En el Mar de Alborán, por dos veces, una en Adra y otra en Roquetas, una más temprano (pasadas las cinco de la mañana) y otra más tarde (pasadas las ocho). Un terremoto que ha removido lo que no lo ha hecho el escándalo de los asesores y otras tantas cosas que tan nerviosos han tenido a tantos de un tiempo a esta parte.
Quienes creen que las fuerzas telúricas tienen algo de mágico puede que en este caso tengan razón. Los políticos insisten en "menear" tanto el "cotarro" que al final acaba en seismo.
A ver si no es de terremoto lo de los asesores de la Diputación de Almería y sus derivadas. O los 900 millones de euros que según el PP no se han invertido en la provincia tras haber sido prometidos. O la subida de tasas e impuestos del Ayuntamiento de la capital en plena crisis, por encima del IPC previsto. O que Torrecárdenas tenga las Urgencias a más del 100% de modo habitual (el popular Javier Arenas habló de picos del 170%) y no haya previsión presupuestaria para solucionarlo. O el retraso ya reconocido en la A-7.
Con razón informan desde el Instituto Geográfico estatal que hay una media de seis terremotos diarios en la provincia, que son débiles y no los notamos, pero ahí están. El día 20 hubo ¡9!, y el 21 hasta las seis de la mañana ¡12!.
Eso es lo que pasa, que nos hemos acostumbrado a todo, y al final nos da igual ocho que ochenta, un escándalo que dieciseis.
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