Eso es lo que deben pensar los socialistas que están al frente del Gobierno de Andalucía, que la solidaridad bien entendida comienza por uno mismo. Por eso no tienen empacho en que Andalucía sea el país destinario de más ayudas de la Junta de Andalucía para cooperación internacional de ayuda al desarrollo. Y ojo, el término "país" está usado en este caso por dos motivos, siendo el primero que según el DRAE es una palabra aplicable tanto a una nación, como a una región, como a una zona territorial, y por lo tanto es perfectamente compatible con la realidad (nacional) andaluza establecida por el Estatuto.
Pero es que además, el término es el se utiliza en el Informe 2009 de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo a la hora de hacer sus listados sobre ayudas, subvenciones, programas y demás, puesto que con toda lógica, al margen de Andalucía lo demás son lo que habitualmente entendemos por países (con Estado, para aclararnos).
Sorprende que Andalucía reciba más del 12% del dinero de esta Agencia, y que además sea la que tiene más programas destinados. Es decir, que es Andalucía el objetivo prioritario de las ayudas y subvenciones de la Junta de Andalucía para el desarrollo internacional.
Si eso resulta poco menos que una broma, no lo es menos observar a qué se destina, y así es una chufla encontrarse con que igual se paga al Ayuntamiento de Alcalá la Real para "fortalecer" (¿la doparán?) una página web destinada a un festival de música, que a que un grupo de jóvenes se reúnan a costa del Ayuntamiento de Purchena vía AACID para hablar de turismo rural sostenible.
De cualquier modo esto se fundamenta en el propio absurdo en el que cae esta Agencia que depende de la Junta de Andalucía, ya que es precisamente la Junta de Andalucía la entidad a la que más programas se le aprueban y la que más dinero recibe, por lo que cabe preguntarse qué sentido tiene entonces que esta entidad.
Dicho de otro modo, la Junta da casi cien millones de euros a la AACID, y luego la AACID destina la mayor parte de sus recursos a las iniciativas de la Junta.
¿Será que por medio, en ese va y viene, se quedan cuatro millones y medio de euros, que es lo que cuesta mantener la estructura burocrática de la propia Agencia?
Lo dicho, que la solidaridad bien entendida comienza por uno mismo. Y no me refiero a Andalucía.
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