Hace un año aproximadamente, el presidente Zapatero decía (el 27 de enero de 2009 en el programa de TVE "Tengo una pregunta para usted") que "la economía no es sólo dinero, es un estado anímico", pero quizá no podía imaginar que tal como van las cosas es justo al revés, el estado anímico es en realidad fruto del estado económico, del dinero.
El siempre certero Boletín Económico de Cajamar, en su número 41 (editado este mes de enero 2010), afirma que la economía almeriense sigue deteriorándose. Así, tan a las claras.
Los economistas -de cuyas previsiones en general nunca debe fiarse nadie (como lo demuestra la actual crisis) pero que explican perfectamente qué ha ocurrido y por qué- pues no dejan lugar a la duda, y es que ni el tramo final de la campaña turística (no hay fitures que valgan) ni la campaña agrícola han contribuido a mejorar una situación en la que la construcción sigue tocada de muerte.
Dicen estos expertos que la clave está en el consumo interno. No consumimos. Unos temen perder el trabajo y ahorran, otros "viven" del subsidio de desempleo y se aprietan el cinturón hasta la axfisia, y muchos ya ni eso...
El mensaje de Zapatero en Almería desde luego carece de sentido. Aquí la agricultura está inmersa en una crisis que no es de ahora, si bien se ha juntado con la actual. Desde que comenzó la negociación entre la Unión Europea y Marruecos, los agricultores almerienses no sabía hacia dónde se dirigía el sector. Inmersos en procesos de modernización y "biologización" se encuentran con nadie les da razones sobre el futuro. Y es que no puede ser que a estas altura los agricultores tengan que estar pendientes del frío del norte para ver si harán o no negocio!!!
Precisamente la falta de dinero es la que provoca el desánimo, la crisis provoca desánimo, stress, mal cuerpo... que nos deja jodidos, vamos.
Si fuera al revés, andaríamos por las calles felices y contentos de que tenemos un avión Almería-Sevilla, y de que en Madrid sólo se habla de las tapas de Almería. Y con eso... se acabó el paro!!!
El problema, claro, es que el avión a Sevilla sólo lo cogen cuatro... que son los mismos que se comieron las tapas en Madrid, y esos, esos sí que tienen ánimo porque su economía sí que va bien.
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