País de cotillas. A este paso la Operación Poniente acabará en el "Sálvame" o en "La noria". Y no es ninguna tontería. Si no fuera porque Almerimar no es Marbella, Isabel Carrasco estaría ahora de plató en plató agitando su rubia melena de bote contando cómo pasó de vivir en Pescadería a casarse en el Hotel Ritz, y haciendo caja.
Y llegado el caso, hasta habríamos podido ver al alcalde de El Ejido, Juan Enciso, enfrentado en directo ante las cámaras con su interventor, José Alemán, como ya hicieran Jesús Gil y Julián Muñoz.
Al final todo está quedando en eso, según se lee en los periódicos. Las transcripciones de las conversaciones telefónicas intervenidas por la Policía Judicial en el transcurso de la Operación Poniente, que ahora han salido a la luz tras levantarse el secreto sobre esta parte del sumario, desvelan muchas cosas pero, al parecer, a ciertos medios de comunicación sólo les interesa ese morbillo que puede hacer vender periódicos en un país de cotillas.
Nos podemos enterar del descaro con el que los personajes de esta trama se repartían un botín de lo más variado, y de cómo los miles de euros llegaban a sus bolsillos. Nos podemos enterar de cómo se reían de todo el mundo.
Lo curioso es analizar qué medios de comunicación no entran en la clave política de toda esta historia. Y esa es la más jugosa, ya que la vertiente meramente delictiva será algo que tenga que definir la juez Monserrat Peña cuando concluya la instrucción, definiendo negro sobre blanco los posibles delitos y los presuntos delincuentes.
Habíamos señalado que las conversaciones transcritas facilitadas a las partes personadas llegarían mutiladas, ya que sólo se recogen aquellas llamadas -incluso aquellas partes de las llamadas- que pudieran tener relevancia penal, y por tanto que el lado político de esta historia se iba a quedar algo oculto.
Lo que hasta el momento hemos conocido revela algo tan importante como el hecho de que el secretario general del PSOE de Almería, Diego Asensio, sabía ya en el mes de junio que la Operación Poniente iba tener lugar en octubre. Pero si ya es grave -muy grave- que él tuviera constancia de este hecho que debería haber quedado en el ámbito de la Fiscalía (¿será por eso?) y la juez, pues más grave resulta -infinitamente más grave- es que se lo advirtiera a uno de los presuntos delincuentes, el entonces interventor José Alemán, en prisión incondicional precisamente desde ese octubre.
De este caso Faisán del Poniente habría que pedir explicaciones. Se extrae de la conversación referida que ya había habido avisos anteriores.
Como habría que pedirlas de se puedan bloquear y desbloquear subvenciones de la Junta de Andalucía, cuando se suponen que tienen su trámite legal y punto. Y habría que explicar porqué es el secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Juan Antonio Segura, quien se encarga de esta fontanería fina.
Todo esto, unido a otras conversaciones en las que se reflejan las tensiones con los funcionarios incorruptibles, cómo se organizan las candidaturas que deben perder elecciones para que todo siga igual, o como se produce el estallido laboral de Elsur, el ERE, la huelga... tienen sin lugar a duda mucha más relevancia para los almerienses que los cotilleos sobre la visa, los relojes, los coches... o el vocabulario de estos individuos entre sí, donde es fácil irse un poco de la lengua sin que eso tenga realmente mayor trascendencia (¿no es así señor Corpas?).
Pero es que nadie ha dicho las empresas periodísticas además de ser empresas tenga que ser periodísticas.
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