Se podrá responder a eso que el PP movió Roma con Santiago para juntar a los 17.000 que ellos dicen, o a los 5.000 que apuntaba la Subdelegación del Gobierno; pero no es menos cierto que eso mismo es lo que han hecho -o se supone que debían haber hecho- las organizaciones sindicales. Y si alguien desacredita la manifestación del PP argumentando que había mucho "asalariado", también es verdad que puestos a anotar "asalariados", entre UGT y CCOO suman muchos más en toda la provincia.
El caso es que en Almería este Primero de Mayo ha pasado sin más pena ni más gloria que otros. Bueno, hay quien asegura que la crisis ha duplicado la participación en la manifestación, con lo cual, y de ser verdad, ni siquiera sirve para lavarle la cara al movimiento sindical, ya que permite deducir que los almerienses estamos deseosos de que las organizaciones llamen a la acción para mostrar en la calle nuestra desazón ante la crisis.
Ahora bien, el lema bajo el que se realizaba la manifestación no parece muy allá. La primera reivindicación es "por el empleo", lo cual resulta una obviedad... la segunda es "por la inversión pública", que es algo que ya está haciendo este Gobierno sin obtener el más mínimo éxito con el famoso Plan E, hasta el punto de que el propio José Ginel (UGT) me respondía en una entrevista en Espacio Público de Interalmería que en realidad eso sólo era un parche coyuntural ¿entonces a qué inversión pública se refieren?... y la tercera pedía "protección social", que es algo que ya tienen los que la tienen, pero no aquellos que se han quedado fuera del sistema al agotar el subsidio por desempleo y no encontrar forma de reincorporarse al mundo laboral.
Los sindicatos están más alejados que nunca de la realidad social. Le están haciendo el juego al Gobierno de un modo infame hacia los ciudadanos, y ojo, no se trata de pedirle que convoquen una huelga general -que no parece que sea lo que necesita un país en nuestra situación- si no de estar a la altura de las circunstancias.
Es curioso, pero a mayor abundamiento de la crisis... más negocio hacen los sindicatos. Sus asesorías laborales se llenan de clientes a quienes cobran por tramitar la documentación correspondiente para reclamar ante los tribunales, o les invitan amablemente a que se afilien para que les salga más barato el mismo trámite, y también ganan dinero cuando pactan los EREs, y ganan dinero porque podrán dar más "cursos de formación" a cuenta del erario público...
No creo que los sindicatos sean algo negativo, ni creo que deban mantenerse sólo de las cuotas de los afiliados; estoy convencido de que son necesarios... pero esto se ha convertido en un sistema perverso, tal como estamos comprobando desde que comenzó la crisis. Su principal preocupación es que aquellos que tienen trabajo lo mantengan y en las mejores condiciones; pero no se preocupan de cómo meter más gente en el mercado laboral.
¿Qué de malo tiene un contrato de dos años con indemnización por despido de ocho días de salario? Eso sería algo que no afecta a quienes ya están trabajando y con sus derechos adquiridos, y tal vez permitiría nuevos contratos, nuevas personas en el sistema... pues no... porque no.
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