El otro día, en Espacio Público de Interalmería TV, el concejal de Alcaldía Javier Aureliano García, lo dijo de un modo bastante claro al portavoz oficial del Grupo Socialista, Nono Amate: "quienes le pagan el sueldo son los ciudadanos de al capital". Pero no lo parece.
En el caso concreto de la depuración de aguas residuales, hay un detalle fundamental, y es que la ciudad de Almería cumple con sus obligaciones, y el problema parte de un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Junta para que los pueblos del Andarax las depuren. Es decir, es un problema de esos pueblos y por tanto de la administración autonómica, y de ahí se llega al protocolo de intenciones con el Consistorio de la capital. Todo muy correcto, dentro de la lealtad institucional.
Pero al margen de esas circunstancias, lo que no resulta comprensible es que siempre-siempre el Grupo Socialista defienda los intereses de la Junta de Andalucía aunque supongan una sobrecarga económica para los ciudadanos de la capital. ¿Otro ejemplo? Pues sí, la subida del IBI, que es un impuesto que se reparten varias administraciones, pero al PSOE sólo le interesa que el Ayuntamiento reduzca al mínimo lo que le cobra a los almerienses, en tanto que calla sobre la parte que corresponde la Junta de Andalucía, que es mucho más porcentaje.
El Grupo Socialista no puede seguir jugando contra los intereses de los vecinos de la capital, ni el Gobierno andaluz y sus delegados pueden ser el brazo armado de una oposición ineficaz.
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