Dos transformadores y un cortijo

El consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, parece que se ha olvidado ya de la Extreme Sailing 40 Series, y que vuelve a visitar Almería para otras cosas, como por ejemplo enterarse por la prensa que le había "tocado" un cortijo. Así de campechano es don Luciano, que hombre más bromista él.
Y es que resulta que el alcalde de Níjar, Antonio Jesús Rodríguez, le da vueltas y vueltas al círculo y lo acaba cuadrando. Vamos, que acaba encontrando una solución para recuperar el Cortijo del Fraile, y el señor consejero le responde con un chiste. Que hombre más simpático, sí señor.
El Cortijo es propiedad privada, pero está declarado BIC, por lo que sus propietarios tienen la obligación de mantenerlo, cosa que no hacen, hasta el punto de que fueron sancionados -desconocemos si llegó a ejecutarse o no- por la Junta, que a su vez le recordó al Ayuntamiento su obligación subsidiaria de protegerlo... no se sabe bien cómo ya que al ser una propiedad privada no pueden ni pisarla.
El alcalde propone que el Ayuntamiento le de suelo a los dueños en otro lugar del municipio, y así "comprárselo", y pasarle esa propiedad a la Junta de Andalucía gratuitamente. Es decir, el Ayuntamiento lo "compra" con aprovechamientos urbanísticos y se inscribe como patrimonio autonómico.
No parece que la idea sea mala, de hecho al consejero le gusta la idea de que sea un bien público, pero dice que primero arreglen el tema la empresa y el Ayuntamiento y luego ya veremos. No hombre, no, que ya sabemos todos lo que eso significa, que el Ayuntamiento acabará siendo no sólo quien lo haya "pagado", será también quien tenga que reconstruirlo, conservarlo, mantenerlo... y cuando ya esté estupendo, llegará la Junta y se lo comerá de un bocado.
Si de lealtad institucional hablamos, lo lógico es que la Junta que fue incapaz de buscar una solución, participe de la encontrada por el Ayuntamiento y si le gusta como si no, ponga todas las cartas sobre la mesa. 
Y es que el consejero lo que no quiere es el Cortijo del Fraile, porque lo bonito es legislar para que los demás cumplan, pero es muy jodido cuando le toca a uno cumplir. Lo bonito es instar y multar, pero cuando se tienen BIC autonómicos cayéndose a pedazos no pasa nada, no hay sanciones. 
Pero si la excusa para no implicarse tiene poca consistencia, es igual que la puesta en su momento por la Consejería de Salud para explicar los retrasos -retrasos sobre los retrasos- de las obras del Materno-Infantil. Un transformador estorbaba... un transformador que nadie vio antes, que nadie previó eliminar, que nadie era capaz de quitar antes de empezar... sorprendente. Y luego para acabar reconociendo que sencillamente no tienen dinero para hacerlo.
Pero el colmo es el consejero de Justicia. Aquí también hay otro transformador por medio. Verán, le pregunta la parlamentaria Rosalía Espinosa por las previsiones del futuro edificio judicial de Roquetas de Mar, y el consejero empieza echándole la culpa a un transformador. Ojo a "un transformador pirata de Endesa", sí "pirata".
Relata este señor que el Ayuntamiento les cedió los terrenos, y que una vez que eran propiedad de la Junta de Andalucía, descubrieron el transformador "pirata" y claro, no han podido seguir porque han pedido dos veces al Consistorio que lo quite y éste se ha negado. 
Pero a ver, si los terrenos son autonómicos y el transformador de Endesa ¿qué pinta el Ayuntamiento en esta historia? Pero es más, si el transformador es "pirata" ¿lo lógico no sería que lo quitara la propietaria del suelo -la Junta- y además multara a Endesa? 
No, no se vayan todavía porque aún hay más. El consejero dice que el proyecto se sigue redactando porque se ha hecho un retranqueo por culpa del transformador -insistimos que es "pirata"- y están reelaborándolo, y acaba reconociendo que no hay dinero para hacerlo. ¿Entonces para que están reelaborándolo si no lo van a hacer? ¿o es que en realidad no tenían ni proyecto ni nada?
Son tres historias con un nexo en común -además del protagonismo de la Junta de Andalucía- que es la incapacidad para gestionar. Cualquier excusa es buena para no hacer nada o retrasar lo que hagan los demás para que no parezca que quien se retrasa es uno.

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