Aznar: Desleal y desmemoriado

Que José María Aznar no sabe estar en su sitio, creo que para algunos es una obviedad. No supo estarlo cuando era un joven imberbe y ya escribía en la prensa contra la Constitución y contra el autonomismo. No supo estarlo cuando es designado por Manuel Fraga para liderar el Partido Popular, y puso en sus manos una carta de dimisión para que su mentor la utilizara cuando lo viera oportuno si entendía que él no cumplía las expectativas.
Ponerse estupendo, como ha hecho Aznar, sólo sirve para que tiremos de hemeroteca. Le pasa como a los socialistas, cuando ahora vienen dando lecciones y recetas que no pusieron en práctica cuando gobernaban, o critican que se haga lo mismo que ellos ya hicieron.
Igual que tenemos memoria con la reciente gestión socialista, también la tenemos con Aznar, el "estupendo". Sí, también Felipe González es otro "estupendo", que está mejor calladito para que no tiremos de hemeroteca... al menos José Luis Rodríguez Zapatero está callado... ahí acierta, a él nadie tendrá que recordarle nada mientras siga así.
A Aznar se le olvida que él designó a Mariano Rajoy como sucesor y candidato a la presidencia del Gobierno, y que no era un desconocido, ya que estuvo con él desde el primer día de su primer gobierno hasta el último día de su último gobierno. Lo tuvo en varios ministerios, con distintas responsabilidad, luego no cabe en cabeza humana que ahora cuestione su modo de gobernar.
Es decir, él eligió a Rajoy, y sabía quién era y cómo era, luego es inaceptable que sea él quien se queje ahora por ejemplo de su falta de liderazgo. Se olvida también Aznar de cómo él mismo asumía su falta de carisma, de cómo se le echaba en cara eso... se le olvida la "lluvia fina".
En cualquier caso, lo peor es la deslealtad. Ya la tuvo cuando contó que su primera opción como sucesor era Rodrigo Rato ¡vaya ojo, imputado por lo de Bankia! y dejó a Rajoy de segundón. Ahora lo vuelve a hacer. En vez de actuar como Felipe González y establecer puentes gobierno-oposición, ataca al presidente de su partido que él puso, ataca al presidente de ese país al que tanto dice querer, y todo porque está cabreado porque han dejado sola a su mujer... ya le vale.
Se le olvida a Aznar que él ganó unas elecciones porque las perdió el PSOE, que es lo mismo que le ha ocurrido a Rajoy. Una diferencia es que con Rajoy el PP tiene más poder municipal y autonómico que con él... pero eso a Aznar se le olvida.
Critica de modo velado que Rajoy sea tibio con los nacionalistas, y se olvida cuando habló del Movimiento Vasco de Liberación Nacional, o se le olvida cómo quitó a Vidal Quadras del liderazgo del PP catalán para no mantener enfrentamiento con los nacionalistas, o cómo cedió más porcentaje de dinero de impuestos a las autonomías por las presiones del nacionalismo vasco y catalán, y olvida cómo dio más competencias a las autonomías... también por las presiones del nacionalismo.
Podríamos hablar también de sus pactos paniaguando a los sindicatos y a la patronal, al más puro estilo socialista... pero esto, también se le olvida a Aznar, vaya.
En el terreno económico, Aznar sí se acuerda de que bajó los impuestos. Vaya, pero no se acuerda de que tuvo que privatizar empresas públicas (algo que ya había iniciado González), congeló los sueldos de los funcionarios, y pidió préstamos, y todo para sacar al país de la situación en la que le había dejado el PSOE, con el objetivo de evitar que quedara descolgado del proceso de unión económica de Europa.
Rajoy llega a una España en situación económica mucho peor, en la que no puede controlar la política monetaria porque está dirigida por la UE, tampoco puede privatizar prácticamente nada porque ya no queda casi nada y lo poco que hay no tiene comprador (ni las Loterías han encontrado quién las quiera), pero es que tiene que reducir al mínimo los créditos porque llegó y se mantuvo durante muchos meses con una prima de riesgo de 600 y 700, un nivel inasumible para seguir "pidiendo fiao".
Rajoy sólo podía hacer dos cosas además de lo anterior -créditos y venta- que es subir impuestos y recortar en administración y servicios. Es verdad que Rajoy no ha recortado administración y es cierto que ha recortado servicios, y que eso es criticable, pero no parece razonable que compare las capacidades de maniobrar que tuvo él con las que tiene el actual presidente.
Y  luego pone distancias y trata como un desconocido a Berlusconi por ser un imputado ¡pero si eran tan amigos que lo invitó a la boda de su hija!
Y Aznar defiende su honorabilidad, cuando resulta que todo lo que se está conociendo de presuntas irregularidades en la financiación del PP se montó en su época, la montaron -presuntamente- sus más cercanos colaboradores, y es Rajoy quien lo corta en cuando se hace con el poder real del partido.
Pero Aznar no se queda ahí, y en el ataque a su sucesor viene a decirle más o menos que se está quedando solo, sin el favor de la gente. ¡Pero hombre de dios! ¿Quién estaba contigo cuando nos metiste en la Guerra de Irak? ¡¿Quién?! Aznar nos metió de hoz y coz en una guerra que no querían ni los de su propio partido, una guerra fundamentada en una inmensa mentira que los ciudadanos nos podíamos creer o no, pero él, presidente de un gobierno, amigo de Bush, un dirigente que presumía de tener información privilegiada... resulta que se la metieron doblada por donde más duele.
Un poco de modestia tampoco le viene mal a quien amenaza con volver si "Ehpaña" le necesita ¿Qué hace suponer que "Ehpaña" lo que necesita es a alguien como él? ¿Es que no recuerda cuanto le costó ganar unas elecciones -las mismas que a Rajoy, por cierto- y que en realidad lo que pasó fue que perdió el PSOE -como le ha pasado a Rajoy, por cierto-? ¿que le hace pensar que "Ehpaña" le quiere a él, o incluso que la derecha española le quiere a él? ¿qué?
Y que él, que se dejó abrazar por el grupo Prisa, que le dio de comer y de beber, que le permitió incumplir sentencias... diga que es que se la tienen jurada... pues debería explicarlo, porque esto tampoco se entiende.
Todo esto es lo que se le pasa por la cabeza a cualquiera cuando oye a Aznar ponerse estupendo, cuando todavía no ha contado exactamente en qué consiste esos trabajos tan magníficamente bien remunerados que tiene, compatibles en sueldos con sus regalías de expresidente.
No hacía falta salir en la tele y decir todo lo que dijo para que algunos echemos mano al pasado y recordemos que quien tiene luces, también tiene sombras.


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