La encrucijada socialista en Roquetas de Mar

No... si va a resultar que la culpa de la dimisión de Juan Miguel Peña como secretario general del PSOE de Roquetas de Mar la va a tener Gabriel Amat, alcalde de la ciudad presidente del PP provincial. Seguro que alguien apunta por ahí, seguro. Y es que no hay mejor ciego que el que no quiere ver.
Que el PSOE de Roquetas tiene un problema es tan cierto y evidente como que lo tiene también a nivel provincial. Pero quienes se empeñan en no ver que el PSOE provincial tiene un problema, es normal que tampoco vean que eso mismo pasa con el de Roquetas. Es más, uno y otro problemas son parte del mismo.
Martín Soler como secretario general provincial, con Diego Asensio en la Secretaría de Organización y Juan Antonio Segura como secretario de Relaciones Institucionales, fueron los encargados de imponer candidatos en la grandísisma mayoría de municipios de Almería. Fracasaron electoral y estrepitosamente en todos los lugares, pero nadie se dio por aludido.
En contra del criterio de los socialistas roqueteros impusieron a Juan Miguel Peña como candidato. Lo que quedaba del PSOE se desmoronó, a pesar de que acataron la consigna. El paso de Peña por la organización ha dejado un rastro maloliente, a cadáveres en la cuneta... pero los zombis acaban resucitando.
De nada valió que se marcharan muchos militantes hartos de no poder hablar ni tan siquiera en las asambleas porque la respuesta que recibían era "tú te callas". Por eso otros, los que se quedaron, recogieron firmas para "censurarlo" y que se fuera, pero él les prometió marcharse, y se mantuvieron a la espera. Peña no dimitía, más que nada por que no le dejaban desde Almería, y aguantó. 
Hay que reconcerle a Peña en su favor que ha sido cumplidor con quienes le promovieron. Ha aguantado carros y carretas por que se lo pedían desde la calle Pablo Iglesias. Hasta que se ha hartado del todo, hasta el punto de que dimitió por teléfono.
El PSOE de Roquetas tiene un problema y no viene de ahora ni será ahora cuando se pueda solucionar.
La única solución que tienen los socialistas para ganar en Roquetas de Mar es asumir sus derrotas. Puede parecer un contrasentido pero no lo es.
El PSOE ha ido poniendo candidatos en Roquetas de Mar que sólo tenían ante si la alternativa de la victoria. Eran candidatos para la victoria inmediata, e incapaces de permanecer en la oposición, chupando rueda cuatro u ocho años. Todos acaban yéndose, cansados de estar en el lado incómodo del salón de plenos, cansados de no cobrar nada o casi nada por la dura tarea de "opositar". Todos aspiraban a ser alcaldes inmediatos.
Ganarle a Gabriel Amat no sólo es difícil, es más que difícil, pero como casi todo en democracia es posible (incluso que el PP gane al PSOE la Junta, incluso eso es posible). Pero hay que poner candidatos capaces de aguantar en la oposición el tiempo que haga falta, gente que trabaje, que lidere, que inspire ilusión.
El problema es que el PSOE de Almería no admite que lleva diez años perdiendo votos, y que allá donde la dirección provincial impone candidatos (Almería, El Ejido, Roquetas, Adra, La Mojonera...) pierden, y tampoco lo asumen. Así no hay manera.
Y mientras, Javier Arenas, que recorta distancias con los socialistas a cada convocatoria electoral, pide que el PP-A haga autocrítica, que analice su situación... El mundo al revés.

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