Hace una semana los jóvenes del Partido Popular de Almería eligieron como presidente de Nuevas Generaciones con el 96,93 por ciento de los votos a Carlos Sánchez, de 24 años y estudiante de Ciencias Políticas. Físicamente es bajito, pero dejó claro en su primer discurso como "boss" es que se crece, y se atrevió a retar a sus mayores diciéndoles que ellos, van a hacer que el PP vaya a remolque. A esta actitud retadora, como corresponde a la edad juvenil, le respondió el presidente provincial del PP, Gabriel Amat diciéndole que se ponga las pilas que hay mucho que hacer.
El hecho de que en Andalucía llevemos 30 años gobernados por el mismo partido político, ha degenerado en una situación peculiar, y es que se han cambiado los papeles tradicionales. Es decir, que mientras las Juventudes Socialistas, que debían ser rebeldes y reivindicadoras están calladas ante los problemas que padecen los jóvenes, como son la vivienda o el empleo, y aceptan de buen grado y sin abrir la boca todo lo que deciden desde las direcciones del PSOE, sin aportar ellos absolutamente nada… pues mientras eso ocurre con los jóvenes progresistas, aquí en Andalucía, son los jóvenes supuestamente conservadores los que quieren cambiar las cosas, los que llaman a la revolución.
Esto es importante, sobre todo si tenemos en cuenta un detalle fundamental, y es que esos jóvenes ya están ocupando sitios privilegiados en la gestión de los asuntos públicos, y por tanto comienzan desde muy pronto a estar preparados para cuando tengan que tomar las riendas en primera persona. Podemos poner el ejemplo del secretario general del PP almeriense, Javier Aureliano, que ha llegado a este cargo después de pasar por la presidencia de NNGG y estado en esa situación ser ya concejal del Ayuntamiento con tareas de gobierno. Y el actual concejal de Deportes, Juanjo Alonso, también es de la cantera, y hasta el actual presidente, el elegido en este congreso, formar parte del equipo de asesores del alcalde de la capital. De esta forma es lógico corroborar las palabras del propio Luis Rogelio Rodríguez, que afirmó en el congreso que los jóvenes no son el futuro, son ya el presente, y que el PP cree en ellos, y por lo menos, en los casos mencionados parece que es así.
Sin una juventud rebelde, las cosas en Andalucía no cambiarán, pero también hay que tener cuidado con los mensajes que se lanzan, puesto que en ocasiones hemos visto que acuden más a la forma que al fondo. Utilizar eslóganes del tipo ZP nos deja en pelotas, o que Chaves tiene fecha de caducidad está bien, pero sólo serán válidos, sólo cumplirán con su objetivo si llevan aparejado algo más.
Si después de 30 años en nuestra Comunidad autonóma sigue gobernando el mismo partido es porque, entre otras muchas razones, pero como una importante, que desde la oposición no se ha conseguido ofrecer una alternativa fiable, creíble, ilusionante. Para que esa propuesta del PP cale entre los ciudadanos es fundamental que se advierta que frente a los jóvenes adocenados del PSOE, hay otros jóvenes con ganas de cambiar el mundo, porque además, es que hay muchas cosas que cambiar.
Es que resulta desalentador que las Juventudes Socialistas callen ante la situación de paro que hay en nuestra tierra. Probablemente si el gobierno correspondiera al PP, NNGG no estaría en la batalla por estos asuntos y serían las JJSS quienes lo harían. Lo que pasa es que siempre espera uno que los jóvenes de izquierdas sean más activos, más luchadores… y por eso uno espera que aunque manden los suyos, ellos no callen, sean capaces de estar en la primera línea y pedir que se hagan ciertas cosas… pero es evidente que en Andalucía no pasa así, aquí la aspiración es entrar la administración pública por la puerta de atrás, que suele ser además la mejor pagada.
Al cierre del congreso de NNGG, su presidente nacional Nacho Uriarte reivindicó "la revolución popular de los jóvenes, que no es otra cosa que ser tolerantes, libres, creer en la igualdad de oportunidades y en un futuro mejor".
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