Resulta bastante ridícula esa actitud aguerrida de la que algunos hacen gala en defensa del espectáculo taurino. Ridículo aquí, en Andalucía, en Almería. Extremadamente ridículo. Casi tanto como la pasión que que ponen en su extirpación otros desde otras partes del Estado español.
Y es que no es nuestra guerra. Aquí tenemos asumido que, nos guste o no (a mi no me gusta), las corridas de toros forman parte de nuestra identidad cultural e histórica, y a nadie, en su sano juicio, se le puede ocurrir prohibirlas... en nuestra Comunidad (nacionalidad, realidad nacional... escojan).
Pero es que aquí -insisto- nadie ha planteado su prohibición más allá de algún grupúsculo político o alguna organización social con escasísima representatividad. Lo que no se entiende por tanto esa marea de mociones en defensa de algo que no está en peligro de desaparecer, con la intención de que sea declarado "no-sé-qué" cuando se declare o no (miren el Cargadero del Mineral ¿de que le sirve ser BIC?) es lo que es.
Suena todo esto al slogan ese de un güisqui, el de "para gente si complejos". Pues eso, que hay que meterse en todas las guerras.
¡Y a nosotros qué nos importa lo que hagan con los toros en Cataluña, en México o en Francia! ¡Allá ellos!
Los toros no son la "fiesta nacional". Primero porque no se puede considerar fiesta un espectáculo sangriento, por artístico (!) que sea, y porque no parece que una verbena popular y una corrida taurina sean equiparables en nada, por mucho pasodoble y bocadillo que haya.
Y tampoco es "nacional". Si entendemos por "nación" a España, es obvio que no es "nacional" ya que no tiene la misma consideración histórica e identitaria en Galicia, Cantabria, Asturias... que en Andalucía (sí, hay toreros no sé... de ¿Castilla?... pues probablemente, como hay jazzistas o bluesman en Granada... igual de exótico).
Por esa misma razón, quienes en Cataluña arremeten contra el espectáculo taurino alegando que es "español", pues se equivocan. El toreo es andaluz, como el flamenco, como la copla... nos guste o no que lo sea, y nos gusten o no estas "actividades culturales".
Y si en Cataluña no se oponen a los clubes de jazz -música que no forma parte de la identidad catalana, ni de la andaluza... ni de la "española"- no se entiende que deban oponerse a que haya corridas de toros. Que nadie se cree que lo que defiendan sea la vida de los toros!!!!
Es como andar poniendo banderas españolas en cada rotonda como para decir ¡eh, que esto es ESPAÑA!... joder, si ya lo sabemos... ¿o es que hay dudas?
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