No, 2012 no es el fin del mundo. Es verdad que hay quienes después del segundo consejo de ministros presidido por Mariano Rajoy están convencidos de que es así, de que se avecina el fin del mundo, pero no, me parece a mi que hay tantos recortes que aplicar que necesitaremos comernos las uvas de 2013 para acabar con los sacrificios.
Almería cierra un año negro en lo económico, y 2012 no se aventura mejor. En diciembre de 2010 colgábamos una encuesta en Noticias de Almería en la que el 21% de los lectores creía que 2011 sería mejor o mucho mejor, mientras que ahora sólo el 6% opina que 2012 nos ofrece esperanza. Desde luego no es una encuesta científica, pero sí que resume bastante bien el estado anímico de los almerienses.
Cierra 2011 con una profunda crisis en la agricultura por múltiples razones, desde la crisis de precios hasta la reforma de la PAC; y mientras la construcción no levanta cabeza, lo que supone que el sector del mármol tampoco vive sus mejores momentos; y qué decir del turismo, que por mucho que se empeñen en hacernos ver lo que no es, los datos del INE dejan claro mes tras mes que es un sector abocado a la ruina.
La falta de una estructura empresarial seria en esta provincia, así como la reiterada falta de infraestructuras ha venido siendo un lastre que ahora nos pasa factura. Aquí se creció rápido pero mal, aquí surgieron muchos "empresarios" expertos únicamente en el dinero fácil de la subvención y el pelotazo urbanístico, y cuando las subvenciones han dejado de llegar y el bum inmobiliario les ha cogido con el pie cambiado, se han venido abajo, se han estrellado, y con ellos miles de trabajadores. Éramos el motor de Andalucía y ahora vamos en el furgón de cola.
Pero si algo bueno podemos atribuirle a 2011 es el haber podido ejercer el sano placer de votar, y de hacerlo a nuestros concejales y a los diputados en las Cortes Generales. Y eso que tengo que reconocer que yo no soy muy de ir a votar... hay demasiadas cosas que no me gustan en el sistema como para participar en él, pero esta vez sí, he ido las dos veces, y volveré a hacerlo cuando el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán convoque las andaluzas.
El viernes, el secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel, escribía en su Facebook que "El Gobierno ha cumplido todas sus amenazas", en relación a los recortes aprobados, y claro, no pude menos que responder (aunque por cierto, acabo de mirar para saber exactamente qué dije y no está mi nota... se habrá extraviado). El problema es que ahora se indignan por la congelación salarial de los funcionarios de la administración central quienes callaron ante el recorte de los sueldos de los de todas las administraciones. Ahora se indignan por la congelación del salario mínimo quienes callaron ante la congelación de las pensiones.
Nadie en su sano juicio podía pensar que el PP no acometería recortes, y el PSOE también lo habría hecho en caso de ganar... o a lo peor no. Quizá si Zapatero no hubiera estado perdiendo el tiempo, jugando a favor de los intereses electorales de su partido, o si tal vez se hubiera rodeado de socialistas competentes, quizá si hace cuatro años hubiera fijado un techo de gasto para el Estado y las autonomías, si hace cuatro años hubiera congelado el sueldo de los funcionarios y bajado el de los políticos, si hace cuatro años hubiera subido el IRPF o hubiera puesto su famoso impuesto a las grandes fortunas, si hace cuatro años hubiera reducido a la mitad las subvenciones a partidos/sindicatos/patronal, si hace cuatro años hubiera congelado el acceso a la función pública, si hace cuatro años hubiera adelgazado la administración... tal vez, quizá, es posible... que ahora, cuatro años después, estuviéramos en situación de ir recuperándonos.
Tal vez... así no hubiera hecho falta bajar el sueldo de los funcionarios como él hizo, ni congelar las pensiones como él hizo, ni el PP hubiera tenido que congelar el sueldo de los funcionarios y el salario mínimo mientras sube las pensiones.
El problema es que por culpa de Zapatero hemos caído tan bajo, estamos tan hondos, que nos dejaremos las uñas para salir del pozo. Qué distinto hubiera sido todo si se hubieran tomado medidas cuando todos menos ellos sabíamos que estábamos en crisis y que la fiesta se había acabado.
El ejemplo lo estamos teniendo en los ayuntamientos de Almería. El cambio de gobierno ha propiciado que salgan a la luz las deudas reales de estas administraciones, las facturas guardadas en cajones para que no computen... hemos conocido el despilfarro de algunos alcaldes y el "mamoneo" (no encuentro palabra más adecuada) que se han traído a cuenta del erario público, como si los Consistorios fueran su cortijo.
Ese cambio de gestores ha puesto al frente de los ayuntamientos a nuevos alcaldes y alcaldesas conscientes de la situación real de las arcas municipales, de la necesidad de recortar gasto, de eliminar lo superfluo, de cumplir con los proveedores.
Ha sido interesante observar como en Almería los pueblos/ciudades gobernados por el PP han revalidado, mientras que el PSOE ha ido perdiendo peso, por lo que el "desgaste" de la crisis no es una excusa.
Especialmente significativo ha sido el caso de El Ejido, con esa mayoría absoluta que se ha llevado Paco Góngora y la inoperancia de un socialismo colaboracionista con los tejemanejes del PAL (mucho más que la Operación Poniente, y mucho más de lo que algunos de buena fe pensábamos).
Que quienes han sido responsable de esa situación -o de lo ocurrido en la Diputación, donde sí y día también seguimos conociendo escándalos como el derroche con el Festival de Cortos o los cargos inútiles- se anden madremías por lo que presumen que harán los demás, es ridículo, muy ridículo.
Pero si estos cambios en los ayuntamientos permiten regenerar la institución, el PSOE, que ha tocado fondo electoral, ha elegido a José Luis Sánchez Teruel y a Juan Carlos Pérez Navas como motores para su recuperación. Y es que no es bueno que los socialistas reaccionen, que se pongan las pilas, porque no es bueno que un partido tenga todo el poder... como ha venido ocurriendo en Andalucía, sin ir más lejos.
Hay que recordar cómo éramos vilipendiados aquellos -pocos, muy muy pocos- que nos atrevíamos a criticar al todopoderoso Martín Soler mientras la inmensa mayoría de la prensa le reía las gracias, le alababa y besaba por donde pisaba. Al final la militancia socialista a quien ha dado la razón es a quienes sosteníamos que el PSOE necesitaba un cambio de raíz, pero eso sí... aquellos que "perdían el sentío" con Soler lo pierden ahora con JLST... y son los mismos que no paran de agasajar titularmente al presidente del PP de Almería, Gabriel Amat, sabedores de que controla la cuenta de publicidad de la Diputación y que su poder en el PP-A y PP (a secas) es mucho-mucho gracias a sus éxitos electorales en la provincia, y de él dependerán los nombres de muchos cargos... no sé... la delegación de la RTVA en Almería, la de RTVE... gabinetes (no sólo de prensa)...
En las elecciones el caso de Almería capital ha sido especial, y Juan Carlos Usero se ha hundido voluntariamente mucho más de lo que nadie pensó que podría hacerlo tras protagonizar aquellos lamentables momentos sobre los asesores, el pacto con el PAL (que sí, que no...). Su elección como candidato por menos de la mínima, sus malos resultados... y eso ha tenido como colofón su resistencia a dimitir como secretario general de la Agrupación Municipal. De vergüenza. Lo último que necesitaba el PSOE. Pero ahí está, como si con él no fuera la película.
Pero no se acaba el mundo, los ciudadanos hemos votado, y el resultado ha sido la derrota del PSOE más que la victoria del PP, lo que significa que los socialistas lo han hecho muy mal, y que los populares aún tienen que convencer.
Las primeras medidas del PP son duras, y las que se anuncian lo serán probablemente más, pero los socialistas y los sindicatos están inhabilitados para contestarlas, los unos por su reciente derrota como castigo a su pésima gestión, y lo segundos por haber sido colaboradores necesarios y bien pagados de todo ello.
En 2012 habrá elecciones autonómicas. Las encuestas dicen que los andaluces queremos un cambio (más del 70% lo afirman) y sólo de nosotros dependerá el sentido de se cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario