Tres Reyes y una operación

No te da derecho
ni el Derecho Mercantil.
No digas más que se te ve venir.
Un pringao que ya sabe
que también se va a morir.
Rosendo: Hasta de perfil

Lo confieso, he comenzado a leer "Holocausto Manhattan" y Bruno Nievas me tiene atrapado con la trama, pero sin duda que el sumario de la Operación Tres Reyes me está tentando. Qué digo yo el sumario, lo que me está intrigando es la apasionante novela negra (Rosalía Marín dixit) que sin derechos pero con autor se expande de forma vírica por las redes sociales.
Pero bueno, que digo yo, que mejor me espero a la película, y si eso, mientras me leo "Usura" de Pedro Asensio, y sigo con la extensa producción de Círculo de Rojo de Alberto Cerezuela... es para ir dando tiempo al tiempo. Seguro que en la película -igual hacen una miniserie de dos capítulos- le da un papelón al PSOE porque se lo ha ganado. Mira que están haciendo méritos. Un papelón coral. Almería, tierra de cine.
No tengo la más remota idea de qué puede haber de verdad o de mentira en todo lo que se va diciendo de la Operación Tres Reyes, y por tanto sólo puedo valorar lo que se ve desde fuera. Nadie se ha dignado en darme un papel sobre este asunto ni he podido hablar con nadie directamente implicado sobre él. No tengo contactos ahí, qué le vamos a hacer.
Es por eso que me limito a exponer algunas dudas razonables sobre la polvareda política que se ha querido montar con este asunto y que a mi no me encaja. Probablemente habrá quienes digan que mis dudas vienen auspiciadas por el interés en defender a tal o cual, pero en ese caso pediría la reciprocidad de saber qué mueve sus acusaciones y cuales son sus pruebas para sostenerlas.
Se lo pregunté directamente al senador socialista Juan Carlos Pérez Navas cuando anunció que pediría por medio del Senado el registro de visitas de la Subdelegación del Gobierno para saber si su titular, Andrés García Lorca, se había reunido con los imputados en la Operación Tres Reyes antes de serlo. La pregunta fue que en mi "candidez" no me parecería extraño que el subdelegado del Gobierno del Estado español mantuviera un encuentro en dependencias oficiales del Estado con el jefe de los abogados del Estado en Almería, Demetrio Carmona.
Pero añadan que el señor Carmona, que ha ocupado ese puesto de libre designación durante todo el tiempo que el PSOE ha gobernando el Estado (¿lo pillan?), había sido destituido recientemente según confirmó la Delegada Carmen Crespo argumentando que era un puesto de confianza... ergo si cesa es porque se pierde en él la confianza.
No parece raro que alguien que ha ocupado ese puesto durante tantos años, alguien que estaba convencido de ser un intocable, vaya a pedirle cuentas al subdelegado del Gobierno del Estado, y que luego -o antes- le pida cuentas al presidente del Partido Popular que es el que gobierna el Estado, Estado para el que trabajaba como jefe y para el que seguirá trabajando -a no ser que una sentencia condenatoria  o un expediente sancionador lo impida- como abogado raso.
No sé si esto es así o no, pero reconózcanme que tiene al menos sentido, que tiene lógica. Eso sí, igual no es tan interesante como una novela, pero a veces la realidad es así.
Lo que tampoco acabo de encontrar hilvanado en la novela esta, es a qué otra cosa podrían haber ido a ver a García Lorca y a Gabriel Amat. Y es que quienes tanto especulan con la honradez del alcalde de Roquetas y presidente de la Diputación, no encajan una pieza fundamental, y es que si Amat tuviera algo que temer, tal vez a él o incluso a su partido, le hubiera interesado más no mover ficha... que no hubiera habido destitución, y así no se hubieran producido reuniones, rumores... en fin, todo lo que ahora vemos.
A mi, que también soy capaz de echarle imaginación a las cosas, me da por pensar el insistente interés del PSOE en este asunto tan controvertido. Sería difícil de entender que el subdelegado del Gobierno del Estado y el presidente de la Diputación se negaran a recibir al jefe de los abogados del Estado, o incluso a un sencillo abogado del Estado ¿cómo se habría interpretado que García Lorca y Amat se hubieran reunido con esas mismas personas en un reservado de un restaurante? ¿no habría sido eso mucho más sospechoso de cualquier cosa?
Es obvio quién ha contado toda la novela al autor, pero me da la impresión de que ha recurrido a eso de "Basada en hechos reales. Algunas situaciones y personajes han sido creados por el autor para su dramatización". 
Me da la impresión de que fiar tanto esfuerzo -no hay semana sin dos o tres referencias a la Operación Tres Reyes por parte del PSOE- a unas reuniones que de haberse producido -de momento sólo García Lorca lo ha reconocido, pero demos por sentado que también la hubo con Amat- tienen una explicación tan simple como la expuesta, pero que en caso de no ser esta, van a encontrar como mínimo dos versiones distintas, es algo poco comprensible desde el punto de vista político. Parece desproporcionado ¿no?


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