22 mujeres han muerto a manos de sus parejas o ex parejas a lo largo de este año, y si hacemos la media incluso sin acabar el mes de mayo, nos da... cuatro al mes, casi una a la semana. Es terrible. Desolador.
Es posible que las concentraciones como las que se realizan a las puertas de los ayuntamientos sirvan para algo, no sé, igual no valen para nada, tampoco lo sé. Es una cuestión de conciencia nacida de la educación, y por eso cuando veía a cuatro mujeres sujetando la pancarta en la que aparecía el número de asesinadas pensaba que no eran ellas quienes debían estar ahí, si no nosotros, los hombres, somos nosotros los que no podemos dejar pasar ni una, los que no podemos tolerar ni bromas ni chistes.
Hay cosas con las que no se puede jugar a hacer política, como lo demuestra que el difunto Ministerio de la Igualdad de la levitante Bibiana Aído gastara 640.000 euros en un año (dato hecho público hoy, pero en el que no se facilita número de llamadas recibidas, personal adscrito, ni otros costes) en aquella ocurrencia que fue el teléfono para que llamaran los maltratadores. Aquello fue una broma de mal gusto, y además cara.
Como también es inaceptable se nombre delegado del Gobierno para la Violencia de Género a una persona que truca una estadística para afirmar que las mujeres se suicidan más que los hombres cuando es falso aquí, en toda Europa y en todo el mundo, cuando es falso entre pobres y ricos, entre cultos e incultos, entre musulmanes y cristianos, entre ateos y judios... los hombres se suicidan mucho más... pero eso no le valía al almeriense Miguel Lorente para justificar sus teorías, como ya demostró Noticias de Almería.
Pero me viene también a la memoria el hecho de que si el hombre maltrata a la mujer es legalmente violencia de género y tiene una consideración penal, pero si es al revés no. Del mismo modo, en una pareja compuesta por dos hombres, nunca hay violencia de género, pero si la pareja es de dos mujeres siempre se considerará violencia de género.
En todas estas cosas absurdas pensaba durante los tres minutos de silencio en los jardines del Preventorio tras escuchar al alcalde, Luis Rogelio Rodríguez, condenar este crimen, rodeado de sus adversarios políticos (también de sus amigos, claro).
A veces piensa uno que la política son un cúmulo de improvisaciones, vaguedades y mentiras. A veces uno se pregunta si merece la pena ir a votar el 22 mayo. Les aseguro que todos no son iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario