Después de la batalla... digo, de la manifestación


Todo sigue igual. Todo seguirá igual. Si han sido mil como si han sido dosmil quinientas, la manifestación convocada por el sindicato CSI-CSIF no ha servido ni va a servir para nada, como ni ha servido ni servirá la del PP en Málaga. Esto no es descalificar las manifestaciones, es en todo caso descalificar a quienes siguen encastillados sin querer ver la realidad de lo que pasa en la calle.
Algo muy gordo tiene que estar pasando en Andalucía para que un partido como el PP o sindicato como CSI sean los encargados de sacar a la gente a la calle -más o menos- para reclamar que se tomen políticas serias y eficaces que eviten que sea la clase trabajadora quien pague el pato de la crisis.
La respuesta de UGT y CCOO es que lo importante no es poner en huelga o hacer manifestaciones, que lo importante es negociar... pero es que llevan negociando meses sin éxito, ni con el Gobierno ni con la patronal... y cada día son miles de nuevos desempleados, y las medidas que se toman sólo generan más incertidumbre y más paro... o al menos no paran sus destrucción.
Es curioso que los mismos que hoy dicen que una movilización no sirve para resolver nada, en el pasado pensaron lo contrario... con un presidente del PP... o con un presidente socialista con quien discutían sobre la "devolución" del "patrimonio sindical" (¡pero si CCOO no existía cuando fue confiscado por los fascistas el de la UGT y el de la CNT!)... o le tenían ganas por aquello de la OTAN...
De algún modo tenemos que decirle los ciudadanos a este gobierno que no lo está haciendo bien, por mucho que la ofensiva mediática sea brutal (¿se han fijado en el volumen de noticias de sucesos que ofrecen los informativos filosocialistas?). Echarse a la calle es una cuestión de dignidad... si bien ese es un principio que algunos tampoco saben a estas alturas qué significa.

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