Es conveniente recordar que en la primera versión que escribió Blas Infante utilizó precisamente la palabra "pueblos", como un elemento más de la universalidad andaluza; es decir, Andalucía por sí, por el resto de los pueblos peninsulares, y por la Humanidad. Luego hizo una modificación, cambiando "pueblos" por "Iberia", que también se colocó en el escudo. De hecho esta última es la aprobada en la Asamblea de Ronda de 1918. Por tanto, se trata sólo de recuperar una versión primigenia y tradicional.
Claro, que también puede deberse todo esto a que ninguna de las personas con "cargo público" que lo revisó "sabía" que el himno "oficial" tiene otro texto... ¡esto sí que es grave!
De todas formas, a estas alturas lo indignante es que en los actos oficiales no se cante el himno y se limite a una interpretación musical, vaciando su contenido reivindicativo y haciendo en ocasiones auténticas filigranas musicales que hacen imposible su entonación para quien conozca la letra. Peor aún es que desde la Delegación del Gobierno se entienda que es necesario repartir dípticos con la letra, conscientes de que muchos "cargos públicos" no son andaluces y no se lo saben, y otros que sí son andaluces... ven en la bandera, en el himno, el escudo y en el autogobierno una especie de feria en la que se hace negocio, siendo el 28-F y cada convocatoria electoral "día de mercaillo"... saldos, saldos... estamos que lo tiramos...
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