Está asumido que los almerienses tragan con todo, y que por eso nos va como nos va. Pero visto lo visto, lo cierto es que no nos había ido tan mal hasta que tropezamos con una generación de políticos más interesados por su propia supervivencia personal que por los intereses generales de la provincia.
El concejal de Obras Públicas Francisco Amizián ha sido claro. El soterramiento propuesto es rechazable de punta a punta desde su punto de vista. No sólo es caro carísimo, es que además hacen que el Ayuntamiento de Almería pague la mayor parte del mismo, cuando lo que demanda -el soterramiento- es más barato que lo que está obligado a pagar Fomento -las vías y la estación- pero los costes se pagarán de modo inverso.
No es sólo eso, es que además no responde las necesidades ni a las demandas de los ciudadanos almerienses. Cúpulas por medio, zonas intransitables, enormes bloques de viviendas... además sin conexión con el puerto (¿nos quieren decir que el tren volverá a soterrarse y a elevarse en cuatrocientos metros, cuando justo antes ha necesitado cuatro kilómetros para hacer eso mismo? Mienten).
En sus palabras sólo tiene un cierto apoyo del portavoz municipal Pablo Venzal, y parece que otro edil, Javier Aureliano García, e incluso el alcalde estarían por la labor de romper con esta estafa. Pero ya está.
Juan Megino, que es la mitad de GIAL, se ha mostrado partidario del proyecto, e incluso de hacer torres como en la Térmica, con lo que le gusta a él. La otra mitad de GIAL, Esteban Rodríguez, no se ha pronunciado.
Lo del PSOE ya se sabe... lo que diga Madrid.
Lo sorprende es lo de IU, lo de Diego Cervantes, que de ser el mayor crítico, el que se enfrentó a todos en público en la rueda de prensa de regreso del Madrid, el que incluso se enfrentó tras las cámaras con Nono Amate... ese mismo que decía que se endeudaba la ciudad si aceptaba el proyecto... pues ahora dice que sí. Qué raro.
Con un poco de pedagogía Almería dirá no. A ver si se aplican a ello, que obviamente esto no interesa Almería, ni por la cuestión económica, ni por el diseño... ni por las formas ¿qué eso de esto o nada? ¿si ellos han tardado tres años en hacer un estudio informativo no podemos nosotros debatirlo un par de meses?
Lo que debe hacer el equipo de Gobierno municipal es presentar una alternativa seria, y si hace falta, con maqueta, como aquella que presentó el propio Cervantes en compañía de los socialistas, con un sonriente candidato in pectore como era Martín Soler.
Almería tiene que decir no. Es cuestión de dignidad. Ojo, de dignidad y de lógica: no es ni el que queríamos y además es caro, y además el Ayuntamiento tiene que pagar lo suyo y lo de los demás. El colmo.
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