Que Zapatero ya tiene silla en la cumbre de Washington es motivo de general alegría, incluso siendo ésta una graciosa concesión del presidente francés Nicolas Sarkozy, que supuestamente tiene dos (una como tal y otra como presidente de turno de la Unión Europea). Más allá de la duda de si a partir de ahora el G20 se convierte en G21 o en G20+1, y si pasado mañana, es decir, en la siguiente cumbre, cuando nuestro "amigo" sólo tenga una silla tendremos sitio o no, lo que cabe preguntarse es cuanto nos cuesta que nuestro presidente se siente allí.
Repasemos someramente un cuestión, esa que ahora preocupa tanto a los agricultores almerienses.
Marruecos va a tener muy pronto un estatuto "avanzado" de relación muy especial con la Unión Europea, hasta el punto de que va a convertirse prácticamente un Estado más a pesar de su situación geográfica... que de momento no es Europa. Los empresarios agrícolas almerienses y andaluces están ya trasladando allí sus explotaciones, alentados por la propia Junta de Andalucía, y por un abandono total a quienes siguen aferrados a esta tierra, que se ven cada día con menos posibilidades de rentabilizar la agricultura.
No debemos olvidar las magníficas relaciones entre Marruecos y Francia, y cómo nuestros vecinos del norte son los principales valedores de nuestros vecinos del sur en Europa. Hasta el momento el Gobierno español ha venido tragando, pero no de ahora...
Asaja opina que:
"si bien han sido disfrazadas como un acuerdo para la colaboración política en aras de la buena vecindad, presentan una serie de puntos preocupantes para nuestro sector agrícola que le abrirá las puertas a Marruecos"
Y para COAG:
"cada vez más desprotegidos frente a la entrada de productos procedentes de países terceros al no contar con ningún tipo de salvaguarda frente a la competencia desleal ejercida desde el norte de África"
La silla que el presidente Zapatero va a ocupar en la famosa cumbre norteamericana supondrá volver a mirar para otro lado en este asunto, que será una auténtica tragedia. Y es que los grandes empresarios del sector se "deslocalizan" marchándose a Marruecos (donde están obligados por ley a que las empresas sean mixtas) produciendo más barato y ganando más, pero el pequeño agricultor no se puede "deslocalizar", y cada vez todo está más caro, cada vez hay más trabas a la producción, cada vez gana menos y ya... ni siquiera le queda el consuelo de vender el terreno ya que con la crisis inmobiliaria no hay quien lo compre.
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