No basta con que la cúpula socialista
de Almería se adelantara acatando el mandamiento de apoyar a Susana
Díaz como sucesora a título de presidenta de la Junta de Andalucía;
no basta con eso ni con fotografiarse firmando avales y subirlo luego
a Facebook o Twitter para que quede constancia pública de la
heroicidad de estar con el bando ganador... no basta tampoco con
abrazar la fe del converso.
Susana Díaz -¿habrá dicho ya eso de
“llamadme Susi”?- va a ser muy pronto presidenta del Gobierno
andaluz con el mismo mérito que su designador, sin pasar por las
urnas para que los andaluces votemos, y sin que ni tan siquiera lo
hagan los militantes socialistas. Eso, si lo hace el PP se llama
“dedazo”, si lo hace el PSOE se llama “democracia interna”,
si lo hacen los comunistas es “democracia centralizada”.
Su llegada a la Presidencia va a
suponer cambios, no muchos, por que no hay mucho tiempo para hacerlos
antes de la convocatoria de elecciones anticipadas, elecciones que
serán antes de que su predecesor Llamadmepepe sea citado a declarar
por el caso de los ERE fraudulentos.
Precisamente por esa razón -la
electoral- los cambios que se avecinan irán en clave de partido, y
no de gobierno. De lo que se trata -y ahí Susi hará como Pepe- es
de utilizar la estructura administrativa -la estructura de poder,
vamos- de la Junta de Andalucía para recomponer el partido a su
imagen y semejanza.
Sabemos que el consejero Luis Planas
deja el cargo voluntariamente cuando se produzca el traspaso, y
probablemente no será el único cambio en el gobierno andaluz, que
arrastrará cambios en las delegaciones provinciales (¿y eso de
llamarlas territoriales a qué vino?), pero eso sí, tranquilos, no
habrá reducción de puestos... aquí hay para todos!!!
Lo que pasará con el delegado de
Agricultura y Pesca está por ver, aunque igual la información sobre
el caso del dinero desaparecido sirve para que siga en su puesto... o
no, y qué pasará con el de Salud... seguro que hay quien está
segura de cómo meter a los suyos, segura, digo seguro, no, segura.
Eso seguro.
Otro problema de más relieve es el que
tiene que ver con el adelanto electoral, ya que eso implica la
elaboración de nuevas candidaturas. Eso deja de entrada sin trabajo
a los parlamentarios andaluces socialistas, pero aquí la atención
se centra en si José Luis Sánchez Teruel revalidaría como cabeza
de lista o no. Y en cualquier caso eso será síntoma inequívoco del
futuro del PSOE almeriense, metido otra vez en harina.
Por último, Mario Jiménez, un
estratega sin parangón, una de esas mentes brillantes del socialismo
andaluz, ya ha hablado de que el caso de los ERE fraudulentos pase al
Tribunal Supremo. Podemos suponer sin mucho margen de error que eso
supone que dan por imputado -o al menos por citado como testigo- a
Griñán, y que Griñán para darse esa situación debería ser
aforado (si es parlamentario sería el TSJA, y si no es nada, sería
el juzgado ordinario que lo lleva a día de hoy) en el Senado, por lo
que problamente la senadora por designación autonómica -que no
almeriense- Fuensanta Coves, dejaría el cargo para dar entrada al
entonces expresidente ya.
Muchos son los movimientos que se
avecinan, los que van a calentar el ambiente en la sede socialista.
Todos temen por su silla, y ojo, no es una crítica ya que en
cualquier partido pasaría lo mismo, es simplemente la constatación
de hasta qué extremo las instituciones se ponen al servicio de los
partidos, y los partidos al de los intereses de las personas, cuando
debería ser justo al revés.
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