No la conocía hasta ahora, por eso, cuando saltó la noticia de que una activista saharaui estaba "atrapada" en el aeropuerto de Lanzarote, me lancé a buscar imágenes suyas en internet, y ahí estaba ella. Aminetu Haidar, un rostro amable hace sólo unos años, pero al que un mes de tensión extra y una segunda huelga de hambre se lo están tallando como si se tratara de sacarle las entreñas fuera de la piel.
Haidar, como todo el pueblo saharaui, está abandonada en tierra de nadie, vencida tal vez, pero no sometida, mostrando miles de contradiciones del mundo político que la rodea.
La contradición personal de un presidente socialista, que se autodefine como republicano, defensor de las mujeres y amante de las causas nobles, sea incapaz de mover un dedo por una mujer que lucha por la liberación de un pueblo tiranizado por un reyezuelo y que busca convertirse en república.
Es una contradición que cuando era De Juana Chaos el que estaba en huelga de hambre, hubiera que primar vida de este individuo, pero cuando se trata de Haidar, deben primar los intereses de Estado.
Pero también es una contradición que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería apague 25 minutos las luces de Navidad en solidaridad con Haidar, y llegado el momento, acudan la Fiesta del Trono que convoca el consul marroquí para celebrar la llegada al trono de Mohamed VI. No se puede ir a reirle las gracias y a hacerse fotos.
¿Pero que intereses de Estado son esos? ¿Quizá que nuestros agricultores sigan hundiéndose en la miseria porque Europa/España cede siempre ante Marruecos? ¿O quizá los intereses de Estado son que no le de a este digno hijo de su padre por ocupar Ceuta y Melilla?
Marruecos, y más concretamente Mohamed VI, no son el tapón al integrismo islámico, que es la milonga que le cantan a Europa y a Estados Unidos. Más bien al contrario, son una de las cosas que más cabrea al islamismo radical.
En ese país y con ese jefe de Estado, se cometió el atentado de Casablanca contra intereses españoles, y la inmensa mayoría de terroristas del 11-M provienen de allí, ni los servicios secretos marroquíes, ni los españoles ni los norteamericanos tenían ni idea... supuestamente.
El hecho es que Marruecos es un polvorín en el que casi nadie quiere a un rey que primero apareció como la gran esperanza para la modernización del país y hoy es un insensible derrochador nada cumplidor con el Islam, y que cuenta con el rechazo de los más fieles musulmanes, que lo ven como un pésimo referente para quien es Comendador de los Creyentes, pero además es rechazado por quienes lo vieron como el modernizador que nunca ha sido, y tampoco lo quieren quienes están necesitados y que precisamente por ello acaban en la órbita del integrismo.
Otro dato más es que precisamente el caso del Sahara no es el único en Marruecos, ya que en el norte tampoco es precisamente muy querido, y es que aún quedan vástagos de Abd El Krim, rebeldes a todo, a Marruecos, a Francia, a España... Los años de plomo de Hassan II se cebaron con ellos.
Mohamed VI sólo tiene un oportunidad de aunar en sí a las distintas etnicas y sensibilidades políticas y religiosas, y es crear conflictos internacionales y ganarlos. Claro, con el Estado español siempre cuela (lo de Perejil fue la excepción). Se envuelve en la bandera marroquí y parece el más grande.
Haidar sigue debilitándose en el aeropuerto de Lanzarore mientras su causa se fortalece. Y es que quien iba a decir que el presidente de un Gobierno que quiere ser más rojo que nadie, haya olvidado aquello de "más vale morir de pie que vivir de rodillas", o que no recuerde los libros de historia española en los que ponía eso de "más vale honra sin barcos que barcos sin honra".
Pero este presidente nuestro es débil con los fuertes y fuerte con los débiles. Qué solícito está con la izquierda cuando está en el poder, pero que reacio está a mezclarse con quienes sufren la opresión.
El Estado español tiene una deuda con el pueblo saharaui, mientras a Marruecos no le debe nada. Es el Estado español quien tiene que desarrollar el proceso de descolonización por mandato de Naciones Unidas, pero es Marruecos quien tiene ocupado el territorio y hace lo que le viene en gana, y no parará hasta exterminar físicamente a todos y cada uno de los saharauis para poder garantizarse la victoria en un referendum si llega a hacerse algún día.
Haidar está recibiendo el apoyo incluso del "sindicato de la ceja", esos artistas que se enriquecen del presupuestos público, y que piden una solución. Claro que si llega a ser alguien del PP el responsable de esta situación estarían en la calle y señalándole con el dedo, pero como es el PSOE, pues se pide al aire que se arregle todo y se vuelcan en el lado sensible de la víctima.
Pues todos estos republicanos le piden al rey de España que interceda ante su "primo" marroquí. Y el gobierno español ¡no quiere! La pregunta es si el objetivo no será que todos miremos al Borbón si le pasa algo a Haidar en vez de al presidente.
Pero si algo sorprende a cualquiera que mira lo que pasa con el pueblo saharaui, es que no tiene ningún apoyo de la Umma. No hay musulmanes apoyándoles, como sí ocurre con los palestinos. ¿Será que en el caso palestino el enemigo es judio y en el caso saharaui es otro musulmán? ¿o será que los saharauis quieren una república democrática y laica?
Seguro que no sirve de nada, pero desde aquí quiero transmitir a Haidar y todos los saharauis, mi solidaridad de hermano y mi complicidad con su justa lucha.
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