La alternativa andaluza

Pues no veo yo a las redes sociales incendiadas por las decisiones del Gobierno andaluz. No veo yo que bajarle el sueldo a los empleados públicos entre el 5% y el 15% haya generado conmoción, tampoco que suban hasta el límite legal el IRPF, tampoco la subida del impuesto del patrimonio, tampoco el aumento de horas de trabajo...
Pues no, tampoco veo a nadie echando en cara que el responsable -o los responsables- de la medida no dan la cara en rueda de prensa.
No, voy a acabar pensando que #otrapoliticaNOesposible, y es es realmente triste.
Ardían España entera de Norte a Sur y de Este a Oeste porque el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, no asumió la responsabilidad de ponerse ante los medios de comunicación después de aquel primero consejo de ministros en el que se anunciaron los primeros recortes presupuestarios; pero resulta que nadie se escandaliza de que el presidente de Andalucía, José Antonio Griñán haga exactamente lo mismo, es decir, quitarse de en medio y dejar a la consejera como el otro dejó a sus ministros.
Del mismo modo, quienes cuestionaron hasta la saciedad la subida del IRPF por parte del Gobierno de Rajoy, no tienen nada que decir por la subida que hace Griñán. Aunque no debemos olvidar que quienes reniegan de la revalorización de las pensiones decretada por Rajoy sean los mismos que las congelaron.
Quienes criticaron la congelación salarial de los funcionarios de Rajoy, nada tienen que decir de la bajada que les hace Griñán, que se suma a la que ya les hizo Zapatero. Y es que quienes denuncian que Rajoy subirá el IVA en 2013 son los mismos que lo subieron en 2011.
Pasma que quienes creen que los recortes de Griñán son "temporales" no crean a Rajoy cuando dice lo mismo.
Eso sí... Griñán y Valderas lo hacen todo "por imperativo legal". Vaya, pues como yo, que pago los impuestos por imperativo legal, que si no fuera por ese imperativo legal no pagaba. Ya en serio, Rajoy recorta porque la Unión Europea le obliga, y ese acuerdo obliga también a las comunidades autónomas. Pero igual que Rajoy hace los recortes donde le parece oportuno, la Junta hace lo mismo... que nos cuente la subida de tasas, que es decisión autonómica, que nos nos cuente la subida de ratio que también es decisión autonómica, que no nos cuente el pago de ambulancias que es decisión autonómica, que nos nos cuenten cuentos, joer!!!!!
Que con esto traguen los socialistas tiene un pase, pero que Izquierda Unida trague... y que haya tragado con el timo de las consejerías (Griñán les da las que piden, pero les detrae todas las competencias importantes) y con el timo de la vicepresidencia (en realidad en el organigrama pone a la consejera de la Presidencia por encima del vicepresidente) y que trague con no tener la presidencia del Parlamento Andaluz... hace falta tener mucha hambre para tragar tanto en tan poco tiempo.
Los sindicatos es otra cosa. Recordamos que una de las primeras medidas anunciadas por Rajoy fue recortarles las subvenciones directas (que no las otras) y rebajar su poder, y mientras Griñán no sólo no ha dicho nada de eso si no que además los mencionó reiteradamente en su discurso de investidura de modo elogioso. Este hecho también demuestra que entre apretarse el cinturón y bajarse los pantalones, han optado por lo segundo.

NOTA: En esta idea de que #otrapoliticaesposible se ha venido manteniendo UPyD, pero acabamos de ver en Asturias que ellos también caen en lo mismo que los demás. Venden su apoyo a un gobierno socialista con Izquierda Unida sin entrar en él como una muestra de su pureza, pero no podemos olvidar que durante los cuatro años que dure la legislatura PSOE e IU estarán sometidos al voto del único diputado de Rosa Díez y ya veremos si no acaba peor de lo que comenzó. Pero dejando eso al margen porque habrá que ver cómo transcurren las cosas, lo cierto es que UPyD podría haber pactado la devolución de competencias autonómicas al Estado, que es su mantra, pero no, han pactado cambiar la ley electoral del Principado, de tal modo que en las próximas elecciones salgan más reforzados. Insisto, no hay tantas diferencias.

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