Todo apunta desde hace mucho tiempo atrás a que este hotel seguirá donde está, y que todo lo más, se verá retranqueado, no tanto por imposición legal si no para que las olas no se metan en la cama de los clientes cada mañana.
Quizá no fuera ilegal, pero era irracional e inmoral permitir la construcción de un complejo como el que se está desarrollando en la zona, y de la que el hotel es sólo la puntita, créanme... la puntita. De lo demás, del resto de hoteles, de los campos de golf... de eso ni Greenpeace dice nada, pero ahí está. Ese es el turismo que propugna el Gobierno andaluz, el gobierno del mismo PSOE que se lanza a la yugular de los malditos especuladores del ladrillo y el cemento... sin querer mirar en qué han estado convirtiendo ellos esta Andalucía/Almería nuestra.
Ahora el Gobierno central dice que no expropiará, que no es el momento. En realidad nunca será el momento. Contó con todos los parabienes y licencias para su construcción, contó incluso con subvenciones públicas, y todo marchaba sobre ruedas hasta que la ministra Narbona dijo que no le gustaba y que había que quitarlo de en medio.
Con ese espíritu de vasallos que tienen los políticos andaluces/almerienses, bastó una palabra de una jefa de Madrí, para correr dándose patadas en el culo (perdón por la expresión, pero es como me los imagino por los pasillos) buscando modos y maneras de parar el mismo hotel que habían apadrinado generosamente.
Y es que como todo es legal, pues la única opción es comprarselo/expropiárselo a los propietarios y luego... ¿tirarlo abajo? No, no es esa la idea. Ya se encargó la actual presidenta del Parlamento de Andalucía y entonces consejera de Medio Ambiente, la alicantina Fuensanta Coves (¿quizá prefiere que la gente veranee en su tierra?), de dárnosla con queso.
Como saben, la expresión viene de que para colarte un mal vino lo mejor es ponerte una tapita de queso, pero de queso-queso, así entre el olor y el sabor no te enteras de lo que bebes. Pues eso hizo ella, subió la protección en todo el Parque Natural de Cabo de Gata pero... la bajo en los Algarrobicos, momento desde el cual se pueden mantener las construcciones preexistentes. ¡Qué habilidad!
Sea cual sea una futura sentencia, incluso aquella que declarara la licencia nula, la posible demolición o no quedaría administrativamente resuelta. Pena que los Prior de Vera no tuvieron de su parte a la Junta de Andalucía, que si no, igual hasta se construyen una torre de diez plantas con subvención pública.
Se encontró una fórmula para que la expropiación costara muy poco (a ver, poco en relación a lo que valía en ese momento el terreno y la construcción) pero... nunca más se volvió a saber de ella. Fue el famoso retracto, un derecho que podía haber ejercido la administración pero no lo hizo porque al paracer nadie le informó de la compraventa del terreno. Nunca más se supo de aquella solución digamos económica.
Pero no, la cosa no se queda ahí. El hecho de que el Estado diga que no va a expropiar el hotel no significa que nos vayamos a ahorrar un solo euro. La empresa está dispuesta a llevar a cabo todas las acciones legales que estén en su mano para exigir daños y perjuicios, ya que sólo las dilaciones por las maniobras político-jurídicas le están retrasando la terminación y la apertura... y eso son pérdidas acumuladas año tras año... y alguien tendrá que pagar: nosotros, los de siempre, vamos.
Los despropósitos no se paran ahí. Hay más. Mucho más.
1 comentario:
todavia sin comentarios ?? sabe por que? por los almerianses les gusta las kosas feas - como ya esta hecha almeria - una porkeria con los edificios mas feos - almeria = fealandia
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