La larga vida de la organización terrorista ETA (Euskaldunes Terroristas Asociados... ¿significan eso las siglas, no?) supone que no haya tal vez ni un solo periodista que no recuerde algún momento profesional reseñable vinculado ella.
Ahora, cuando anuncian el cese definitivo de la "lucha armada", me animo a rememorar algunos episodios personales que, sin llegar a ser dramáticos, demuestran lo infiltrada que estaba en nuestra vida diaria.
Cuando estaba terminando la carrera de Periodismo me planteé hacer el doctorado, lo que conllevaba la elaboración de una tesis, y uno de los temas sobre los que pensé trabajar fue el lenguaje de los terroristas. Y es que siempre me llamó la atención la perversión a la que se somete la realidad cuando se utilizan unas palabras en vez de otras, como si decir "desempleado" o "demandante de empleo" ocultara mejor la crudeza que nos azota al oir "parado".
Así, llamar a un agujero de tres de largo por dos de ancho "cárcel del pueblo" es cuando menos llamativo, o "impuesto revolucionario" a lo que es una extorsión, pues también, como denominar "socialización del conflicto" a pasar del asesinato selectivo al colectivo. Y eso por no entrar a detallar más, que entonces sí que acabaría haciendo la tesina que nunca empecé.
De mi vida en Madrid recuerdo un par de coches-bomba, y el miedo de mis padres desde Granada cuando se enteraban de lo ocurrido por las noticias, siendo uno de ellos el de Hipercor, en 1987.
Más tarde vendría el asesinato del Fiscal jefe del TSJA Luis Portero, alguien con quien tuve bastante relación cuando me dedicaba a hacer información de tribunales y sucesos en mi provincia natal. En aquellos momento dirigía El Telegrama de Melilla, ciudad en la que había recluidos algunos criminales de esta banda, como en Almería.
En todos sitios ha habido muertos de ETA y amenazados por ETA, pero en Almería di una exclusiva cuando trabajaba en La Crónica, publicando el nombre de los políticos que estaban en su punto de mira según la última documentación intervenida en aquellos momentos. Mis datos sorprendieron incluso a la persona que me los confirmó oficialmente -"pero no me cites"- antes de sacarlos a la luz, y que hoy es candidato al Congreso por otra provincia andaluza. Fue portada lógicamente y los medios de fuera de la provincia y las agencias se hicieron eco de la noticia, si bien aquí fue distinto. Algunos compañeros de otros medios me llamaron para confirmar algunos datos para darlo en sus radios... pero no lo dieron... alguien les ordenó callar, y callaron. Nada nuevo, desde luego.
Si ETA dejó cuatro familias destrozadas en esta provincia, no podemos olvidar tampoco el llamado "caso Almería", un crimen colateral que se produjo al confundir a unos jóvenes con etarras en el año 1981. Ni podemos olvidar que el aeropuerto de Almería estaba entre los "objetivos potenciales" de la última documentación de la organización.
Ahora estamos en el principio del fin, por mucho que algunos aseguren que es el fin a secas. Lo cierto es que ETA no se ha disuelto, y por lo tanto sigue existiendo como organización... clandestina, sí, pero organización. Y lo cierto es que sigue teniendo su armamento oculto.
Pero no puede empañar el hecho de que han dado un paso sin precedentes, dejar de matar y optar por lograr sus objetivos por la vía política.
Si esto supone que Bildu contará con votos suficientes para tener grupo en las Cortes Generales es algo que tendrán que decidir los votantes vascos, y si en las autonómicas vascas se produce una mayoría PNV-Bildu será lo que digan las urnas, y si... ya veremos.
Escuché a un representante de una organización de guardias civiles en una entrevista, mostrarse convencido de que este era el fin real de ETA por lo que a ellos respecta (la comisión de crímenes), y lo aseguraba por el hecho de que estaba en su peor momento, con pocos miembros en libertad, con escasa o nula experiencia, con una formación "política e intelectual" ínfima, sin amparo en Francia ni Portugal, con una policía vasca que ya no les deja respirar... y hasta el punto de que con cierta ironía llegó a decir que "creo que ahora mismo hay en ETA más guardias civiles que etarras". ETA por tanto no tenía viabilidad.
ETA ha querido aplicarse la eutanasia, ha querido un suicidio asistido antes que seguir muriendo lentamente. Ha podido por eso escenificar su honras fúnebres con esa Conferencia de Paz que ni era conferencia ni era de paz, en la que una pandilla de vividores se han prestado a ser plañideras.
Por cierto, que alguien debería explicarnos porqué nadie se acuerda en los GAL cuando cuenta la historia de ETA. Pero claro, ni los etarras están acostumbrados a las ruedas de prensa, y luego ni Zapatero, ni Rubalcaba, ni Rajoy dejaron tampoco que les preguntaran los periodistas. Quizá porque son muchas las preguntas a las que no quieren responder dos ex ministros del Interior ni un casi ex presidente que dijo que la negociación con ETA iba "mejor que ayer y peor que mañana", y ese "mañana" volaron la T4 y causaron dos muertos.
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