De mis enemigos ya me libro yo

Este año 2009 al que le queda un suspiro, no ha sido bueno para la profesión periodística. Tampoco lo fue 2008, cuando muchos medios de comunicación cerraron y otros muchos iniciaron reducciones masivas de personal que siempre acababan afectando de modo principal a los periodistas.
No deja se ser sorprendente que precisamente en la era de la comunicación, cuando todo el mundo es consciente del valor que tiene la información, y más allá de eso, del valor que tiene el control de la misma, pues resulte que las empresas periodísticas sigan malbaratando la profesión.
Y digo que resulta sorprendente porque ese hecho ha acabado por generar una peculiar situación que quizá la crisis nos ayude a superar. Los medios de comunicación escritos viven de la publicidad, no de lo que venden en los kioskos, por lo que se deben informativamente a sus anunciantes, no a sus lectores. Es tan obvio!!!
Quizá la crisis ayude a que los periódicos de papel apuesten por vender ejemplares, por ganar dinero haciendo lo que supone que es su función: informar.
Podría contarles la anécdota de un director de periódico que, a un mes y pico de que su medio saliera a la calle, criticaba abiertamente a otro que llevaba poco tiempo en el mercado, con los argumentos de que su precio era inferior al del resto de medios, y que además tenía promociones prácticamente todos los días de la semana. Bueno, pues el suyo... tres cuartos de lo mismo en cuanto abrió.
En realidad este tipo de opción de negocio lo que demuestra es que las empresas periodísticas tradicionales no creen en el periodismo, lo que ha hecho que los lectores huyan, y para retenerlos la única solución que han encontrado es esa: reducir precio y hacer regalos. 
Sé que este análisis tiene agujeros, pero es que de momento no es mi intención ahondar en el tema. Valga sólo de pie para cuestionar las propuestas de la Federación de Asociaciones de la Prensa (y a la que se suma la A de la P almeriense) para "salvar" esta dura crisis que afrontamos tanto los periodistas como las empresas periodísticas.
La FAPE, después de hacer una lista de elementos que demuestran la prostitución de las empresas periodísticas, propone una serie de medidas presuntamente paliativas. Pero ni el análisis es objetivo ni las medidas inocuas.
La FAPE en ningún momento se plantea cuestiones tales como la desaparición de los medios públicos, por lo que contribuyen a desvirtuar el sector, tanto si llevan publicidad como si no. 
Ante esta crisis, la FAPE propone una serie de medidas que vienen a reclamar precisamente que todo quede como está. Por ejemplo, critican los "convenios" que algunos medios suscriben con administraciones públicas, pero a la vez pide subvenciones públicas... ¿no es lo mismo? ¿No es lo mismo que el dinero que desde la Junta de Andalucía se paga a ciertos medios por hacer suplementos de agricultura se les entregue vía subvención directa? ¿no es al final el mismo político el que decide? ¿no puede "entender" el medio que debe ser "sumiso" en los dos casos? 
Pero tampoco es esa la cuestión en la que quería ahondar, y es que lo peor de lo peor de las propuestas de la FAPE es su petición de un órgano censor en el que además quieren estar presentes.

7º.- Creación de un organismos público, autónomo,  compuesto por  las organizaciones profesionales de periodistas y representantes del sector, editores, publicistas y consumidores, que tenga por finalidad emitir informes vinculantes para la Administración Pública ante posibles denuncias de uso indebido de la publicidad institucional.

O sea, censura vía subvenciones. A ver, ni estoy en la Asociación de la Prensa ni creo que me esperen en ella, y la grandísima mayoría de los redactores que han trabajado conmigo tampoco lo han estado, y me niego a someterme a más criterio que al de los receptores de la información y opinión.
Los tribunales existen, y las leyes también, y si hay una ley de publicidad institucional, lo que hay que hacer desde la FAPE es denunciar su incumplimiento. Otro ejemplo: El Diario de Almería auténtico, el gratuito ya desaparecido, fue el de más difusión de la provincia en sus casi seis años de vida, pero la Junta de Andalucía le negó la publicidad que le correspondía en aplicación de esa ley...  y nada me hace pensar que con ese órgano hubiera cambiado nada. La ley no aplica y punto.
Ah, sí, claro que habría cambiado algo, basta echar un vistazo a los gastos del Consejo Audiovisual de Andalucía... lean lo que publicó El Mundo y para mi que por ahí van las cosas:

El Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA), el organismo de control televisivo que opera en la comunidad autónoma andaluza y que preside el socialista Juan Montabes, destina más porcentaje de su presupuesto a gastos de personal que su homónimo catalán (el CAC).

Y ello pese a no tener en nómina ni a la mitad de los funcionarios que están vinculados al Consejo de Cataluña, ya que el servicio de captación de imágenes se contrata con empresas privadas externas. (...)  tiene a sueldo a 49 personas, de las que 12 son altos cargos33 funcionarios cuatro contratados laborales (entre ellos un chófer).

Según el proyecto de Presupuesto de la comunidad autónoma andaluza para 2010, recibirán durante el próximo ejercicio, con cargo al capítulo uno de gastos de personal, hasta cuatro del total de 7,2 millones de euros. Además, hay previstos 128.350 euros para dietas (comida, hoteles y locomoción).

(...)

A esto hay que añadir que se ha firmado recientemente un convenio con la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía para que éste realice análisis de contenidos, algo que ha sido muy criticado por algunos miembros del pleno del Audiovisual andaluz.

Ya ven, Gobierno andaluz socialista... responsable del CAA, socialista, y además de cobrar del erario público directamente, les encargan informes específicos también de pago ¡sobre contenidos! Sobre contenidos, claro y mucho afán por alcanzar ese climax orgásmico laboral que supone ser "liberado sindical", pero en este caso en forma de "consejo de sabios". De sabios... ¡de listos! 
Pero es que también es eso. La FAPE va un paso más allá en cuanto a contenidos y reclama lo siguiente:
6º.- Denegación de ayudas públicas a medios que inserten publicidad pornográfica, los llamados anuncios de relax que han proliferado en los últimos años en la prensa española. 
¿Pero no es legal la prostitución? ¿pero no es legal esa publicidad? ¿quienes son ellos para poner como condición su no inclusión para poder tener ayudas públicas? ¿pero no es una cuestión de moral y de ética aceptar o no esos anuncios? ¿quienes son ellos para meterse en la moral de las empresas? ¿será lo siguiente negar subvenciones a quienes no tengan plantilla paritaria (eso no se os había ocurrido... como las mujeres son mayoría en la profesión)? ¿qué será lo siguiente?
Resumiendo, las propuestas de la FAPE para minimizar los efectos de la crisis entre la profesión se resumen en dos tipos, las primeras propuestas son innecesarias puesto que ya existen aunque no se cumplan, y las segundas... dan miedo.







No hay comentarios: