Hemos publicado en Noticias de Almería que la candidata de IU por esta provincia al Parlamento de Andalucía, Rosalía Martín, reconoce en su declaración previa que mantiene una deuda con la Seguridad Social de más de seis mil euros. Para ser justos hay que decir que eso es una situación más habitual de lo que podría pensarse entre empresas y autónomos en estos tiempos de crisis, y más aún si su sector está relacionado con lo inmobiliario, como ha venido siendo su caso.
Eso en principio no dejaría de ser una anécdota, ya que luego se paga cuando se puede con el recargo correspondiente y listo. Es más, da confianza pensar que una candidata de izquierdas conoce los problemas por los que pasan los empresarios, que los sufre en sus carnes, aunque sorprende por otro lado su visión para salir de la crisis.
Pero dejemos eso a un lado. También hemos sabido que sólo tiene diez céntimos en su cuenta corriente. Si sumamos una empresa en crisis con deudas, y la poca liquidez de su responsable, podríamos pensar que su objetivo al presentarse a las elecciones es tener una buena nómina todos los meses.
Conozco a Rosalía y les puedo garantizar que nada más alejado de la realidad. Es una mujer de izquierdas con firmes convicciones, que pueden gustar o no, pero son las suyas, y por esa razón ha sido objeto de represalias en El Ejido. Sirva lo anterior como posible reflexión al hilo de los números conocidos en esa declaración.
Pero hecha la ley de transparencia por la cual no sólo los parlamentarios deben informar de sus bienes e intereses cuando acceden y dejan el cargo, si no que deben hacerlo todos los que se presentan como candidatos, por alejada que esté la posibilidad de sentarse en el Parlamento Andaluz, que causa sonrojo lo que hacen algunos.
Izquierda Unida, que pretende presentarse como campeona de la transparencia, pues luego tiene una candidata que dice tener sólo diez céntimos... y eso suena a cachondeo. Como era una tomadura de pelo que el ex presidente socialista Manuel Chaves, después de tantos años de "servicios prestados" sólo tuviera 3.000 euros y coche viejo.
Pero la diferencia es que al PSOE lo conocemos, y a Chaves mucho más, pero es que el líder de las masas proletarias, Juan Manuel Sánchez Gordillo, se pasa por el forro del pañuelo palestino la ley y sí que se ríe de todos nosotros -en especial de Diego Valderas, incapaz de poner en su sitio a este amigo de los proetarras- cuando en la declaración no pone ni las fechas en las que ha sido alcalde ni parlamentario, ni pone qué propiedades tiene, ni qué seguros, ni qué hipotecas, ni qué vehículos... sólo que tiene 1.500 euros en su cuenta corriente... y esa información es más que la aportada hace cuatro años cuando presentó la hoja en blanco.
Pues bien, no pasa nada nunca. Ni pasa nada si un candidato debe a la Seguridad Social, ni pasa si no rellena la hoja, ni pasa nada si los datos son falsos.
¿Entonces para qué queremos esa ley? Una ley que ni se cumple ni se hace cumplir, no sirve para nada.
En cualquier caso, lo que sí permite conocer es como los jóvenes políticos, esos jóvenes a los que sólo se les conoce en su vida laboral el cargo público, están muy bien cubiertos económicamente, así que ya está bien de insistir en lo mal pagados que están los políticos, que ya les gustaría a muchos treintañeros "normales" tener lo que "dicen que tienen" muchos de los treintañeros en política.
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