La escasa participación en la huelga ha dado muestra de que la mayoría del profesorado es consciente de que oponerse a una decisión tomada por el gobierno del "régimen" es absurdo, pues todas sus terminales mediáticas, sociales y sindicales se ponen en marcha para anularla. Pero también demuestra que muchos profesores saben que ésas no son maneras.
Hoy jueves los chavales no tienen clase, mañana viernes tampoco, a eso le sumamos el fin de semana de dos días (para la inmensa mayoría de los mortales es de uno... o de ninguno) y el lunes. Total: cinco días sin trabajar... casi una semana santa. Más el día de huelga, claro.
Es verdad que no son los mejor pagados... pero no en vano tienen más de dos meses de vacaciones en verano, casi quince días en Semana Santa y unas tres semanas en Navidad, más todos los puentes y fiestas de guardar o no. Eso... y prácticamente todas las tardes libres para cultivar sus aficiones, pasear con sus hijos o con sus parejas... o sacarse unos dinerillos extras y acabar trabajando ocho horas como casi todo el mundo.
Nadie en su sano juicio puede considerar eso como privilegios si se pone en el otro platillo de la balanza "aguantar" lo que hoy toca "aguantar" en los centros escolares. Pero no es menos cierto también que trabajar en una obra, ser camionero... tiene lo suyo... o ser taxista... o ser periodista... cada cual tiene lo suyo.
Señalábamos que son cinco días sin trabajar... justo lo mismo que la Junta de Andalucía quiere adelantar el inicio del curso para los escolares. Los profesores ya están en los centros, y sólo se trataría de que los alumnos también fueran a clase ¿entonces en dónde ven el problema los maestros? Pues lo ven en "aguantarlos" una semana más... pero es que acaban de "aguantarlos" una semana laboral menos en estos días... más el puente de la Constitución y la Inmaculada...
Lo realmente absurdo es que desde la Junta de Andalucía se plantee el adelanto como una mejora de la calidad de la enseñanza cuanto es falso, puesto que para "arreglar esto" hace falta mucho más. Es mucho más honesto plantear las cosas tal como son, y es que la mayoría de los padres comienzan a trabajar a primeros de septiembre y dónde dejar los hijos casi tres semanas es muy complicado si no se tiene familia que pueda hacerte el favor, y la solución no es mala.
Pero si ahora tenemos que trabajar y no tenemos con quién dejar los niños... estamos en lo mismo ¿o no?
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