El pepino andaluz

El pepino objeto de la polémica con Alemania es andaluz. No es español, es andaluz. Y aunque algún rápido de mente diga que si es andaluz es español, hay que aclarar que no, que es andaluz, no español.
Las empresas afectadas por la precipitada decisión del Gobierno alemán y segundada por la Unión Europea, son de Málaga y Almería, no de Almería y Talavera de la Reina, no de Málaga y Badalona, no, son de Almería y Málaga, ambas provincias andaluzas.
Pues si son andaluzas ambas, y hay otros territorios en España que producen pepino (Murcia, Valencia...) hay que preguntarse a qué viene usar el término español para referirse a ellos.
Basta rebuscar quién habló primero del asunto públicamente y nos encontramos a la Junta de Andalucía. En realidad, hablar del "pepino español" ha sido una estrategia para no asumir que el problema y por tanto la responsabilidad más directa de su gestión, es andaluza, netamente andaluza.
Quien tiene las competencias máxímas en  materia agrícola es la Junta de Andalucía, y quien tiene máximas competencias en salud y consumo, es también la Junta de Andalucía, pero si hablamos del "pepino español" en vez de mencionar al "pepino andaluz", pues rápidamente se desvía la atención y la responsabilidad al ministerio y medio de Rosa Aguilar.
En lo que sí tiene competencias exclusivas el Estado central es en política exterior y en representación ante las instituciones internacionales, pero a la ministra de Exteriores ni la hemos visto aparecer en los telediarios.
Si en vez de ser pepinos andaluces hubieran sido catalanes, Artur Mas se habría presentado en Bruselas, y habría ido personalmente a ver a la irresponsable consejera del lander que lanzó la alerta sanitaria, estaría apretándole las clavijas a los germanos para lograr compensaciones indemnizaciones, mientras que como el pepino es español, pues nuestra consejera se limita a "exigir" mientras allá a lo lejos la ministra hace lo que puede, y de paso le meten la bacalá de otros asuntos pendientes entre España y la UE que para nada tienen que ver con el problema actual.
Esta crisis del pepino entre otras cosas debería servirnos a los andaluces para darnos cuenta de que necesitamos un gobierno para el que Andalucía sea lo primero, que esté dispuesto a enfrentarse donde sea y con quien sea para defender nuestros intereses. Necesitamos representación directa en Europa, pero también necesitamos que quienes gobiernan Andalucía se lo crean... vamos, que se crean que son una Comunidad Autónoma o como dice el Estatuto que ellos mismo redactaron y votaron (yo no) una nacionalidad o una realidad nacional, y no una especie de provincia que tiene moverse según ponga el ritmo el Gobierno de España. Pues no, el pepino es andaluz, y era el Gobierno andaluz el que tenía que haber impuesto el ritmo... por eso se ha convertido en el pepino español, así es más cómodo.

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