Una corporación completa (menos una edil) sentada ante un juez, y con ellos, un buen número de técnicos municipales y empresarios del ladrillo. No, no es que la Operación Malaya esté a punto de entrar en la sala de vistas, se trata de Zurgena, y alrededor de un año después de que el juez se decidiera a actuar, eso sí, como no era un alcalde socialista el escándalo mediático fue tremendo, con cámaras a la puerta de su casa, con grilletes, con noche en el calabozo… en otras ocasiones, por ejemplo en el caso de Ohanes, el fiscal tardó y tardó en llamar a declarar a los presuntos, y eso que tenía un vídeo muy clarito ante él… ese que vimos todos. O lo de Huércal Overa… aún en el limbo.
La primera pregunta que cabe hacerse ante la situación que se describe en el auto, es dónde estaba la Junta de Andalucía en todo ese tiempo… igual pregunta que en el caso de Marbella. La respuesta en este caso nos la sirve en bandeja el propio delegado de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Luis Caparrós, a quien se le oye en una grabación que consta en el sumario comentar con su “amigo” que si quiere que vaya con él a una reunión sobre temas urbanísticos, y que como es constructor, para disimular, que participe en ella en calidad de presidente de un grupo de empresarios, y por si fuera poco, el delegado le llega a decir que lo suyo de Zurgena va a “salir” y que a los demás les den. No sabemos qué le tienen que dar a los demás, lo que sí sabemos es que esa charla la mantiene con una de las personas a las que el juez quiere juzgar.
No puede ser que la Junta de Andalucía se limite a presentar denuncias a destiempo. No puede ser que ese partido, tan unido para tantas cosas, resulte que carece de vías de comunicación como para que… un suponer… Caparrós llame al portavoz zurgenero del PSOE y le diga, con ese deje que tiene tan campechano “oye, que mira donde os vais a meter si seguís aprobando licencias en suelo no urbanizable… que yo no te he dicho ná, pero que no vamos a pasar ni una…”. Yo sí me imagino esa conversación e incluso la contraria “Luis, mira a ver tú si puedes hacer algo, que no veas esta gente, el Tijeras y compañía, que no traen nada más que licencias para obras en terreno no urbanizable … a ver qué hacemos nosotros… métele mano tú, hombre, a ver si entran en razón”.
Pues parece que ninguna de esas conversaciones se produjeron, pero la anterior sí, y eso es lo grave.
Si tiramos de este caso y de alguno más que hay por ahí, descubrimos un nexo común, un nexo que permite comprender el motivo por el que estamos ante una trama que vaya mucho más allá de lo imaginable. Y es que ese nexo es el que da sentido a todo lo que ha estado ocurriendo en esa comarca de Almería, ante las propias narices de la Junta de Andalucía, y ante lo que esta se limitaba a cubrir el expediente con denuncias a destiempo, cuando ya era imposible hacer nada hasta que la Justicia actuó.
Un dato más. La Justicia actuó pero no a instancias de la Fiscalía, y aún se está a la espera de su decisión. Y es que cuando metes la mano en el costurero o te pinchas con los alfileres o con las tijeras.
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