Entre sus primeras declaraciones a la Cadena Ser (...que raro ¿no?) afirmó que priorizará las inversiones que permitan generar puestos de trabajo. Estas palabras, que son de puro sentido común, pueden llevar implícito un revés importante al proyecto del soterramiento de las vías del ferrocarril a su paso por la capital almeriense.
No está cuantificado en ninguna parte del proyecto, pero no parece que el soterramiento vaya a ser un generador de puestos de trabajo, más allá de los estrictamente necesarios para realizar las obras. Habrá que recordar que uno de los problemas principales para acometer esta idea es la financiación, que precisamente ahora se complica más que nunca, ya que la posibilidad de invertir lo obtenido de las plusvalías generadas de la venta de los terrenos liberados, es a día de hoy una utopía tal como está el mercado.
Sería bueno que el equipo de Gobierno que dirige el alcalde Luis Rogelio Rodríguez, pusiera a trabajar a las personas adecuadas en la elaboración de un informe sobre el desarrollo que supondría el soterramiento para la economía local y provincial. Y con dicho informe presentarse en el Ministerio de Fomento y ponerlo en la mesa de Blanco para que no pueda decir que no... que lo dirá.
Es más, conoceremos hasta qué punto el nuevo ministro está dispuesto a no caer en la demagogia -a la que tan proclive ha sido en estos últimos años- cuando nos diga claramente que no se puede hacer el soterramiento; o cuando si acepta llevarlo a cabo, ponga fechas y las cumpla.
En cualquiera de los casos sería bueno que la oposición socialista estuviera a la altura de las circunstancias, para impedir que el cambio de ministro suponga que el proyecto del soterramiento va otra vez a un cajón. Lo deseable no es que el PSOE almeriense justifique la decisión que tome el ministro, si no más bien lo contrario, que influya en el sentido positivo para los intereses de esta ciudad y su provincia.
Lo que no debe hacer el alcalde de Almería es esperar más. Y si hay que ir a Madrid, pues se va... aunque siempre habrá quien diga que si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería. Se me ocurre que le puede prometer al ministro borrar a Magdalena Álvarez de aquella foto con todos los portavoces municipales y ponerlo a él (esa es una técnica muy antigua en política)... poner su cara en todos los mupis de la ciudad, o dedicarle alguna de esas fachadas que usaron GIAL y PAL en las elecciones municipales... igual cuela ¿no?
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