He echado en falta la voz de Andalucía en el debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente de Gobierno.
Se podrá decir que hay unos sesenta parlamentarios andaluces y que todos ellos son la voz de Andalucía en la Carrera de San Jerónimo, y es cierto, y hasta estoy dispuesto a reconocer que los diputados del PP, del PSOE y de IU en Madrid se harán eco de nuestra situación en estos próximos cuatro años. Pero en estos dos primeros días no ha sido así.
Me habría gustado que se oyera en el hemiciclo la voz de una Andalucía que lidera las tasas de desempleo en Europa, que tiene el peor nivel educativo de toda la Unión y parte del extranjero, que tiene un sistema sanitario en quiebra técnica, una Andalucía carcomida por la corrupción que lleva décadas instalada en las más altas instancias políticas... me hubiera gustado que alguien hablara de nuestros problemas en el sector de la agricultura, alguien exigiera respuestas para el sector pesquero, alguien que hablara del Corredor Mediterráneo, del "ave" a Almería, de los aeropuertos ruinosos, del desarrollo del turismo y sus problemas, de la inmigración que nos llega a diario y a la que en solitario le tenemos que dar respuesta... me hubiera gustado escuchar a alguien defendiendo a los jornaleros abocados a cobrar subsidios porque más de la mitad de la tierra sigue en manos de terratenientes a quienes Europa enriquece, me hubiera gustado escuchar alguna voz pidiéndole cuentas a Durán i Lleida mirándole a los ojos...
Me hubiera gustado escuchar a alguien hablar de Andalucía y de sus circunstancias como el BNG ha hablado de Galicia y sus infraestructuras, como Coalición Canaria ha defendidos sus "fueros" de territorio ultraperiférico, como los de la Chunta han preguntado por "su" agua y "su" río mientras nadie ha puesto sobre la mesa el robo de "nuestro" Guadalquivir, y hasta me hubiera gustado alguien que alzara la voz por nosotros como lo han hecho los de UPN y GB por Navarra desde posturas casi contrapuestas, o que hablara casi para no decir nada digno de un titular como el de Foro Asturias.
Pero no. Andalucía no existe en las Cortes Generales. Oiremos defender con vehemencia todos los territorios de esta España plural, defenderlos desde la derecha y desde la izquierda, defenderlos desde el PSOE y desde el PP, pero también desde aquellos a quienes sólo importa su región, su nación, su comunidad.
Andalucía quedará sola. Las demás nacionalidades van afirmándose y Andalucía se verá también en la necesidad de vivir por sí; es decir, de procurar su propia vida y progreso, si no quiere ser vilipendiada más que lo fuera hasta ahora. (Manifiesto por la nacionalidad andaluza de 1919).
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