Si hay una enfermedad endémica en los políticos, esa es el estrabismo. Ese mal les lleva a no ver iguales las cosas que lo son por su imposibilidad innata de establecer ciertas comparaciones.
Así, el portavoz del PSOE de Adra, Luis Pérez, denunciaba días atrás que un concejal del equipo de Gobierno de su ayuntamiento, se había construido una casa vulnerando "presuntamente" la legalidad. Al parecer, y según argumentaba, solicitó licencia en su momento para la edificación, pero al final y después de varios tropiezos, y cuando los socialistas iban a preguntar en una sesión plenaria por esta cuestión, se movilizó todo para darle en 48 horas una licencia que cualquier otro ciudadano tarda meses y meses en conseguir.
Los concejales implicados, el solicitante y el de Urbanismo, desmintieron estas afirmaciones y han presentado una demanda.
Ahora viene la otra parte. Y es que la Junta de Andalucía ha abierto el IES Alhamilla (¡ya era hora!) sin la correspondiente licencia municipal. El Ayuntamiento, desde Urbanismo, les ha requerido para que la pidan como es preceptivo, si bien no ha precintado el instituto como por otro lado podía haber hecho.
Es como cuando la Diputación se afanaba en impedir que el Ayuntamiento de la capital acometiera unas obras para mejorar el abastecimiento de agua en Loma Cabrera. El Ayuntamiento se arriesgó, tiró por la calle de en medio, hizo la obra sin que Diputación que podía pararlas las parara, y luego le ha llegado una multa y la orden de volver todo a su estado anterior... vamos, que tienen que poner las tuberías que quitaron... y todo eso a pesar de haber asfaltado toda la vía y mejorado en general.
O es como cuando el PSOE pide a un ayuntamiento que rebaje el IBI pero no le pide lo mismo a la Junta de Andalucía.
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