malos. Si era consejero... se le tambaleaba la organización, y si no lo era... se dejaba en evidencia su nula influencia en el aparato sevillano. 
Tal vez Sánchez Teruel ha sido utilizado, tal vez por eso sólo se propuso a Sevilla un nombre y además de hombre, tal vez le animaron hasta el punto de creérselo, tal vez hasta el punto de confiar en que ciertos apoyos mediáticos que ahora se revuelven, y como no quieren hacer daño a su patrocinado y además quieren enseñar los dientes antes que la mano, juegan a algo tan peligroso como es el agravio territorial... cuando todos sabemos que esas mismas manos que ponen una frontera en Granada aplaudieron a rabiar la nefasta gestión de quien traía "una lluvia de millones para Almería" pero que se quedó en dinero "a punta pala" para ese medio de comunicación.

El día en que el PP se hizo de Sánchez Teruel

Me costaba trabajo ver a la parlamentaria y senadora del Partido Popular Rosario Soto defender con vehemencia a la necesidad de que hubiera un almeriense en el Consejo de Gobierno andaluz para que alguien se preocupara por los intereses de esta provincia.
Me costaba trabajo porque, sinceramente, que haya alguien en el PP que piense que un socialista sentado en el Consejo de Gobierno defiende los intereses de Almería por encima de los de partido, se me antoja contradictorio. No sé, tal vez es que el PP cree que el secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel habría sido un buen defensor de los intereses de esta provincia, y se antoja sorprendente si la propia parlamentaria critica la gestión de Manolo Recio al frente de la Consejería de Empleo en la misma rueda de prensa, o si tiramos de hemeroteca y leemos las críticas a los ex consejeros Martín Soler y Fuensanta Coves.
¿A qué viene la indignación? Es incomprensible a menos que como señalamos, uno piense que un consejero socialista de Almería defenderá mejor los intereses de esta provincia que el grupo de parlamentarios del PP por esta provincia. Si una es parlamentaria por Almería y es del PP, lo normal es que le importe un bledo de donde es el consejero, y que lo que le importe es que el Gobierno gobierne bien y para todos... y más si a nadie en el PP le ha preocupado que José Antonio Griñán fuera madrileño, si no le ha importado que Manuel Chaves fuera ceutí, si no les ha importado que Zarrías no fuera andaluz, ni Coves, ni Recio, ni Aguayo... pues si no importa todo esto ¿por qué sí importa que no haya un almeriense? ¿por qué si los almerienses aportaron tan poco -según el PP- a Almería ahora resulta que es terrible que no los haya?
Es divertido leer la decepción de COAG, de ASAJA, de UPA, de la Cámara de Comercio... por que no hay un consejero de Almería. Pero qué poca memoria... ¿qué hicieron por Almería los consejeros socialistas de Almería? Es lamentable ver como se prestan organizaciones y personajes presuntamente serios a este tipo de juegos como si no se acordaran esos consejeros a los que criticaban... como si es que Coves, Soler y Recio hubieran hecho algo por la Autovía del Mármol, por el PGOU de Almería, por los hospitales, por la agricultura... ¿lo hicieron? 
Lejos de la interpretación inicial de Soto, la realidad es bien distinta. Los socialistas siempre construyen sus gobiernos atendiendo a criterios de tensiones internas, unas veces vinculadas a personas y otras vinculadas a territorios, y eso es lo que ha ocurrido aquí. No hay más que eso. 
Lejos de poder interpretarse como un desprecio de Andalucía a Almería, se trata en realidad de un desprecio, pero del PSOE de Andalucía al PSOE de Almería, de la constatación del nulo peso que tienen los socialistas almerienses en su formación a nivel autonómico. 
A no ser que el PP entienda que el PSOE y la Junta de Andalucía son una misma cosa, y que además Andalucía como entidad política es en sí igual a Junta de Andalucía y a PSOE, sus afirmaciones son del todo erradas.
Como es habitual, el PP le hace el juego a su enemigo -así son ellos- y mientras el PSOE ataca a Rajoy y al PP pero no ataca a España ni a La Moncloa, los populares se siguen situando permanentemente como una cosa ajena a esta entidad política en la que quieren gobernar, y por tanto autoexcluyéndose.
Pero lo peor no es eso, lo peor es que el PP le acaba haciendo el juego a alguien que ha hecho una campaña durante casi dos semanas para poder colocar a su hombre en el Consejo de Gobierno de Susana Díaz, y hasta se fue allí a darle un beso en su investidura, y todo con la promesa de que se vuelva a cumplir lo que reflejan las conversaciones de la Operación Poniente. "A punta pala, a punta pala".
¡Pero tan difícil de entender es que todo esta indignación no es más que una manipulación con el bussines mediático de fondo! ¿De verdad que nadie se ha dado cuenta de la campaña de promoción? ¿por qué no se hizo lo mismo cuando Griñán nombró su gobierno sin almerienses? ¿qué diferencia había? 

El consejero de Almería

Esta semana se confirmará si en el próximo gobierno andaluz -el cuarto en cuatro años, ejemplo paradigmático de estabilidad política- cuenta con algún consejero de la provincia de Almería, y si ese consejero es el parlamentario y secretario general del PSOE provincial, José Luis Sánchez Teruel.
Raya lo patético el catetismo con el que algunos medios provinciales han querido convertir en tema central de toda una semana la "necesidad" de que haya un consejero de Almería, el "reconocimiento" que eso supondría para lo que esta provincia aporta al conjunto de Andalucía, y lo "tremendamente positivo" que sería para los intereses de la agricultura provincial que Susana Díaz contara en su equipo con un almeriense... y si ese es JLST ¡mucho mejor!
Vaya por delante que comparto que el secretario general del PSOE de Almería puede ser un buen consejero de cualquier cosa, porque contra tirios y troyanos está sabiendo controlar las tensiones internas y eso significa que es capaz de crear equipo, de no tener prisas, de medir tiempos. Que ha metido la pata en algunos asuntos, pues también lo hemos dicho en su momento.
Pero la cuestión no es tanto quién si no por qué. Recordemos al insigne Martín Soler, el todopoderoso Martín Soler, el que estaba llamado a ser el paladín de la agricultura almeriense (por cierto que el PSOE recupera ahora lo que él ya inició sobre un foro con valencianos y murcianos para este tema)... y quedó en un bluff, el que luego iba a salvar a esta provincia desde la innovación... y fue otro bluff... o recordemos a la alicantina Fuensanta Coves, a quien debemos gran parte de la desproteción de Cabo de Gata y es en parte responsable del hotel del Algarrobico... o recordemos al también reciente del castellano Manuel Recio... de quien es mejor no hablar.
Todos ellos han contado con el aplauso hasta la regurgitación de ciertos medios de comunicación de la provincia, y curiosamente lo que sí sabemos gracias a las llamadas intervenidas en la Operación Poniente, es que a lo que se dedicó Soler desde Agricultura fue a dar dinero " a punta pala" a un medio de comunicación de la Almería hasta el extremo de no dejar ni un céntimo en esa partida para el resto. Y que luego desde Innovación hizo lo mismo.
¿Es por eso que es tan imprescindible que haya un consejero almeriense, para que sea más fácil hacer negocios sin tener que ir a Sevilla?
Todos sabemos que si hay un consejero de Almería, como si lo hay de Málaga o de Sevilla... o español, será como reconocimiento no a los valores de esa provincia, si no al apoyo que el partido en esa provincia, o sus dirigentes en esa provincia, le hayan dado a la ya presidenta de la Junta de Andalucía. Y en eso, desde luego, los socialistas de Almería siempre se han puesto los primeros, y JLST el primero entre los primeros.
Es fácil tocar la sensibilidad de los lectores lanzando mensajes de lo mucho que nos merecemos y lo mal que nos trata "Sevilla", y ocultar nuestra realidad, que es la incapacidad para gestionar nuestro turismo, por ejemplo, nuestra incapacidad para crear empleo, por ejemplo, nuestra incapacidad para crear un tejido comercial moderno, por ejemplo, nuestra incapacidad para activar industrias alternativas, por ejemplo... no, no es culpa de "Sevilla" es culpa de los paupérrimos políticos almerienses, más obsesionados con una silla en "Sevilla" o en "Madrid" que en aportar algo a su provincia, más atentos a la estrategia política del "quitatetuparaponermeyo" que a la estrategia de desarrollo de Almería.
Si otras provincias de Andalucía logran cosas no es por que "Sevilla" las quiera más, es sencillamente porque tiene políticos que la ponen por delante de las siglas del partido. "Sevilla" dicho así es el PSOE, no Andalucía, no la Junta de Andalucía, es el PSOE... el mismo PSOE que ahora se pone estupendo porque Andalucía cuenta con una presidenta ¡pero si el PP lleva décadas con presidentas autonómicas! ¿por qué no presentaron a una mujer como candidata cuando el PP ya presentó a Teófila Martínez o el PA a la olvidable Pilar González? Almería no ha tenido una presidenta antes porque al PSOE no le ha dado la gana... vamos porque legitimamente no le pareció adecuado para sus intereses, vale, pero que si ahora les interesa, por favor, que no nos vendan la moto del hecho histórico.
Lo que Almería necesita no es tener un consejero, lo que necesita es que el Gobierno andaluz atienda a sus muchas necesidades, a sus muchas carencias... y eso, de momento, no lo han hecho ni consejeros de Almería, ni consejeros de otras partes de Andalucía, ni consejeros españoles. También ahí tiene razón JLST, cuando se preguntaba en una reciente rueda de prensa si quienes piden un consejero de Agricultura almeriense piensan que va a tratar con más cariño a esta provincia, y que por tanto el resto de consejeros harán lo mismo con las suyas de origen... eso nos llevaría de nuevo a una Almería olvidada.
Desde Almería eso es lo que debemos reclamar, que el Gobierno andaluz responda a nuestras demandas, porque ya sabemos que la elección de consejero no depende de las fortalezas o debilidades de nuestra provincia, si no del puzzle socialista con el que juega Susana Díaz.

Sánchez Teruel lo clava

Era difícil escuchar al secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel, en la rueda de prensa sobre el inicio del curso político, y no estar de acuerdo con sus planteamientos. La lógica y el sentido común no debería ser algo ajeno a los políticos, pero en demasiadas ocasiones lo parece.
A ver si no es cierto que todos queremos gobiernos sin delincuentes como decía el líder socialista... pues claro. Lo que pasa es que decir eso por los ayuntamientos de Zurgena, Cantoria y Somontín (cuyo alcalde por cierto dejó de militar en el PP tras la condena) y olvidar que el PSOE mantuvo a su alcalde de Carboneras condenado en sentencia firme por delito electoral (delito cometido en las elecciones que ganó, que ya es el colmo) sin inmutarse, y que luego lo indultaron para poder volver a presentarlo, y que ha mantenido concejales condenados en sentencia firme... pues con encaja bien.
Hablar de la necesidad de prestigiar la política es algo que muchos compartimos, porque el desapego a los políticos lleva al desapego de la política, y de ahí a justificar una asonada militar o una dictadura tecnocrática va sólo un paso. Pero, claro, cuando junto a él está Manolo Recio, domiciliado en Sevilla junto a su esposa y con los hijos escolarizados allí, y resulta que se lleva calentitos 400 euros a la semana por ser parlamentario por Almería y que su cónyuge -cargo de confianza en la Junta de Andalucía- también cobra "indemnización" por residir en nuestra provincia... pues canta mucho, y eso por no recordar el "comando fairy" y otras hazañas del ínclito.
Quién no va a compartir con Sánchez Teruel que la prioridad debe ser el empleo, y las cifras apuntan a que hay mejoría. Dice que hay 10.140 parados más en Almería ahora que cuando llegó Rajoy a la Moncloa, y en este caso también habría sido interesante recordar cuantos había en esta provincia cuando llegó Zapatero y cuantos cuando se fue. 
Cómo no compartir con el de Chirivel que Javier Arenas es el gran ausente, y hasta que debía dejar su escaño andaluz a la siguiente del PP, pues claro que sí, pero estoy convencido de Manuel Chaves también es el gran ausente de la circunscripción por la que salió diputado, como lo es Alfonso Guerra, o ya veremos cuanto aporta José Antonio Griñán en el Senado a Andalucía tras ser designado por la Cámara Andaluza. 
Y sí, claro que hay que exigir que se cumplan los presupuestos de las administraciones, incluso aunque sean "de geometría variable" como explicaba -es un decir- Recio en su momento, incluso si no están provincializados. Hay que cumplir... lo que pasa es que la Junta de Andalucía lleva tres décadas de incumplimientos, acabando obras tres, cuatro o cinco -o más- años después de su fecha anunciada, y algunas, a día de hoy siguen igual, paradas. 
No estoy tan de acuerdo con él en que lo importante son las políticas y no las personas, pero creo que este desacuerdo no es del todo así. La personalidad de quienes dirigen equipos -un gobernante lo és- es muy importante, y digo que a pesar de su afirmación estará de acuerdo conmigo, porque los socialistas no paran de destacar que Susana Díaz es mujer y es joven, y que hablan de relevo generacional (sí, ya lo dijo Griñán, y se ha tenido que ir para que lo parezca)... es decir, no paran de destacar el factor personal sin que hasta el momento sepamos en qué consiste su diferencia con el que la ha designado en el plano de las "políticas". ¿Debemos suponer que todos aquellos elementos que nos destaquen como valores de Díaz son de los que carecía su antecesor?
Y por último sí, en un gobierno andaluz no puede ni debe haber cuotas provinciales como ha dicho Sánchez Teruel, y lo que hace falta es un buen gobierno, el mejor gobierno. Pues sí, eso es, que algunos aún nos estamos carcajeando de las loas a Martín Soler como consejero de Agricultura y luego de Innovación... eso lo notaría Almería... y pasó con más pena que gloria, y que decir de la alicantina Fuensanta Coves y la desprotección camuflada de Cabo de Gata... o la desesperante inutilidad de Recio... eso demuestra que las personas son importantes, que no es lo mismo un socialista que otro, que no es lo mismo una persona válida y trabajadora que otra que no lo es, que no es lo mismo alguien con ideas que alguien sin ellas.
Creo que Sánchez Teruel podría ser un buen consejero, de lo que lo pongan, porque si ha sabido dar cierta tranquilidad al PSOE provincial es que sabe hacer equipo, incluso trabajar con quienes no están en el suyo, que es capaz de marcarse objetivos, capaz de que la ambición no le traicione (eso es muy raro en un político). El problema es que en el PSOE no suelen designar consejeros a los secretarios generales, y recuérdese el caso de Soler que dimitió cuando le nombraron para el gobierno andaluz, pero como no es una condición estatutaria, eso puede cambiar. Si no cambia y le nombran, de nuevo el melón abierto en el PSOE provincial.