Dirá la oposición socialista que las rebajas del IBI son ridículas, insustanciales, y puede que tengan razón ya que los ciudadanos pagamos muchísimo -pero muchísimo- más que el año anterior, pero claro, lo que sorprende muchísimo -pero muchísimo- es que ese mismo partido no abre la boca sobre el hecho de que la Junta de Andalucía no reduzca absolutamente nada en el tramo impositivo que le toca. Es decir, que el Ayuntamiento lo hace fatal por que rebaja muy poco, pero de la Junta que no rebaja nada, no merece críticas.
Algo similar ocurre con el IAE, del que el portavoz municipal Pablo Venzal, anuncia que se verá reducido en 15 puntos. La contestación es fácil desde la oposición, ya que es algo que no paga casi nadie... pero quienes digan eso deberían exigir a su partido la eliminación del mismo.
Lo que choca es que en estos momentos el Gobierno central opte por subir ciertos impuestos. Subir el IVA es obvio que retraerá el consumo, que ya de por sí está está en mínimos históricos, máxime si el IVA que se sube es el normal, ya que es el aplicado a productos de demanda flexible. Eso evitará entre otras cosas que aumente la recaudación, que por otro lado debería crecer ya que se necesitará más dinero para pagar más subsidios ya que la subida va a mandar a más gente al paro.
Eso es seguramente una de las lecciones que Jordi Sevilla le dio a Zapatero, pero se le ha olvidado.
Se puede y deben bajar los impuestos en estas circunstancias. Valga el ejemplo del Ayuntamiento de Almería rebajando la licencia de apertura para los negocios... seguramente la rebaja podría considerarse mínima, pero algo es algo, es un pequeño alivio, y es lo contrario de complicarle la vida al que tiene el valor de montar un negocio en estos tiempos.
Que sí, que sí... que vale, que las rebajas son mínimas, pero son un gesto. Un gesto como el del Gobierno de subirle el sueldo a los funcionarios -los único que en estos tiempos tienen puesto de trabajo seguro y la nómina a final de mes sin problemas ingresada en su cuenta- y reconocerle por primera vez la cláusula de revisión salarial, cuando precisamente ellos son los que han ganado poder adquisitivo en estos tiempos de crisis. Sí, esto también es un gesto... son sólo seis euros al mes por nómina de dos mil euros... pero un gesto.
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