Asalto a la Universidad de Almería

El nombramiento de Javier de las Nieves como número tres de la Universidad de Almería consolida la estrategia socialista para hacer de esta institución lo que ya han hecho de Andalucía. Se trata de ordenar la sucesión mientras se extienden las redes para no dejar ni un resquicio por donde pueda entrar el aire fresco al Campus.

Aquellos mismos que señalaban con el dedo a Alfredo Martínez Almécija "por ser del PP" -cuando en realidad se apuntó a esta formación poco después de perder el rectorado y se apartó de la formación meses después de ingresar- empujaron sin reservas a De las Nieves como alternativa socialista. Tras el estrepitoso fracaso cosechado, tomaron impulso y ganaron las siguientes con Pedro Molina al frente, otro socialista de carnet, porque obviamente lo repugnante no es politizar la Universidad, si no que sean otros quienes la dirijan.

Pero el PSOE nunca olvida a quienes les prestan servicios, y así, cuando Molina repasa el currículo académico de De las Nieves, intencionadamente no menciona que tras perder la elecciones a rector, el Gobierno andaluz socialista le puso al frente de la Delegación que se ocupaba de la Universidad, o dicho de otro modo, le colocó a dedo por encima del cargo que las urnas le habían negado.

Hasta no hace mucho, De las Nieves estaba en Sevilla (¿cobraría también "indemnización" por vivienda?) al frente de otro organismo de la Junta de Andalucía, el IFAPA, también de libre designación. Y hace algún tiempo que regresó a Almería y se reincorporó a la Universidad, lo que no dejó de sorprender a propios y extraños, precisamente por ocurrir este retorno en un momento tan crítico para esta institución desde el punto de vista económico. 

Resulta que de nuevo, las urnas le han dado la espalada a De las Nieves, y cuando ni siquiera es capaz de ganar las elecciones en su Departamento, el dedo del rector, le designa como vicerrector. Y ya son tres activos socialistas al frente de la Universidad, Pedro Molina, José Guerrero y Javier de las Nieves.

A esto hay que añadir los cargos intermedios ocupados por militantes del PSOE y de las JJSS, o que lleguen a controlar el movimiento estudiantil arropando al liderazgo a un joven cuyo padre depende laboralmente de la firma del rector, con lo que no resulta absurdo pensar qué guía y hasta donde sus proclamas revolucionarias. 

Quien puede haberse llevado un chasco ante este nombramiento es Fernando Martínez, quien optó a la Secretaría General del PSOE de la capital con la promesa de no buscar ser el candidato a la Alcaldía de la capital en las próximas elecciones municipales. Por que el rumor extendido es que su objetivo no era otro que recuperar cierta relevancia social para alcanzar el Rectorado, y que en ese sentido estaba trabajando. 

Tan es así, que un documento interno que ha circulado por la Agrupación Socialista de Almería, recoge que Martínez quiere hacer "de su nueva situación orgánica en el PSOE el trampolín para su verdadera ambición que no es otra que convertirse en el nuevo rector de la Universidad".

El paso dado por Molina nombrando a De las Nieves "recién llegado" de Sevilla en vez de Martínez puede generar varios tsunamis. Uno es que el exalcalde se lo piense dos veces y decida ser candidato, frustrando las aspiraciones de los varios que desean ocupar el cartel, lo que reabriría una nueva guerra en la capital pero que tendría consecuencias provinciales.

El otro tsunami es que el exalcalde decidiera ser candidato a rector. Aquí hay que tener en cuenta que De las Nievas no gana ni a los chinos si hay urnas por medio, y si el voto socialista se divide, menos aún.  Más allá de eso, la guerra interna del PSOE volvería a trasladarse al ámbito universitario, que si algo necesita en las actuales circunstancias económicas y organizativas, es tranquilidad y reflexión.