Lo sucedido en Adra demuestra que la Ley de Violencia de Género está mal planteada desde su génesis. Es cierto que la mujer es la principal víctima de la violencia doméstica, pero desde luego no es la única, pero sobre todo, lo que ha de tenerse en cuenta a la hora de legislar, es que las leyes no acaben generando injusticias.
Ateniéndonos a la Ley, sólo es considerada violencia de género la agresión del hombre sobre la mujer, y eso es lo que se ha legislado, dejando fuera todas las demás situaciones. Curiosamente esas situaciones en gran medida vienen derivadas de otras leyes zapateriles como la del matrimonio entre homosexuales como se ha visto en la tragedia de Adra.
Es decir, si un hombre maltrata a una mujer, es violencia de género y el hombre sufre una durísima condena, pero si es ella la que lo maltrata a él... ya no es violencia de género... es decir, cambia la tipología de la falta o delito en función de la genitalidad del autor ¿no es un poco ridículo?
Otro caso es el de las parejas homosexuales. Una lesbiana agrede a su pareja o ex pareja... como la víctima es mujer... hay violencia de género... pero si es un hombre homosexual quien agrede a su pareja o ex pareja... ya no lo es... aunque en ambos casos exista una relación sentimental y hasta legal como en las parejas heterosexuales.
Esto, lo que deja en evidencia es que se tratan de dos leyes -la de la Violencia de Género como la del matrimonio entre homosexuales- pensadas únicamente de cara a la galería. Es verdad que se partía de una necesidad, pero es la respuesta a esa necesidad la que se ha hecho parcheando porque es más vistoso.
Pero sigamos con más casos. El hijo que agrede a sus padres... eso es una falta o delito común... nada más.
¿No hubiera sido más lógico tipificar las agresiones en el ámbito doméstico, sean cuales fueren las víctimas y los culpables? Tan criminal es el hombre/mujer que agrede a su pareja siendo del mismo sexo como del contrario; y tanto lo es el padre/madre que maltrata a su hijo como el hijo que actúa así contra sus progenitores... lo común a todos los casos es la existencia de un ambito privado -doméstico- y una relación de superioridad física o dominio sicológico de uno sobre otro.
Lo que pasa es que haciendo leyes así los titulares en la prensa hubieran sido menos llamativos, y las fotos tampoco hubieran sido tan... malvas para un presidente que se define como "feminista".
Pues para ser "feminista" sus leyes son bastante machistas (otro día hablaremos de las listas cremallera).
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