Añadamos otro dato no menos relevante, que algunos exhiben como crítica, y es que entre el 70% y 90% de las decisiones del PE se toman con el acuerdo conjunto de los socialistas y los populares europeos. Bien podría ser esto ejemplo de consenso para quienes están en las Cortes Generales.
Si sumamos lo primero a lo segundo, el resultado es que estas elecciones son un buen momento para expresar nuestra opinión sobre cómo lo está haciendo el Gobierno. En primer lugar por haber sido ellos mismos quienes han decidido asumirlo así, implicando a Rajoy y Zapatero en campaña hasta límites extremos, por encima de los propios candidatos. Y en segundo lugar por que al fin y al cabo, terminan poniendose de acuerdo en la mayoría de los temas relevantes.
Pero no basta en esta reflexión con lo anterior. El pasado jueves tuve la oportunidad de desayunar con un europarlamentario del PP, Antonio LÓPEZ-ISTÚRIZ WHITE, comentaba que lo más importante en cualquier negociación europea es conseguir que los demás te respeten, y vean que estás dispuesto a dejarte la piel por tu país.
Precisamente de eso se trata, de que si el 60% de la legislación que nos afecta como ciudadanos viene de Europa (en ese caso el 35% sería de Andalucía, y el 5%... ¡sólo el 5%! de España...) pues debemos tener allí gente que nos defienda, que luche por nuestros intereses, que no se levante de la mesa ni para ir al servicio... que no acepte cambalaches tipo peces por tomates... no podemos seguir permitiendo que el delegado de Agricultura y Pesca siga sonriendo cuando entrega cheques para destruir barcos almerienses... el gallego (Juan Deus es gallego) esboza siempre una sonrisa demoledora cuando se fotografía entregando cheques por hundir barcos, por hacer desaparecer la flota pesquera de esta tierra, la de la gamba roja de Garrucha, la de pámpano de Carboneras, la de la melva de Adra...
Almería se juega mucho, como Andalucía, y es que mientras el Estado Español podría perder los Fondos de Cohesión por el efecto estadístico (han entrado más países, ellos son más pobres, la media para recibir los fondos por tanto, baja, y España se queda fuera), nuestra tierra debería seguir recibiéndolos por que estamos peor que muchos de esos recién llegados.
Tengo que reconocer que más que euroescéptico soy euroagnóstico, que para mi Europa comienza en Despeñaperros, que no me gusta ni como se está construyendo la Unión (en base a estados en vez de a naciones, nacionalidades, pueblos o regiones, con un déficit muy importante en la cuestión democrática y en la transparencia institucional... y más cosas) ni lo que hay construido de ella (ese legislarlo todo y de la misma manera, igual para un andaluz que para un bávano o un polaco)... pero la realidad nos supera. Hay lo que hay. Lo que hay es un Parlamento elegido por ciudadanos... quien manda no nos ellos, son los gobiernos de los países miembros... y así volvemos al principo del artículo.
Quien vote, objetivamente debe hacerlo pensando no ya en Europa, si no en la realidad presente y futura de su tierra.
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