Una de las preguntas que ha suscitado el adelanto de las elecciones generales es quién lo sabía y desde cuando estaba tomada la decisión, y en último lugar si el presidente español Zapatero había recibido y cedido ante presiones del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba.
Personalmente creo que la última cuestión carece de interés real más allá de mostrar a un Zapatero aún más débil, pero las otras dos sí tienen algún valor político para poder leer de modo restrospectivo ciertos acontecimientos.
Podemos afirmar que la decisión de fijar las elecciones generales el 20-N estaba adoptada desde al menos principios del mes de julio. Desde entonces han sido constantes las presiones al presidente de Andalucía, José Antonio Griñán para que adelantara las autonómicas a la misma fecha, pero él estaba más preocupado por el congreso extraordinario de Almería que tenía lugar el día 16 de ese mes, y con esa excusa fue dilatando la respuesta Ferraz.
Ante lo insostenible de la situación -la presión de los medios afines al PSOE ha sido excepcionalmente intensa- Rubalcaba mantuvo una reunión el pasado día 25 con Griñán en Sevilla y le volvió a reiterar que era imprescindible adelantar las elecciones andaluzas, hacerlas coincidir otra vez con las generales y hacer causa común. Griñán le dijo no, sabedor de que tras 16 encuestas consecutivas que otorgan mayoría absoluta al PP en Andalucía, convocar a las urnas sería un suicidio, por lo que le interesa estirar el mandato hasta el límite legal por si remonta lo suficiente como para tener una mayoría “suficiente” y pactar con IU o tal vez con PA.
Otro dato a tener en cuenta en la negativa griñanista es que él apostó por Carme Chacón como candidata a la presidencia del Gobierno y no por Rubalcaba, y la enemistad entre ambos es inversamente proporcional al afecto público que se profesan (un ejemplo fue ese reconocimiento del santanderino al madrileño de que es el más sabe de empleo... cuando está en la comunidad con más paro de España y el curriculo como ministro de Trabajo felipista es de todo menos brillante).
En ese sentido hay que decir que fuentes del entorno de Griñán aseguran que se la jugó poniendo fecha a las autonómicas convencido de que finalmente Zapatero las adelantaría. Y ganó.
Noticias de Almería tuvo información de que a partir de ese momento en al menos una empresa del Levante dedicada a la publicidad en vallas se recibió un encargo de reserva por parte del PSOE, y que un día después llegaba la misma petición del PP, y hasta el presidente de NNGG de Almería, Carlos Sánchez, confirmaba en su Facebook que iba a haber adelanto electoral. Todo esto antes de que Zapatero lo anunciara el vienes día 29 de julio.
Al fin los andaluces volveremos a tener elecciones propias, al fin podremos hablar de nuestras cosas, olvidándonos de Bildu, de ETA, de los jueces del Constitucional y el Supremo, de Camps y sus trajes, del Faisán de Rubalcaba...
Lo triste es que la decisión de que las elecciones sean en marzo de 2012 no responde a los intereses andaluces y sí a los del PSOE, al mismo que antes le interesó que fuera conjuntas.
Un último detalle que no quiero dejar pasar y que demuestra lo patética que resulta la mal llamada (o tal vez no tan mal llamada habida cuenta de que en realidad si lo son) clase política. Cuando Zapatero decía que no había que adelantar las elecciones.... todo el PSOE sostenía que no había que hacerlo y que el adelanto sólo sería perjudicial... cuando finalmente las adelanta, todo el PSOE mantiene lo bueno que es hacerlo, e igual que antes lo responsable era acabar la legislatura, ahora el presidente hace un gesto de responsabilidad con esta decisión... y los socialistas andaluces que defendía públicamente la coincidencia electoral, ahora defienden públicamente lo positivo que es para Andalucía hacerlas por separado...
En esta breve historia advertimos una vez más en qué consiste el “interés nacional” de algunos partidos.
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