Es obvio que la Unión Europea la controlan los Estados del norte, y que todo en ella se mueve bajo sus criterios, que ellos son los que deciden ya que, al fin y al cabo, ellos montaron este invento y hasta no hace mucho no les iba nada mal.
Dentro de esa idea encaja perfectamente lo que viene ocurriendo con la agricultura andaluza y almeriense en particular. Primero les interesábamos -cuando se produjo el ingreso en la CE- por producir mucho y barato... pero a medida que nos europeizábamos, íbamos dejando de ser rentables. Los gastos laborales eran cada vez más elevados, y por otro lado, nos colocábamos en cualquier negociación al mismo nivel que ellos... así que debieron buscar otro camino.
Comenzó la época del desmantelamiento progresivo de nuestra agricultura, pesca y ganadería. Los países costeros de Europa no estaban dispuestos a que nuestra enorme flota les comiera terreno, y lo mismo pasaba con la ganadería, de la que los del norte presumen con razón... la agricultura, por contra seguía siendo nuestra baza.
Los europeos asignaron a Andalucía -con el permiso de España- el mismo destino que la Florida norteamericana. Dentro de la división de funciones, Andalucía -y qué decir de esta tierra virgen que es Almería- era el lugar del ocio y las vacaciones, y ese era nuestro destino. La agricultura tenían que asumirla países más baratos que nosotros... como por ejemplo Marruecos.
Todo esto se ha ido realizando con el consentimiento complaciente y sumiso de España, que al fin y al cabo es quien nos representa allí, en la lejana Bruselas. España sabrá que ha ido sacando a cambio.
Pero la crisis puede haber redescubierto la agricultura, que en definitiva no es más -ni menos- que la producción de alimentos... vamos, de aquello que se come para vivir. Igual esta crisis maldita acaba parando los pies de Europa. Confiemos en ello.
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