A mi sí me gusta el Toblerone

"Ya no me estorba
el ruido al crecer de la hierba
la ruina manando en las fuentes
ni el aletear de jilgueros"
Marea

Quizá por que desde siempre me ha gustado el heavy metal, a mi, el Toblerone me gusta, como me gusta el efecto de contraste del acero corten en las viejas murallas de la Alcazaba.
No necesito dar más justificaciones, a mi me gusta. Tampoco necesito insultar a quienes sostienen lo contrario, que es un bodrio sin valor ni histórico, ni cultural, ni tan siquiera sentimental. Pues vale. Es su opinión, y no la comparto.
No necesito entrar a derribar los argumentos con los que cuestionan los intereses de quienes rechazamos la demolición alegando los oscuros intereses de quienes la promueven. No es necesario recordar que alguien debió saber que ese suelo cambiaría de uso antes de comprarlo, y no es necesario ser muy listo para observar que asistimos a una clara impostura por parte de los dos grupos municipales de la oposición municipal, mientras que el del gobierno ha actuado con sigilo.
Lo normal, teniendo en cuenta la envergadura de la actuación y lo esperada y esperable que era, hubiera sido convenientemente anunciada como evento singular por el equipo de Gobierno municipal, pero aquí sí ha habido un prudencial silencio.
El PSOE e IU no se habían dado cuenta en más de una década de que el edificio estaba destinado a su desaparición, y ninguno de los dos movió ni un solo dedo para que la Junta de Andalucía en la que cogobiernan, iniciara el expediente solicitado por varios colectivos para su declaración de Bien de Interés Cultural o Industrial. Primero no se enteraron, y luego no hicieron nada... y ahora piden un referendum...
No sólo eso, dos administraciones competentes en la demolición y no son capaces de que se cumpla la ley... porque sinceramente, esa polvareda roja no parece ser lo mejor para los pulmones de los almerienses.
Insisto, a mi me gusta. Y me gusta por ser el recuerdo de una época en la historia de Almería, historia brillante según algunos, o humillante según otros, pero historia nuestra al fin y a la postre.
A mi me gusta su diseño, y me da igual que lo hiciera una aprendiz con cuatro planchas de metal sobrante o un arquitecto de primera fila, es que a un chaval de barrio que escucha heavy no le importa quién toca si no cómo suena.
Podría haberse urbanizado todo su entorno, con viviendas sí, pero también con jardines y espacios libres, y convertirlo en un magnífico lugar para conciertos, podría haber sido un original espacio para congresos y exposiciones en pleno centro... sí, ya se que dirán que no, que costaría mucho, pero bueno, también quien afirmó una y otra vez que el edificio polivalente de El Toyo no podía ser transformado en Palacio de Congresos por caro y complejo, al final lo acabó haciendo suyo.
Preguntarán que quién tendría que pagar al propietario de esta instalación, que cuanto costaría, que si es eso en lo que queremos gastar el dinero en plena crisis, y a eso la respuesta es que a mi me gusta. A mi me gusta ese lomo rojo de pez metálico recostado en la parte baja de la ciudad, me hubiera gustado verlo cubierto por los mejores grafiteros de la provincia (en Vícar y El Ejido los hay muy buenos).
La Junta declara inmuebles privados BIC y obliga a sus propietarios a su buen mantenimiento, y con el Toblerone, el gobierno PSOE-IU, esos que ahora se rasgan las vestiduras, no hicieron nada para esa declaración, nada para que quien compró a cuatro y vendrá a treinta y dos, lo mantuviera en buen estado.

Que no, que no nos tomen el pelo, que todos los políticos querían su demolición, que muchos almerienses también, pero otros no. Tal vez por sentimentalismo, pues sí, tal vez, pero todo el mundo sabe que las baladas heavys son las mejores de toda la música.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

a caído la viga al lado de un coche aparcado... si no es por la valla adios coche (o quien sabe si llega a pasar alguien)... un operario sin casco de seguridad, el de la grua hablando por el móvil mientras cortaba vigas, nadie que avisase a los viandantes del peligro, ni ningún cartel avisando (bueno si, después del altercado de la viga lo han puesto)... tampoco hay cartel de quien es el responsable de la obra, ni de la persona al cargo, ni que cuesta la obra... vamos lo que legalmente hay que poner en cualquier obra...
CHAPUZA!! como nuestros gobernantes... en mi vida he visto algo así.

http://i1279.photobucket.com/albums/y540/baldboy_es/seguridad_zpsf11931db.jpg

Amarra dijo...

...como nos manifestemos todos los que estamos deseando que quiten tal asquerosidad para la ciudad, se va a liar.Ridículo, oportunista, demagógico y muy potizaillo me parece la actitud de éstos que defienden lo que sufrimos los vecinos con esta escombrera. Veremos haber quien sigue dándoles cancha a éstos.

Anónimo dijo...

Me gusta este artículo pero no el Toblerone y puede que tampoco los edificios que construyan allí y que afearán más la vista del edificio de la estación de ferrocarril.
Jesús

Anónimo dijo...

La historia de Almería a la que usted hace referencia es la historia del polvo rojo, ese que ahora molesta tanto y que se le olvida cuando habla de su posible uso para conciertos o como Palacio de Congresos. Ni los más heavys entrarían ahí a cantar. Esa cosa que describe con tanta poesía en su artículo no es más que una escombrera o podredumbre con cuatro muros y un techo enorme y oxidado de hojalata, que ocupa más de 230 metros de longitud, que se utilizaba para almacenar hierro y que no vale para nada más. No es ni el acueducto de Segovia, ni la Alhambra, ni la Giralda, ni nada comparable como para declararlo BIC. Y se le está dando una dimensión histórica y cultural que no tiene en absoluto. No he visto ni a un solo turista echarse fotos delante de esa cosa tan fea y destartalada que decora tan bien la zona en la que se ubica.