Ande andará

A ver si lo he entendido bien. Resulta que va un preso, da dos saltos y se escapa de El Acebuche. Y ya está. O sea, en dos saltos, uno por muro. Insisto: y ya está.
En ese "ya está" hay que incluir el hecho de que a estas alturas nadie haya salido a dar explicaciones más convincentes, por que de ser cierto eso, de ser verdad que en dos saltos se fuga uno de esta prisión, pues como que da un poco de miedo pensar que los que se quedan dentro lo hacen voluntariamente, que no quieren escapar. Y es que no es cuestión de saltos, es que si uno da dos, pues en ese tiempo otro saca la lima del bocata y a darle a los barrotes, u otro ata cuatro sábanas y las descuelga por la pared.
Resulta que hay el doble de presos de los que por número de funcionarios debe albergar el centro, que nos enteramos que se dejan por las noches las puertas abiertas en las celdas de los internos en tercer grado, que a los profesores se les estaba obligando a tener jornada partida.
Leemos:
El preso, del que la Policía ha destacado su especialización en robos con escalo, logró huir de la prisión pasadas las 18.00 horas del domingo cuando se encontraba en el patio, desde el que trepó a una cornisa para, a través de ella, alcanzar el tejado de la cárcel, situado a unos seis metros de altura
Y ahora la justificación:
A esta 'habilidad trepadora asombrosa, más propia de un gato que de un humano' se unió el relevo de los agentes de la Guardia Civil que custodiaban en ese momento el perímetro de la prisión, motivo por el que las alarmas de la cárcel no funcionaron de forma óptima, ha explicado la directora
El caso es que tampoco fue tan fácil
Frente a lo anterior, el presidente provincial de CSI-CSIF, Francisco Iglesias, ha narrado a Efe que el recluso, una vez en el tejado, abandonó el interior de la cárcel para recorrer otros quince metros de recinto, así como para sortear otro muro y la alambrada que conforman la barrera de vigilancia del perímetro de la prisión, cuya custodia la asume el instituto armado.
En fin, que el hombre echó su ratito para irse a difrutar de la Navidad que le querían amargar, y mientras, la directora... a comerse los turrones.
Si es que pasa cada cosa.

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