Por Almería... tampoco

En Andalucía vivimos instalados en la esquizofrenia política, y Almería no sólo no es ajena a este mal si no que presenta unos síntomas tal vez más acentuados que en el resto de Andalucía.
La esquizofrenia política es la que produce situaciones inverosímiles, en las que los ciudadanos no saben si sus políticos van, o vienen, o están parados, o si es todo eso a la vez. Es esa enfermedad en la que la ciudadanía no tiene claro quien gobierna ni quién está en la oposición, pero no ya por que se confundan los papeles entre ellos, es también por que no sabe si cuando protesta por algo lo está haciendo contra quien gobierno o contra la oposición, y si quien le apoya es quien debía estar resolviéndole el problema o es el que le está poniendo la zancadilla.
En esa esquizofrenia hay que ubicar el Pacto por Andalucía y ahora el Pacto por Almería. Lo peor es que esta enfermedad, en su variante política, tiene una extraña variante, y es que el contagio se produce en el sentido de que todos quieren padecerla. Todos quieren salir en la foto, y si no les llaman malo, y si les llaman... peor.
El PSOE propone un Pacto por Almería. Bien. Es un pacto -dicen- por el empleo, que es nuestro principal problema. Bien. La pregunta es por qué cuando el PP propuso un pacto por el empleo en Almería al PSOE, que gobernaba en La Moncloa, en Sevilla y en la Diputación, los socialistas pasaron olímpicamente, y eso que la gravedad era la misma que ahora.
Es más, los socialistas andaluces han reclamado al Gobierno central un plan de empleo espacial, que no les han concedido, y por la misma regla de tres, el Pacto por Almería debía reclamarle al gobierno autonómico medidas... pero no, al autonómico no.
La pregunta es muy simple: ¿quién tiene las competencias en políticas de empleo? Pues según el artículo 63 de Estatuto Andaluz, corresponde al Gobierno andaluz.
Pero siguiendo con los síntomas de esta particular tipología de la esquizofrenía asociada a la política, esta la incapacidad para ver las cosas como son. Es decir, que más allá de las opiniones o las interpretaciones hay hechos incuestionables, pero que quienes padecen este mal no los ven y por tanto tampoco pueden interpretarlos ni de un modo ni de otro.
Por ejemplo, considerar un éxito una manifestación que reúne -en el mejor de los casos- 20.000 personas en toda Andalucía, y eso que estaba convocada por los partidos del gobierno, los sindicatos y otras organizaciones satelitales, cuando el 4 de Diciembre de 1977 fuimos millón y medio los que ocupamos las calles y eso que teníamos en contra el gobierno central, los partidos mayoritarios y en muchas provincias -como Almería- sólo había medios de comunicación del Estado y por tanto hostiles a ella.
No ver ese rotundo fracaso es sólo comparable a creer que si el PP no se suma al Pacto por Almería se deslegitima.
Volvamos a los datos. Con la que está cayendo en el PP por gentileza de Bárcenas y la incalificable gestión que están haciendo de esta crisis que les ha estallado, y con cinco millones de parados... muchos de ellos en nuestra provincia, el PP baja en intención de voto pero sigue a más de una docena de puntos por encima del PSOE, que sólo sube levemente.
No ven ese dato que refleja claramente que los almerienses siguen pensando muy mayoritariamente que con el PSOE todo sería mucho peor. 
Podría decirse que, quienes no tienen las instituciones, buscan con estos comportamientos deslegitimarlas y a la vez legitimarse ellos mismos desde fuera. El problema es que eso no lo puede hacer quien está en las instituciones, de ahí la esquizofrenia.
¿Pero qué Pacto por Almería? ¿el de la lluvia de millones que nos regaló en aquella impagable (es un decir) portada? ¿el de los seis centros de salud prometidos en 2008 y que aún no existen? ¿el del Hospital Materno Infantil que ahora dicen que no hay dinero pero que si lo hubieran comenzado cuando lo anunciaron ya estaría funcionando? ¿el que impide que El Corte Inglés pueda instalarse en la capital? ¿el que mantiene aún centros escolares con áulas prefabricadas siendo esta provincia la que más tiene de Andalucía? ¿el de la docena de desaladoras? ¿el que permitió el hotel del Algarrobico? ¿el que no vio crecer las urbanizaciones ilegales? ¿es el pacto por Almería el que vimos en la Diputación en los gloriosos años del presidente Juan Carlos Usero y los cuatro que el precedieron? ¿es ese el pacto por Almería?
La cura es muy simple. Cada uno a su sitio. PSOE e IU a gobernar Andalucía, a aprovechar cada céntimos que les llegue de Madrid, el PP desde la oposición a fiscalizar, los sindicatos y la patronal colaborar en que se mantenga y se cree empleo en vez de poner zancadillas... y los medios ¡a contarlo todo!

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