Irracionalidades varias con Loma Cabrera


Desde luego que eso de la "lealtad institucional" poco o nada de sentido tiene en la política española en general, nada en la andaluza, y desde luego que ni asomo en la provincial. Aquí la única lealtad que tienen la mayoría de los que se dedican a la política es al partido, o más concretamente, a la persona concreta que les ha colocado en el puesto insitucional del que disfrutan.


Es por eso que no extraña nada los rasgos grotescos que está tomando el caso de las tuberías de Loma Cabrera. Se podría resumir diciendo que Loma Cabrera es un barrio de Almería capital, cuyas vías son competencia de la Diputación, y que bajo ellas existen una tuberías para el abastecimiento de agua que es una competencia municipal. Resulta que el agua prácticamente no llegaba a los vecinos por el mal estado de los tubos (en la foto pueden ver al alcalde con un trozo de uno de ellos saturado de sal y porquería), por lo que el Ayuntamiento decide cambiarlas, pero hete aquí que la institución provincial dice que antes pasen sobre su cadáver que tocar una de estas calles. El Ayuntamiento promete dejar las cosas no sólo como estaban, si no mejor, asfalto nuevo... nueva señalización... pero la Diputación dice que no, que si quiere poner tuberías eche por otro sitio, no por allí.

¿Olvidé contarles que el Ayuntamiento es del PP y la Diputación es del PSOE con el apoyo del PAL? ¡Vaya!

La lealtad institucional ha consistido en que la Diputación ha cogido por los pelos una norma para impedir que el Ayuntamiento acometa la obra en cuestión, ante el convencimiento general de que si llega a gobernar el PSOE el Consistorio municipal la traba no hubiera existido.

Sigamos con la lealtad institucional. El Ayuntamiento decide llevar a cabo las obras para no dejar desabastecidos a los vecinos, aún a sabiendas de que podía traerle consecuencias administrativas.

La Diputación, en un gesto más torticero todavía argumenta en rueda de prensa que si el Ayuntamiento se queda con las carreteras del barrio... vale, que de lo contrario le abrirán un expediente. O sea, que depende de como te portes así doy visto bueno o no a lo que en principio entiendo que está mal hecho (la ley según el PSOE-PAL).

Ahora la obra está hecha, los vecinos tienen agua, pero la Diputación sanciona al Ayuntamiento y le pide que vuelva las cosas a su estado anterior... se entiende que habrá que quitar el asfalto, sustituir los nuevos por los viejos tubos...

¿Le piensa explicar esto el presidente de la Diputación, Juan Carlos Usero, a quienes le han votado como concejal del Ayuntamiento de Almería?

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