A Pablo Venzal, el portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería, se le entiende todo cuando habla. Quizá por eso es el portavoz. Seguramente.
No ha dejado títere con cabeza a la hora de quejarse de que el proyecto del soterramiento sea no ya del nunca acabar, sino el de nunca empezar, o de que el palacio de congresos vaya camino de convertirse en algo similar a pesar de que el Ayuntamiento tiene competencias plenas en el asunto y hasta el dinero en una cuenta del banco (de la caja. of course).
Es verdad que los socialistas parecen estar más pendientes de moverse al son que marcan desde Ferraz o La Moncloa, que de las necesidades de la ciudad o la provincia. Los hechos están ahí. No ha habido ni una sóla... no ya queja... comentario, declaración... palabras... de nadie del PSOE preguntando el motivo de que el informe técnico del soterramiento que debía estar listo en seis meses acumule un retraso de más de dos años siendo algo que debe hacer el Ministerio de Fomento. Y cuando alguien cuestiona este retraso, en vez de reconocer que es cierto y reclamar que se agilice... pues no, hasta llegan a inventarse que está ya en el Ayuntamiento y el alcalde no quiere mostrarlo... hasta que llegan desde el Ministerio y reconocen que antes de hacer dicho informe -o sea, que no está hecho- hay que elaborar una memoria de costes y de cuando pondría cada administración. Pues nada, silencio y prietas las filas.
Otro ejemplo tiene que ver con Izquierda Unida, y más allá del mencionado por Venzal, habría que poner otro que nada tiene que ver con el presunto palacio de congresos de El Toyo. Lo que no es de recibo es que su portavoz, Diego Cervanes, se arrogue ser el padre de la idea de llevar la estación de ferrocarril al Puche -paternidad que ha de admitirse sin necesidad de más prueba de ADN que la hemeroteca- y cuando el alcalde expone que tras los años de bloqueo para el soterramiento, y como el problema son las vías que parten la ciudad, quizá sería el momento de retomar esa posibilidad de traslado. Bueno, pues entonces Cervantes va y se opone.
Y si hablamos del palacio de congresos, la cosa no es mejor. Aquí la oposición -principalmente la socialista, pero también IU- insisten en que no se puede encargar directamente a un arquitecto concreto (recuerden que era Norman Foster el elegido, hoy Premio Príncipe de Asturias), y por el contrario no cuestionan que eso se haga en Granada; y es que la diferencia es que allí quien toma la decisión de hacer un encargo a dedo es el Gobierno socialista. Lo que vale para unos no vale para otros.
Tuvo palabras para GIAL Pablo Venzal. Veremos si trae consecuencias de algún tipo o no, si son respaldadas por el alcalde o no... o si se las perdona Juan Megino... o se dan por amortizadas.
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