No sé hasta que extremo emociona realmente a un candidato serlo, cuando ya lo ha sido antes dos veces más, cuando ha ganado en esas dos ocasiones, y todo apunta a que volverá a ganar. Pero Luis Rogelio, el candidato del Partido Popular a la reelección como alcalde de Almería por tercera vez... se emocionó cuando estaba terminando su discurso de presentación ante ochocientas o novecientas personas que había en el Auditorio Maestro Padilla aclamándole.
Ya digo que no sé si uno, con esa experiencia, realmente se emociona o no, pero creo que cuando estás en esas circunstancias, es decir, cuando has ganado dos veces y apunta que volverás a revalidar el título, cuando además puedes presentar un lista abultada de realidades palpables, pues oye, es como para emocionarse, no sé si en público o en privado, pero emocionante tiene que ser sentir esa satisfacción.
Quizá el mejor resumen que el propio candidato podía hacer de su trabajo al frente de la Alcaldía fue la frase de que había devuelto el orgullo de ser almeriense. Pocas palabras que dicen mucho, como también la de que la ilusión es el sueño de los despiertos, que si lo dice alguien que no ha hecho nada (algunos se me ocurren) pues obviamente no deja de ser efectista, pero en este caso adquiría un relieve especial al estar hablando la persona que con casi total seguridad seguirá siendo alcalde.
Atención especial merecen aquellos que estuvieron en el acto de proclamación, y es que hubo algunos detalles que no dejaron indiferentes a los más avispados. Uno de ellos fue la presencia del concejal José Carlos Dopico, a quien dos días antes el propio alcalde había desautorizado en un pleno y éste le había pedido explicaciones sobre el motivo. Pero ahí estaba junto a algunos de sus compañeros y por cierto que recibiendo afectuosos saludos por parte de muchos de los presentes.
Y digo "algunos", porque mientras en primera fila se sentaban los confirmados como seguros en la candidatura, caso de la portavoz del PP-A Rosario Soto y el secretario provincial Javier Aureliano García, el resto de ediles se sentaban una o dos filas más atrás.
Y digo "algunos", porque mientras en primera fila se sentaban los confirmados como seguros en la candidatura, caso de la portavoz del PP-A Rosario Soto y el secretario provincial Javier Aureliano García, el resto de ediles se sentaban una o dos filas más atrás.
Realmente no parece que eso tuviera demasiada importancia ya que otros a quienes se considera fijos -Paco Amizián y Pablo Venzal- ni tan siquiera estaban en la misma zona y prefirieron ubicarse más alejados de lo que podríamos llamar zona VIP.
Y esta vez sí, esta vez nadie amenazará con abrirle expediente de expulsión de GIAL al concejal Esteban Rodríguez por acudir a un acto del PP, ya que también estaba Ana Martínez Labella, la periodista del grupo que irá en la candidatura. Pero no se sentaron juntos. A quien no se vio por allí -a pesar de ser un acto público abierto a todo el mundo- fue a Juan Megino (normal) ni a ninguna de las caras más significativas de GIAL... lo que también sería normal si no supiéramos que cinco de sus dirigentes se integrarán en la Ejecutiva del PP después de mayo.
También la primera fila estaba otro de la lista, Rafael Hernando, el diputado alcarreño por Almería que cerrará la candidatura, en un gesto de reconocimiento a su trabajo por la provincia, y que había cogido un avión ese mismo día para estar presente en el acto. No podía faltar los alcaldes y senadores Eugenio Gonzálvez y Jesús Caicedo, o los alcaldes y parlamentarios Antonio Torres y Carmen Crespo, o la parlamentaria Arancha Martínez, el también parlamentario José Luis Aguilar, o la práctica totalidad de diputados provinciales.
A ver, no se me olvida la presencia de Amat, Arenas, Matarí... pero eso se da por descontado ¿no?
A ver, no se me olvida la presencia de Amat, Arenas, Matarí... pero eso se da por descontado ¿no?
El acto, todo hay que decirlo no comenzó con puntualidad... o sí. En la invitación oficial ponía a las 11.30 horas, pero en la posterior convocatoria a los medios de comunicación se indicaba las 12.00 horas, y es que antes pasaría Arenas por El Ejido a hacerse unas fotos con la candidatura que encabeza Paco Góngora. La foto fue en la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento a sus espaldas, de fondo, y la casa del alcalde Juan Enciso ante ellos.
Al parecer el PP tiene la idea de llevar a cabo un acto importante dentro de la precampaña o la campaña en este municipio en el según las encuestas estarían próximos a la mayoría absoluta, y por eso hasta ahora se han hecho la foto de rigor y punto. Hay que recordar que no es la primera vez que en los últimos meses el presidente el PP-A ha estado en El Ejido con el candidato popular.
Del Maestro Padilla todos salieron corriendo a Níjar, donde les estaba esperando ya Antonio Jesús Rodríguez, que podría ganar por tercera vez la alcaldía, y lo que espera es que no le suceda como en la primera, cuando acabó siendo objeto de una moción de censura por parte del PSOE, y se fue a la oposición para luego ganar con mayoría absoluta.
La puesta en escena no estuvo mal, pero es es algo que se le supone a un gran partido, donde medios humanos y materiales no faltan. Es verdad que el vídeo de presentación recibió la crítica del propio candidato (...pobre realizador, pensamos más de uno cuando lo dijo en el atril), pero el concepto y su ejecución no estaba nada mal. Si bien el eslogan “me gusta Almería” es flojo por si sólo y dice poco, en el contexto de “volver a sentirse orgulloso de ser almeriense” y en el de apostar por nuevas ilusiones, encaja perfectamente. Lo malo es que claro, la inmensa mayoría de los votantes no tienen la oportunidad de acceder a ese arropamiento y la idea fuera se debilita.
Es lo mismo que el corazón y el smile que lucen ahora, que bueno, que afortunadamente para sus autores la crítica sólo la realiza un humilde licenciado en Ciencias de la Comunicación y no el candidato o su equipo de campaña que seguramente saben mucho más de comunicación que un servidor.
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