Los resultados ya están ahí, y ahora toca responder ante ellos.
Al PP no hay que decirle nada, más allá de lo que el propio Luis Rogelio Rodríguez decía a los periodistas en la noche electoral: han tocado techo y ahora tienen que hacer lo posible y lo imposible por no defraudar. Y eso a nivel local como provincial.
En el PSOE ya han comenzado los primeros amagos de no responder, de no dar la cara. El candidato de la capital, Juan Carlos Usero, que no ha podido hacer una campaña electoral peor, pero que tampoco pudo llegar de peor manera a ocupar el número uno de la lista, refugia su fracaso estripitoso en que lo suyo no es algo aislado, y habla de la crisis económica (!).
Pero es que Diego Asensio, secretario general del PSOE almeriense, debería hacérselo mirar. Para él también la debacle ha sido generalizada, por lo que no cabe responsabilidad directa.
La caída del PSOE es general, cierto, pero en Almería lleva cayendo años, lleva perdiendo votos desde hace por los menos doce, hasta el punto de que incluso cuando nació GIAL y cuando luego nació el PAL, ambos resultado de la fragmentación del PP, ellos seguían desangrándose y los populares subiendo.
En ese sentido no podemos olvidar que cuando hace cuatro años se presentó el PAL y logró más de 22.000 en la provincia, el PSOE sólo consiguió unos trescientos más que el PP, que aún así mejoró sus resultados respecto a los comicios anteriores.
De hecho el PAL fue la gran apuesta de Martín Soler para partirle las espinillas a la derecha de Almería, pero a la vista está que han sido ellos, los socialistas quienes se han venido abajo con todo el equipo. Basta mirar el caso de El Ejido, donde se han quedado en cuatro, o los tres de Dalías, o en general cómo le ha vuelto a ir al PSOE en todo el Poniente.
Que los datos de Almería para PP y PSOE están influidos por la desastrosa gestión de Zapatero y la ignorada gestión de Griñán, es cierto, tanto como que sólo en un porcentaje mínimo. El caso de Almería tienen claves propias, claves internas de las que hemos hablado mil veces, y de las que cuando algún periodista osamos abordarlas se nos tacha de "antipsoe"... ahí están los datos, que miren si no le estábamos mostrando la guía de errores que venían manteniendo.
Claro que cuando uno hace una buena gestión como en Vícar, consolida su mayoría absoluta, como le ha pasado a Antonio Bonilla, a quien ni le ha afectado la crisis, ni la caída general del PSOE... no, los vicarios deben vivir en un mundo aparte según el análisis de Asensio. Pues no, donde el alcalde ha respondido a las necesidades de su pueblo, su pueblo le ha votado, es así de simple.
Y todos han tenido las mismas armas para responder ante la crisis. Los alcaldes del PP se han consolidado (casos excepcionalmente buenos han sido los de Cuevas o los de Gádor por impresionantes), por lo que resulta absurdo argumentar que la "crisis" ha pasado factura a quienes gobiernan... esos alcaldes que tienen problemas para pagar a sus proveedores están en los dos partidos, pero los del PSOE van a la calle y los del PP se consolidan... esos alcaldes sin dinero para nuevas inversiones están en los dos partidos, pero los votantes prefieren mantener al PP a darle opción al PSOE... es decir, han sido castigados los alcaldes socialistas, esos que han contado con el cariño de una Diputación absolutamente partidista, y una Junta de Andalucía radicalmente ineficaz.
A quien sin lugar a dudas le ha ido bastante bien es a Izquierda Unida, y además de un modo bastante uniforme. Es verdad que el gran dato es el resultado de la capital, donde Rafael Esteban como cabeza de cartel ha logrado duplicar el porcentaje de voto y ha sido fundamental para que esta formación siga teniendo un diputado provincial; pero es que han vuelto a entrar con dos concejales en El Ejido, y han logrado meterse en algunos ayuntamientos también por primera vez en muchos comicios.
El caso del Partido Andalucista es significativo. No ha logrado capitalizar el voto de los socialistas descontentos, y aunque logra unos cuantos concejales más, pierde votos, y está pendiente de posibles pactos para poder mantener sus alcaldías más relevantes.
Y si cuatro años atrás el fenómeno fue el PAL de Juan Enciso, en esta ocasión lo ha sido UPyD, pero en realidad sólo la capital, donde se han situado como cuarta fuerza política aunque fuera con del Ayuntamiento y muy lejos de la tercera que es IU. Aún así hay que reconocerles el mérito a nivel local, si bien en la provincia su presencia es meramente testimonial y el gran logro es el obtenido en El Ejido, dos ediles.
En este repaso rápido de la situación, el único partido que no tiene salvación -es que hasta el PA tiene motivos para "salvar la cara" a pesar de todo- es el PSOE. Ellos son los que tienen que responder. Llevan demasiados años aferrados a la derrota... cuando Chaves ganaba ellos perdían, cuando Zapatero ganaba ellos perdían, cuando no había crisis ellos perdían... bueno, no todos, algunos ganaban y siguen ganando.
La dimisión de Asensio y de Usero sería un buen comienzo.
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