La verdad es que pocos acudieron a la cita convocada para las cinco de la tarde del 15 de Noviembre en la Plaza Circular de Almería contra la "refundación del capitalismo", o más concretamente, contra la intención de los gobiernos del mundo de que la crisis económica la paguemos los de siempre. La iniciativa se ha llevado a cabo en todo el Estado, sin que esté muy claro de quién partió, pero fue sumando adeptos. Internet, una vez más, ha sido el nexo entre todos.
El Foro Social de Almería es quien encabezó la protesta en la capital, exteriorizando la "indignación ante la forma en que se está resolviendo la crisis económica, con un socialización de las perdidas, mientras los beneficios habían sido muy privados durante los años en los que la especulación y los “pelotazos” mandaban en la economía".
La propia estructura social y económica de Almería está evitando que algunos tengan conciencia real de cual es la situación a la que nos abocamos. Todavía quedan ahorros en los bancos de los tiempos de bonanza, todavía se puede contar con lo que se le saque al invernadero... pero el IPC sigue escalando puestos, el paro sigue creciendo... y en un mundo globalizado Almería no es ni será una isla, cada pequeño dato positivo que magnifican los políticos del gobierno es un espejismo que acabará costándonos más caro.
El acto fue simple -las cosas que están tan claras no necesitan muchas explicaciones- y consistió en unas palabras de un miembro del Foro Social de Almería, seguidas de una lectura, por parte del poeta Juan José Ceba, de la declaración contra la “refundación del Capitalismo” escrita por José Saramago, Federico Mayor Zaragoza, Francisco Altemir, Mario Soares y José Vidal ante la reunión del G20 en la que sí, sí, estuvo Zapatero!!!!
Si los bancos españoles están saneados como dice el presidente y la oposición... ¿a qué viene que ellos sean los primeros en recibir las ayudas estatales, y además en cuantía tan impresionante?
O se nos explica mejor a todos, o estas concentraciones sólo serán el principio de algo que podría acabar como las caceroladas argentinas.
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